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El análisis genético de tumores resistentes promociona alternativa de tratamiento a pacientes desahuciados

MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

Especialistas españoles han conseguido aumentar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de pacientes con tumores metastásicos resistentes a la quimioterapia, para los que se consideraba que ya no había opción de tratamiento, gracias a la aplicación con éxito por primera vez en España un tratamiento 'a la carta'.

Esta técnica ha sido llevada a cabo por especialistas de la Plataforma de Oncología de USP San Jaime (Alicante) que han demostrado que se puede aumentar y mejorar la calidad de vida de pacientes desahuciados; y les ha situado entre los pocos centros del mundo que aplican con éxito un tratamiento personalizado.

“Con esta técnica se abre el campo de tratamientos quimioterápicos a enfermos que están desahuciados; se ve que hay tratamientos posibles, eficaces y de alta calidad”, ha explicado a Europa Press el director de la Plataforma, el doctor Antonio Brugarolas, quien entiende que se ha abierto una puerta para aplicar el estudio genético en fases más tempranas de la enfermedad.

El grupo de pacientes del estudio, liderado por Brugarolas, permitió identificar en cada caso entre 5 y 8 fármacos eficaces, además de la lista de todos los medicamentos a los que el tumor es resistente. Administrar los medicamentos según los genes tumorales ha conseguido un beneficio clínico en el 75 ó 80 por ciento de los pacientes, es decir que “el tumor responde de una manera que se puede medir”; y en casi el 50 por ciento se ha observado una estabilización del tumor, lo que significa que “se consigue detener su avance”. Así, en casi la mitad, se prolonga la vida durante más de un año.

“Los resultados son mejores que los que se obtienen con la quimioterapia convencional, además ha demostrado que hay tratamiento en estos pacientes resistentes”, ha explicado este experto, que entiende que el estudio aún necesita de una muestra mayor para encontrar tumores resistentes a toda la selección. No obstante, suponiendo que la muestra fuera representativa, el estudio expone “bastantes alternativas de tratamiento”.

Algunos de los pacientes han sobrevivido para probar una segunda línea de tratamiento y “pueden llevar año y medio viviendo con una buena calidad de vida cuando ya estaban desahuciados”. Y es que el resultado de esta técnica da pistas de 3 ó 4 tratamientos a los que el tumor no es resistente, lo que facilita tener diferentes vías de tratamiento.

Al dar una quimioterapia seleccionada puede aumentar de seis meses a un año la supervivencia mientras que la quimioterapia normal, en estos casos, como mucho puede llegar a los tres meses. Además, existe otra ventaja que es que la quimioterapia seleccionada en estos pacientes ha sido menos tóxica,“ de forma que se ha mejorado la calidad de vida de los enfermos tratados.

Pese a los resultados positivos del estudio, presentado la pasada semana en la Reunión Anual de la American Society of Clinical Oncology (ASCO) en Chicago (EE.UU), entiende que se pueden encontrar dificultades a la hora de estandarizar este método dentro de la aplicación clínica, ya que su desarrollo lo frena más el coste organizativo que económico.

“Puede costar entre 2.500 y 3.000 euros, que comparado con la quimioterapia es casi igual”, además “evita dar tratamientos inútiles”, con lo que se amortiza más aún el gasto. El problema, incide, se encuentra en que “para poner en marcha esta técnica se tienen que tener equipos adecuados de diferentes disciplinas”.

“Cuando la cuestión es determinar si existe un gen alterado para administrar un medicamento que se corresponde con esta alteración, el problema es fácil, porque el resultado es concreto, pero cuando se trata de encontrar los fármacos mas activos frente a este tumor, valorando todo el oncograma genético, hay que tener un equipo interdisciplinar de biólogos y médicos expertos en los diferentes genes y vías genéticas de los medicamentos”, añade.

A juicio de Brugarolas estos resultados, que se suman a un estudio anterior desarrollado por el estadounidense Daniel Von Hoff, abren “un camino importante”, ya que “cuando ya no se sabe que hacer esta técnica da nuevos tratamientos”, lo que la convierte en la “esperanza” del paciente desahuciado.

La técnica ha sido aplicada sobre una muestra de 80 pacientes, de edades comprendidas entre los 41 y los 70 años, y cuyos tumores estaban en una fase muy avanzada de su desarrollo o incluso terminal, entre los que se encontraban cánceres de mama, pulmón, páncreas, colorrectal, ovario, gástrico, hígado o sarcomas.

EL ESTUDIO TENDRÁ CONTINUACIÓN

La idea de que para tratar el cáncer es necesario aplicar tratamientos personalizados no es nueva, son muchos lo que ya han desarrollado tratamientos e investigaciones pero por el momento su desarrollo es lento. Con este objetivo la Plataforma de Oncología desarrolla este Programa de Genética Molecular desde verano 2010, de la mano de la Fundación TEDECA, una organización sin ánimo de lucro cuya finalidad consiste en acercar al paciente oncológico los avances del conocimiento científico, y difundir y desarrollar las técnicas de mayor interés.

Brugarolas, quien lleva más de 20 años trabajando sobre la identificación genética en tumores para el desarrollo de tratamientos, explica que las nuevas tecnologías han permitido el análisis genético de los tumores mediante 'microarrays', así ha conseguido observar su respuesta o resistencia a la quimioterapia.

Este expertos destaca que es un campo de estudio de gran interés es la predicción del perfil de respuesta a la quimioterapia, ya que actualmente se cuentan con más de 200 fármacos comercializados o en vías de aprobación.

Este experto ha señalado que en estos momentos ha aumentado el número de pacientes tratados de manera personalizada y, ha explicado, su intención próxima es aplicar el estudio en la selección de fármacos de primera línea.

La técnica consiste en obtener una muestra tumoral fresca, sometida inmediatamente a congelación para evitar que se degrade, y comparar la expresión de los genes tumorales con los del mismo tejido de origen sano.

La valoración ha de ser confeccionada de forma individualizada en cada caso, y consume unos 5 días. El informe final proporciona una lista de genes sobre expresados y otra lista de genes poco expresados, que un especialista debe correlacionar con los diferentes medicamentos. Cada 3 meses se revisa la lista de genes introduciendo las actualizaciones que hayan confirmado tener valor predictivo en la aparición de respuesta a la quimioterapia.

A su juicio, “este procedimiento se hará más sencillo en un futuro próximo, y actualmente los requerimientos estructurales y técnicos constituyen el motivo más importante que impide generalizar la técnica y aplicarla a los pacientes antes de comenzar la quimioterapia”.

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