Administradores de fincas de Santa Cruz de Tenerife llaman a la responsabilidad y piden respeto hacia los vecinos en Carnaval

Un portal de la plaza del Chicharro, protegido con una puerta provisional y una barrera de metal. Al fondo, una barra colocada en la calle para las fiestas

EFE

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El Colegio de Administradores de Fincas de Santa Cruz de Tenerife ha hecho público un comunicado en el que pide respeto para los vecinos de la capital tinerfeña y sus inmuebles durante las fiestas en la calle del Carnaval.

Señalan que en algunas comunidades de vecinos sufren daños por actos incívicos durante los carnavales y que además de daños emocionales, se producen costes económicos “de no menos” de 2.000 euros por “defender los edificios del embate carnavalero, y por otros costes derivados de limpieza y daños. Lo que no debe entenderse como consustancial al disfrute del Carnaval”.

Los administradores de fincas apuntan que, a partir de ciertas horas, con la desinhibición propia de la fiesta, los aseos restringidos en los locales y los urinarios en la calle atestados o poco atractivos por sus condiciones higiénicas, “la calle se convierte en un gran urinario público para emergencias de grandes y pequeños”. Y de ahí a usar cualquier “pared o rincón, la rampa que da a un garaje de un edificio, los jardines de una comunidad o el propio interior del portal, si alguien se descuidó en dejarlo abierto”, prosiguen los administradores de fincas.

Comentan que tras el anuncio reciente de multas de hasta 750 euros por orinar en la vía pública, tal y como recoge la nueva ordenanza municipal, es fácil pensar que probablemente empeore la situación de otros años para edificios y portales. Así que, en los albores de la fiesta, piden a quienes disfruten del carnaval en las calles respeto a los inmuebles, a los vecinos y a toda la ciudadanía, en general, de la capital tinerfeña.

Los administradores de fincas reconocen que pasarlo bien es el objetivo y el espíritu del Carnaval, pero, agregan, atendiendo a unas mínimas normas de educación y de civismo, “las mismas que nos exigimos unos a otros el resto del año”. Y ese respeto, continúan, “comprende desde nuestra propia casa, evitando molestias a nuestros vecinos por las típicas reuniones de amigos por el carnaval, hasta cuando regresamos de la fiesta y lo hacemos sin llamar la atención de quienes descansan”.

Reclaman asimismo un Carnaval libre de violencias machistas y ese respeto lo hacen extensivo a una “petición muy seria de alerta ante conductas machistas y agresiones sexuales, que también, desgraciadamente, a veces tienen lugar en los portales de edificios o aprovechando zonas oscuras y rincones de los inmuebles”. Reiteran su compromiso de denunciar las situaciones de las que tengan conocimiento en el entorno de sus edificios y comunidades.

En general, solicitan a los vecinos y vecinas que vigilen quiénes acceden a los inmuebles sin ser residentes habituales, y que tomen medidas para impedir el acceso a personas extrañas al edificio manteniendo el portal cerrado (no con llave): “También deberán adoptar las medidas habituales para prevenir daños materiales en muros y puertas de acceso al edificio con los medios oportunos y más sofisticados”.

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