Las víctimas no se creen “la estrategia de Ivonne”

La Asociación de Víctimas y Afectados del caso Kárate (Avicka) cree inverosímil la “estrategia” de Ivonne González, condenada en esta causa a 126 años por 17 delitos de abuso, y que ha confesado desde prisión que en la academia de Fernando Torres Baena se mantenían relaciones sexuales con los alumnos, “sin importar sexo ni edad”.

Tras conocerse, hace unos días, el contenido de una carta manuscrita de González difundida por Antena 3 Canarias, la asociación ha manifestado este martes en un comunicado difundido por EFE que “las víctimas y sus familiares aún no han oído a Ivonne González Herrera pedir disculpas, tanto por los hechos que ahora reconoce haber cometido, como por las insidias y las infamias utilizadas” contra ellas “durante todo el proceso, a sabiendas -según admite- de que los hechos eran ciertos”.

Para las víctimas y sus familiares, “esta estrategia no es creíble” porque Ivonne González “ha gozado de seis meses de libertad, alejada de las influencias de Torres Baena y de María José González -los otros dos condenados-, y nada dijo cuando pudo hacerlo”.

La Avicka cree que “la reacción tardía de la condenada y de su entorno está motivada porque han constatado ahora las dificultades para que prospere un recurso frente a la sentencia y porque ha adquirido conciencia de los inconvenientes que se le presentan para obtener beneficios penitenciarios”.

El colectivo ha subrayado que “las madres de las víctimas de Ivonne González también tendrían mucho que decir acerca del dolor padecido y sobre el abrupto camino que vienen recorriendo para restaurar sus vidas y la de sus hijos, tras ser objeto de reiterados abusos sexuales por parte de pederastas convictos y, al menos una, confesa”.

Respeto a la sentencia

Sin embargo, “guardan el debido silencio por respeto a la sentencia y a los efectos de los recursos que contra la misma se presenten”, agrega el comunicado.

En su carta manuscrita, Ivonne González, incluye párrafos como este: “No existía criterio alguno para los encuentros sexuales. Daba igual todo. (Se hacía) Lo que se le ocurriera en cada momento a Fernando sin importar sexo ni edad, siempre tratando de que todo pareciera normal y cotidiano”.

Esta procesada, que tuvo una brillante carrera como karateka, siempre de la mano de su maestro, Fernando Torres Baena, prefirió guardar silencio cuando se la interrogó en la Audiencia de Las Palmas por lo ocurrido y, al término del juicio, solo aprovechó su derecho a la última palabra para decir que “jamás” abusó de nadie.

De hecho, mediado el juicio, el tribunal le levantó la prisión provisional y la dejó libre hasta el día en que se leyó la sentencia, en un gesto que algunos interpretaron como el anticipo de una absolución o una condena benévola.

Sin embargo, todas esas especulaciones se desvanecieron cuando se conocieron las condenas y la sala ordenó a la Policía delante de las cámaras de televisión que la arrestara y devolviera a prisión.

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