El temor a las represalias de Torres Baena ''era constante''

Los testigos 65, 66 y 67, inspector jefe y miembros del Servicio de Atención a las Familias (SAF) de la Policía Judicial, respectivamente, afirmaron este lunes durante el juicio que se celebra en la Sección VI de la Audiencia Provincial de Las Palmas por el llamado caso Kárate que se podía apreciar un patrón físico de belleza en el grupo de los elegidos [aquellos alumnos que acudían al chalet de Vargas y gozaban de ciertos privilegios por parte de los imputados].

De esta manera, el inspector jefe del SAF explicó que los jóvenes compartían ciertas características físicas y que destacaban por su belleza, agregando que en el caso de las chicas, solían ser delgadas y no muy desarrolladas.

En el mismo sentido se manifestó la testigo 67, quien apuntó que en el grupo de los 'elegidos' todos eran muy parecidos y que no había ninguno que se pudiera considerar feo.

Asimismo, los tres miembros de este servicio expusieron que durante las declaraciones de las supuestas víctimas notaron un cierto temor o miedo generalizado al principal imputado, Fernando Torres Baena, y a su reacción por las declaraciones. “Era constante el miedo generalizado a Torres Baena”, dijo el inspector jefe.

Aquí, la testigo 66, inspectora del SAF, señaló que la mayoría de ellos tenían “temor, odio y miedo” a posibles represalias.

Los 'elegidos'

Por su parte, el responsable del SAF agregó que los elegidos era la forma en la que las presuntas víctimas llamaban a aquellos otros alumnos que formaban un grupo más cercado con los monitores y que eran los que iban a Vargas y los que ganaban torneos, siendo el pertenecer a este grupo “algo a conseguir” por los demás alumnos.

También señaló que los no elegidos desconocían lo que ocurría allí, aunque algunos habían oído algo de lo que pasaba en alguna ocasión, y que los vecinos del chalet y los padres de los alumnos tampoco sabían nada de los supuestos abusos sexuales.

Así, el inspector jefe comentó que de las declaraciones se podía extraer que los acusados buscaban a niños que fueran manipulables y que los abusos no ocurrían desde el primer momento, sino que había un periodo de tanteo del menor.

Los tres miembros del SAF hicieron aquí especial hincapié en la dificultad que conlleva una declaración de este tipo, ya que en muchas ocasiones la víctima no es consciente de haber sufrido abusos e hicieron una comparación con casos de violencia de género en los que la víctima no ve los maltratos durante el tiempo en los que los sufre.

En los registros estaba todo como decían los menores

Explicaron que durante los registros, tanto en el chalet de Vargas como en el gimnasio, se encontraron diferentes videos pornográficos, así como juguetes eróticos que los menores habían dicho en sus declaraciones, y que en el caso de la habitación con la cama que estaba en el gimnasio estaba todo como decían ellos.

Además, a preguntas de la defensa, negaron que se instara a las víctimas a interpretar los hechos vividos de determinada forma, afirmando que ellas [las víctimas] dijeron lo que habían vivido y que cada declaración es distinta, ya que cada uno vivió los hechos de diferente forma.

Cuestionados por el motivo por el que no se denunció a otras personas que siendo mayores de edad tuvieron relaciones sexuales con menores, apuntaron que estos últimos no los denunciaron y que como eran mayores de 13 años en el momento de las relaciones no se podía denunciar.

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