La “mejor opción” es no jugar al sorteo de Navidad
MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
Las probabilidades de que a una persona le toque un premio (incluidos reintegros) de los que se sortean el próximo 22 de diciembre en la Lotería de Navidad es de un 15 por ciento, según ha explicado el matemático del Instituto de Ciencias Matemáticas (CSIC-UAM-UC3M-UCM), David Martín de Diego. Así, ha señalado que “matemáticamente, la mejor opción es no jugar”.
El aumento de números que se ha producido en esta edición del sorteo --se ha pasado de los 85.000 números distintos de 2010 a los 100.000 de 2011-- disminuyen aún más las probabilidades de que a una persona le toque uno de los premios.
Martín de Diego ha indicado que esta probabilidad se calcula de manera “sencilla”, siempre con la misma fórmula: casos favorables entre casos posibles. Así, si se compra un sólo número, la probabilidad que existe de que toque el gordo es de 1 entre 100.000 es decir, un 0,001 por ciento.
Si bien, ha apuntado, en declaraciones a Europa Press, que si se tienen en cuenta todos los premios que pueden tocar en un sorteo de estas características la probabilidad aumenta hasta algo más del 15%, “incluido un reintegro”. En este sentido ha explicado que el reintegro representa el 10 por ciento de los premios.
En cuanto a las supersticiones que giran en torno a este sorteo, relacionada con números “bonitos” o terminaciones favoritas, el matemático ha señalado que “da igual cuando y dónde se compre un número” ya que “la probabilidad será siempre la misma”.
En cuanto a la creencia de que existen administraciones de lotería que son más afortunadas que otras, el matemático ha indicado que se trata de un “error típico”. “Si alguna de estas administraciones vendiese hasta la mitad de los números posibles, algo que no es nada raro, entonces, un cálculo sencillo determinará que tendría el 87 por ciento de posibilidades de que le toque, al menos, uno de los tres primeros premios”, ha explicado.
Martín de Diego ha indicado que estas administraciones juegan, “legítimamente, con la ignorancia matemática de la población española”. A su juicio, “hacer cola para comprar un número en una determinada administración es simplemente absurdo”.
“Algunas veces he llegado a pensar que todas estas supersticiones sobre los números de la lotería estén relacionadas con la escasa tradición científica que existe en España y, en particular, con el escaso aprecio por las matemáticas, que deberían formar parte de la cultura general”, ha concluido.