Los constructores piden un programa piloto para rehabilitar el casco histórico de Santa Cruz

La patronal de la construcción Fepeco ha propuesto un programa piloto para recuperar los cascos históricos de Santa Cruz de Tenerife, además de agilizar los planes de protección e incentivos para la conservación y rehabilitación de inmuebles antiguos y la implantación de empresas.

Fepeco ha realizado esta consideración tras sumarse al manifiesto promovido por la asociación Nuestro Patrimonio, según ha indicado esta entidad en un comunicado, en el que precisa además que el secretario de la patronal de la construcción, Isidro Martín, ha pedido agilidad en la planificación de las zonas históricas porque pueden crear empleo con su rehabilitación y su desarrollo comercial.

En un debate con organizaciones empresariales impulsado por la Asociación Nuestro Patrimonio, Martín ha señalado que hay que recuperar los cascos históricos “con simbiosis de lo público y lo privado” porque, de lo contrario, se tendría “una ciudad que poco a poco se va a morir”. Para ello, ha propuesto comenzar con un proyecto piloto de mejora integral de alguna calle con inmuebles deteriorados y que esta sirva de ejemplo sobre lo que puede lograrse.

El representante de Fepeco ha subrayado que hay “bastantes promotores” dispuestos a la rehabilitación de inmuebles antiguos. Sin embargo, ha advertido de que siguen sin estar en vigor los planes especiales de protección de los tres conjuntos históricos santacruceros y sin agilidad burocrática, por lo que, a su juicio, “nadie se arriesga” ha realizar estos trabajos puesto que no hay seguridad jurídica sobre lo que se pueda o no hacer.

Sobre El Toscal, Martín ha afirmado que hay que lograr que sea “un barrio habitable” y mejorar el espacio urbano, con peatonalización y equipamientos para el ocio de la población. También ha recordado la importancia que tienen los cascos históricos para que el comercio tradicional pueda competir con las grandes superficies y fidelizar a sus clientes, y por ello abogó por que desde las administraciones públicas se incentive tanto la rehabilitación de viviendas históricas como la implantación de comercios en los barrios históricos.

Martín ha reconocido que, en su opinión, “quizá con el plan de 1957 se tiraron casas que no se debieron haber tirado”. Por este motivo, ha animado a cambiar de tendencia a través de incentivos y otras medidas en las que el Ayuntamiento procure que los propietarios conserven estos inmuebles, pero siempre “dándoles alternativas”, y que se defina bien qué zonas se deben conservar íntegras por su gran valor patrimonial y en cuáles es posible la renovación junto con la rehabilitación.