Una veintena de agentes desalojan una chabola por El Confital
Alrededor de una veintena de agentes pertenecientes a la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria y al Cuerpo Nacional de Policía atravesaron este miércoles el angosto camino de tierra que cruza la playa de El Confital para desalojar una chabola elaborada con ladrillos y echarla abajo con la ayuda de una excavadora.
En el interior del pequeño habitáculo permanecía atrincherado José Arencibia, que había colocado en su puerta el recurso presentado ante el juez que había ordenado la expulsión y se negaba a abandonar el lugar ante el requerimiento de los policías.
Tras marcharse durante un breve espacio de tiempo, los técnicos municipales que habían acudido a la zona regresaron con la convicción de que la orden judicial era firme y esperaron a la llegada de los furgones de la Policía Nacional para proceder al desalojo. El motivo de la elevada presencia policial respondía a la veintena de conocidos del afectado, entre ellos dos vecinos en su misma situación, que habían acudido a mostrarle su apoyo y no se mostraban dispuestos a abandonar la zona.
El operativo comenzó sobre las 12:00 horas, momento en que los agentes apartaron de la chabola a los allegados del atrincherado y los mantuvieron alejados mientras dos efectivos tiraban la puerta abajo con un martillo. Una vez accedieron al cuarto, los policías dieron un tiempo al Arencibia para que, ayudado por sus conocidos, retirara sus pertenecías antes de que actuara la excavadora.
A pesar de que el suceso se saldó sin violencia ni detenidos, tanto efectivos como técnicos municipales se convirtieron en el centro de los insultos de las personas que se acercaron al lugar. Muchos de ellos recordaban la época en que habían residido en las infraviviendas que hace años poblaban El Confital y no entendían los motivos que llevaban al Ayuntamiento a dejar a alguien sin techo.
Desde la Administración municipal explican a Canarias Ahora que la derruida nave donde se erigía la chabola de Arencibia perteneció hace años a la Compañía Pesquera de Canarias y que el Consistorio culminó el expediente de expropiación del suelo durante los últimos años del anterior mandato.
A principios del gobierno del Partido Popular (PP), una serie de personas ocuparon el espacio de forma irregular. Tan solo José rechazó las ayudas que se ofrecieron para que abandonaran el enclave, por lo que la Adminsitración municipal procedió a pedir la orden de desalojo ante la Justicia.
Tras ser expulsado del habitáculo en el que había residido desde 2011 y mientras veía trabajar a la excavadora, Arencibia reconoció haber rechazado el ofrecimiento del Ayuntamiento consistente en, según dijo, seis meses de ayuda. “Yo cobro una pensión de 500 euros, en vez de eso me podrían haber dado una casita para mantenerla. A este hombre de aquí se lo ofrecieron también y míralo, en la calle otra vez, el Ayuntamiento lo engañó. Yo preferí quedarme”, manifestó.
Asimismo, lamentó que “desde pequeño estaba en El Confital con las chabolas. Yo estoy aquí empadronado y ahora el alcalde me tira a la calle”.
Sentado sobre una piedra y ataviado con un casco de motorista, aseguró que permanecerá en el lugar donde sobrevivía gracias a “mis utensilios”, porque “con esta pensión, ¿a dónde voy a ir?”.