Parón a la nueva torre del Materno Infantil de Gran Canaria: un error en los pliegos alarga la decadencia del hospital

Materno Infantil de Gran Canaria.

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Sorpresa y frustración. Son los sentimientos que ha generado entre el personal del Hospital Materno Infantil de Gran Canaria la noticia del desistimiento por parte de la Consejería de Sanidad del concurso para la construcción de una torre de nueve plantas (dos bajo rasante) para renovar y ampliar el deteriorado complejo erigido en 1982. Un error “insubsanable” en los pliegos frena la ansiada construcción reivindicada por los profesionales desde hace años y obliga a reiniciar el expediente, sumando un nuevo retraso al proyecto para remozar un hospital que “se cae a pedazos”, tal y como recordaban los sanitarios en un mensaje difundido este martes en foros internos después de la publicación de una información adelantada por Canarias 7.

La Consejería de Sanidad sacó a licitación las obras de la nueva torre pediátrica -por 43 millones de euros- el pasado mes de diciembre, dos meses después de que dos sanitarios del Materno Infantil expusieran en el Parlamento regional la “decadencia” del vetusto edificio y los incumplimientos de la Carta de Derechos del Niño Hospitalizado que, a su juicio, en su interior se producen. En esa comparecencia, la pediatra María Teresa Angulo y el oncohematólogo José Carlos Lodos contaron que en las habitaciones del hospital llegaban a hacinarse hasta ocho personas (entre niños y adultos) por falta de espacio o que plantas con capacidad para 16 camas tan solo contaban con tres baños.

En marzo, tres meses después de la publicación del concurso en el perfil del contratante, una de las licitadoras, la UTE (Unión Temporal de Empresas) formada por FCC Construcción y Satocan, presentó un escrito de alegaciones en el que solicitaba la anulación del procedimiento por una irregularidad en el primer criterio de adjudicación, el que valora la calidad técnica de la oferta y el conocimiento del proyecto y en el que las empresas podían obtener un máximo de 29 puntos sobre los 100 de la licitación.

A raíz de esas alegaciones, uno de los vocales de la mesa de contratación, el jefe de Infraestructuras del Servicio Canario de Salud (SCS), Manuel Francisco Bueno, emitió un informe técnico -fechado en abril- en el que advertía de la infracción en los pliegos y proponía que se volviera a la casilla de salida, que se iniciara de nuevo el expediente. Y todo porque se había incluido como criterio objetivo un criterio que estaba sujeto a un “juicio de valor”. Las licitadoras debían detectar las “carencias” del proyecto, esto es, aquellas partidas que fueran realmente necesarias para la ejecución de las obras pero que no estuvieran contenidas en el presupuesto del proyecto de adjudicación.

Aunque las bases preveían que ese criterio se valorara mediante la aplicación de una fórmula matemática, el jefe del servicio de Infraestructuras avisó en su informe de que ese proceso conllevaba una “valoración previa subjetiva”. Determinar si cada unidad de obra ofertada era una carencia del proyecto o no lo era depende de “un juicio de valor”. 

Ese informe técnico llegó a la mesa de contratación el pasado mes de junio. Tanto la vocal del servicio de Intervención como la de Servicios Jurídicos manifestaron su acuerdo con lo expuesto por Manuel Francisco Bueno acerca de ese fallo en los pliegos y recomendaron que se desistiera del procedimiento (no que se retrotrajera) para evitar “una eventual valoración de las ofertas contraria a los principios rectores de la contratación pública”. Conviene destacar que cuando la Consejería de Sanidad recibió el escrito de alegaciones de la UTE formada por FCC Construcciones y Satocan (el 25 de marzo) ya habían transcurrido casi dos meses desde que se celebrara el acto de apertura de sobres con las ofertas presentadas por las empresas licitadoras.

La mesa de contratación propuso en junio, por unanimidad, desistir del concurso, una decisión que el SCS acabaría adoptando a principios de agosto, según la documentación publicada en la plataforma de contratación del sector público.

Los trabajadores del Materno Infantil recuerdan que el Gobierno regional se comprometió a adjudicar las obras de construcción de la nueva torre en el primer cuatrimestre de este año. La duración estimada del proyecto era de 36 meses, por lo que se previa su inauguración para 2025. Ahora, los plazos vuelven a estirarse y la solución a los problemas del complejo se siguen demorando. La idea para ampliar el hospital con una nueva torre de hospitalización se gestó en 2017, con José Manuel Baltar como consejero de Sanidad, pero no fue hasta finales de 2021, más de cuatro años después de aquel primer compromiso, cuando se acometió el proyecto.

Los sanitarios ven en esa nueva infraestructura, que estará conectada con el edificio original del Materno Infantil y con la Torre del Mar, una “magnífica solución” a largo plazo. Sin embargo, lamentan que no haya ninguna otra iniciativa a corto y medio plazo para reformar y mejorar un hospital que “se ha quedado pequeño”.

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