Anaga exige rehabilitar el Balneario para destinarlo a centro de salud y de ocio

A raíz del incidente ocurrido el pasado sábado, cuando a primeras horas de la mañana tres jóvenes resultaban heridos al desplomarse un muro del antiguo Balneario de la capital tinerfeña, la Federación de Asociaciones del Litoral Anaguense (FALA) exigía medidas de seguridad en el lugar y que se recuperara el proyecto presentado hace años para la recuperación de este espacio para su uso público.

Como consecuencia de este desagradable suceso, en el que uno de los tres menores sufrió heridas de carácter grave, y los otros dos de carácter menos grave, se ha dejado oír voces en Santa Cruz a favor del derribo de este inmueble, cerrado desde la década de los años 80. Sin embargo, organizaciones y colectivos han aprovechado, precisamente, para recordar y enfatizar en sus discursos de queja y crítica hacia la pérdida de patrimonio sistemático que ha sufrido la ciudad.

Desde la Plataforma de Defensa del Patrimonio Histórico de Santa Cruz, su portavoz, Vicente Pérez, abogó por una acción global y ofreció el respaldo de su organización a cuantas acciones que se realicen para salvaguardar también al Balneario, como parte del pasado de la capital y de su forma de vida.

Además, Pérez recordó el compromiso adquirido por el consistorio municipal, a principios de la década de los 80 del siglo pasado, para que esta instalación no se cerrara, acuerdo que, a pesar de ser adoptado por el pleno, no surtió efecto, y tan solo dos años después del mismo todo la ciudad observó como un lugar popular al que acudían las familias, sucumbió ante la expansión del puerto.

Al respecto, Luis Febles, presidente de la FALA, recordó que años después de dicho compromiso, los vecinos de Anaga han presentado varios proyectos y propuestas para reactivar el Balneario que, señaló, “han caído en saco roto”. En este sentido, Vicente Pérez señaló que “los ciudadanos son los que deben tomar el protagonismo y determinar ellos qué es lo que hay que preservar y defender”, a lo que Febles le respondió que “la gente está muy cansada de falsas promesas”.

Por ello, el responsable de la Plataforma en Defensa del Patrimonio ofreció su apoyo a cuantas acciones ciudadanas se ejerzan para la defensa de los bienes colectivos, que en el caso del Balneario, señaló, están dispuestos a ofrecer cobertura a campañas de concienciación o recogida de firmas.

Febles señaló que, independientemente de que se pueda recuperar el Balneario, “lo cierto es que, hoy en día este inmueble y la residencia anexa, que es donde tuvo lugar la caída del muro, son un peligro y las autoridades deberían tomar cartas en el asunto”.

En este sentido, el propio alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, declaró a varios medios de comunicación que ya se había puesto en contacto con el área de Patrimonio del Gobierno regional, propietario del edifico, para que abordara todas las medidas de precaución que, añadió, le constaban que se estaban adoptando.

Además, Febles comentó que días antes de estos acontecimientos, a mediados de la pasada semana, se había procedido a desalojo de personas del interior del inmueble, cuya estructura está muy tocada en algunas zonas y advirtió que el riesgo de derrumbe es constante, ya que la mayor parte de la superficie está apuntalada, “por no hablar del alto riesgo de incendio que se corre, por la acumulación de madera y material inflamable en el interior”.

Sin embargo, el responsable de la FALA señaló que volvía a poner sobre la mesa el proyecto de centro asistencia, tanto de salud como de rehabilitación y de ocio, dedicado al Distrito de Anaga y para el resto de la ciudad, con dependencias de hostelería y equipamientos que hace más de una década había presentado su organización, aspecto en el que coincidía Bermúdez también, quien declaró que por escrito ya había reclamado habilitar en dicho espacio el centro de salud de esta zona de la capital.

Diga lo que diga cada parte, la entidad propietaria, es decir la Dirección General de Patrimonio, planteó hace unos años la posibilidad de convocar un concurso de ideas para la recuperación del inmueble, idea que no ha avanzado, como tampoco se ha resuelto de manera definitiva el contencioso que mantienen en los juagados con la última persona que se encargó del servicio de hostelería del Balneario, tal vez el único vínculo que aún le queda a la ciudad entre ambos mundos.

Incluso, en una parte de las dependencias, se imparten talleres y cursos de formación por parte de una ONG, actividad que ya lleva años en el mismo enclave sin que se les facilite unas instalñaciones más seguras y adecuadas.

Por su parte, el portavoz del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Santa Cruz, José Ángel Martín, aseguró que el futuro del Balneario pasa por su rehabilitación y no concibe en ningún caso su demolición.

Martín, que fue en último mandato concejal de Urbanismo, sostiene que “en un corto plazo de tiempo se deben adoptar las medidas de seguridad necesarias para evitar que puedan producirse más accidentes y a medio plazo se deberá acometer el proyecto que garantice una rehabilitación íntegra del inmueble”. En este sentido, reivindicó la presencia de vigilancia en la zona, así como la mejora de la señalización y la instalación de vallas que impidan el acceso a los transeúntes y evitar riesgos innecesarios.

Por último, pidió que tanto el Gobierno de Canarias, como el Estado central, propietarios del citado edificio, sumen esfuerzos para financiar los costes derivados de las obras.

También Sí se puede le reclama al alcalde que ordene la rehabilitación del Balneario, un bien catalogado por el Plan General de Ordenación (PGO) en la categoría de protección ambiental y que se encuentra en un estado de deterioro que amenaza su continuidad, al tiempo que priva a los vecinos de un espacio seguro y acondicionado para el contacto con el mar.

Eligio Hernández Bolaños, concejal de la organización ecosocialista en Santa Cruz destacó que “basta con que el Ayuntamiento proceda como corresponde: que exija la rehabilitación de un bien catalogado al propietario del inmueble, que es la consejería de Economía del Gobierno de Canarias”. La inacción de ambas instituciones ha dado como resultado que “el Ayuntamiento y el Gobierno de Canarias se han pasado casi treinta años jugando con el patrimonio histórico y con la seguridad de los vecinos”, subraya el concejal de Sí se puede.