La Policía Nacional investiga si uno de sus agentes se negó a recoger una denuncia por una supuesta agresión de un policía local a un menor

Imagen de archivo de un agente de la Policía Nacional en Las Palmas de Gran Canaria.

Natalia G. Vargas

Las Palmas de Gran Canaria —

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La Policía Nacional abre una investigación “para aclarar todos los extremos” después de que una mujer publicara en un vídeo en sus redes sociales que un agente de la Comisaría de Luis Doreste Silva, en Las Palmas de Gran Canaria, se negó a tramitar su denuncia contra un agente de la Policía Local al que acusa de agredir a su hijo de quince años. La vecina Virginia Martínez asegura que el policía nacional le respondió que “no le daba la gana” atenderla y que no se aceptaban denuncias de cuerpo a cuerpo policial. Unas declaraciones que Martínez mantiene grabadas en su teléfono móvil. Sin embargo, fuentes policiales han explicado a esta redacción que “es obligatorio recoger denuncias contra otros policías”. Al día siguiente, la madre del menor volvió a la Comisaría, donde le tramitaron la denuncia y donde también elevó una queja por no haber podido presentarla la noche anterior.

Virginia, a través de su perfil de Instagram, explica que el pasado 22 de junio su hijo fue retenido en la zona de Guanarteme. El menor, según sus declaraciones, escupió en la calle y un comerciante le reprendió. Poco tiempo después un coche de la Policía Local comenzó a perseguirle y a pedir a los viandantes, a través del altavoz, que lo retuvieran. “Dieron por hecho que habían cometido un robo”, valora la mujer. Cuando Martínez acudió a identificar a su hijo, este, “con la cara un poco hinchada”, le aseguró que uno de los policías que lo arrestó lo metió en la parte de atrás del vehículo policial como “un saco de basura”, se puso sobre él con las rodillas sobre sus manos “para que no pudiera cubrirse” y empezó a golpearle en la cabeza y en el cuello gritándole “te mato”. La Policía Local ha señalado a esta redacción que no harán declaraciones oficiales y que será el juez quien delimite la responsabilidad de alguna de las partes si las hubiera.

De acuerdo con las declaraciones de la mujer, una pareja apareció asegurándole que lo que decía el niño era verdad porque ellos lo habían visto. Además, se ofrecieron a declarar como testigos si ella decidía denunciar. En el vídeo, Martínez muestra un parte de lesiones en el que se detallan las lesiones que presentaba el niño.

Después de llevar al menor a recibir asistencia sanitaria, se trasladó a la Comisaría de la Policía Nacional de la calle Luis Doreste Silva. El agente que ahí se encontraba le dijo que “no le daba la gana” recogerle la denuncia, que el sistema informático estaba averiado y que no se aceptaban denuncias de cuerpo policial a cuerpo policial. Virginia recuerda que cuando fue a identificar a su hijo, el agente que supuestamente agredió al menor hizo una llamada telefónica después de que ella le asegurara que lo denunciaría ante la Policía Nacional e intuye que advirtió a la Comisaría de que ella “iba a aparecer por allí”.

Martínez insiste en su narración de los hechos en que “no podemos meterlos a todos (los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado) en el mismo saco”. “Asumo que la situación que mi familia vivió es un hecho aislado, pero no se puede consentir el uso que ellos hacen de sus uniformes porque es ilógico e infantil. Somos todos iguales. No traten a ningún menor como si fuera un delincuente. Traten a los ciudadanos con respeto porque es la única forma de que consigan respeto de forma voluntaria y no impuesta”.

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