La patronal turística tinerfeña responsabiliza a los poderes públicos de las reclamaciones de la manifestación del 20A

El presidente de la patronal hotelera tinerfeña, Ashotel, Jorge Marichal, en un artículo de opinión enviado este sábado a los medios informativos, ha responsabilizado a los poderes públicos de las reclamaciones de los colectivos que promueven la manifestación del 20A, que, ahora, sostiene Marichal, “se suman al carro de las críticas a un modelo que dicen que no funciona”, a la vez que hace referencia al poder político “en el devenir de las islas”.

Marichal ha expresado su punto de vista sobre el estado actual del turismo en Canarias, y en su artículo, lo compara con una “gran piñata” que recibe golpes constantes, pero que aporta riquezas para las Islas. Aunque reconoce los desafíos que enfrenta la comunidad, destaca la importancia económica del sector turístico, “que ha permitido a esta tierra situarse como destino europeo de primer nivel”, ha indicado.

A pesar de que el presidente de Ashotel comparte muchas de las demandas por las que estos colectivos sociales se movilizan, entre ellas el problema de la vivienda en Canarias por el alto coste de los alquileres o la escasa oferta de inmuebles (si bien expone que no es la única causa del grave problema, pero sí que genera “una parte importante del descontento social”) o la saturación de vehículos en algunas autopistas, el líder empresarial solo se detiene en los datos que han permitido que Canarias sume riqueza, y alejarse del “oportunismo político” para defender el sector turístico.

Marichal engloba en toda la actividad turística, y todo lo que genera riqueza en el sector, a hoteles y apartamentos, y también a los diferentes transportes tanto aéreo, terrestre como marítimo, así como a las agencias de viajes, empresas de alquiler de coches y de excursiones, guías turísticos, bares, restaurantes, cafeterías... resaltando que suponen “el 35,5% de nuestra riqueza y el 40% del empleo directo”.

Todo ese turismo, según el presidente de la patronal, “genera 3.400 millones de euros en impuestos, con los que la Comunidad Autónoma podría pagar todo el presupuesto canario de Educación de 2024 (2.373 millones), todos los servicios sociales (711 millones), la industria y energía (139 millones) y el acceso a la vivienda y fomento de la edificación (122) o más del 80% del presupuesto total de Sanidad (4.108 millones)”.

Marichal asegura que las infraestructuras hoteleras “solo ocupan el 4% de la superficie de Canarias”.

¿Qué ha pasado en Canarias?

Marichal asegura que la masificación en las islas se debe al crecimiento de los residentes, “en más de medio millón”. Y que “esa presión demográfica” no ha ido al compás de las infraestructuras necesarias.

También critica la escasa construcción de vivienda pública y la falta de regulación y planificación en el desarrollo turístico, señalando el crecimiento descontrolado de la vivienda vacacional como un ejemplo de esta situación, y que ha hecho que se reduzcan las plazas hoteleras en los últimos diez años, señalando también como culpable a la residencialización de complejos o a la rehabilitación de inmuebles obsoletos.

Además, menciona preocupaciones sobre recientes cambios legislativos, como la Ley de Vivienda de mayo de 2023, que a su entender han generado incertidumbre jurídica y contribuido a la escasez de vivienda en alquiler, achacándolo a la preocupación de los propietarios de no arrendar inmuebles a familias con hijos menores, por la posibilidad de declararse vulnerables y dejar de pagar.

En cuanto a la tasa turística, se muestra tajante: hay partidos políticos que “ahora sí la quieren y no la aprobaron cuando gobernaban”, solo algunos mantienen la posición de siempre, y la suya, dice, “también ha sido la misma”. Marichal no cita a ninguno de esos partidos políticos a los que señala.

Asegura que para él lo importante no es lo que suceda el día de las manifestaciones del 20A, sino “qué se hará en Canarias” los días posteriores a las protestas.

Por último, el presidente de la patronal turística hace un llamado a la unidad y la colaboración, instando a evitar “el oportunismo político” y centrarse en la gestión y planificación efectiva del territorio.