El asalto de unos activistas enciende la mecha de las protestas contra la construcción de un hotel en la última playa virgen de Tenerife

Obras de construcción de un hotel en la primera línea de costa de La Tejita, en el sur de Tenerife

Tenerife Ahora

Santa Cruz de Tenerife —

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Una pareja de activistas cumple el segundo día trepados en las grúas destinadas a la construcción de un hotel de cinco estrellas en primera línea de costa en la playa de la Tejita, al sur de Tenerife. Con la medida se pretende llamar la atención pública y forzar la paralización total de ese proyecto que, aseguran, amenaza con destruir la última playa virgen del sur de la isla, en las inmediaciones de un espacio natural protegido.

La actuación reivindicativa ha alcanzado amplio eco en la isla, poniendo de actualidad nuevamente los problemas para la conservación sostenible de un litoral, el canario, muy presionado por los intereses turísticos y urbanísticos. Para última hora de la tarde está prevista una concentración para crear una cadena humana en los alrededores de la obra, y se están organizando convocatorias de apoyo en diferentes puntos del archipiélago.

La acción arrancó a primera hora del martes bajo la consigna de no desalojar las grúas hasta que se consiga la paralización de las obras. En ese instante, los activistas colocaron dos pancartas en las que se podía leer “Stop Hotel” y “Paralización ya”. 

Desde ese momento se han producido distintas tentativas de desalojo de los activistas por parte de las fuerzas de orden público, con el uso de helicópteros, pero sin éxito. Al tiempo se ha ido concentrando grupos de simpatizantes con la protesta contra el hotel, así como curiosos, muchos de los cuales pasaron noche en las inmediaciones de la obra como muestra de apoyo y solidaridad con la acción. 

Suspensión cautelar

El polémico hotel se construye sobre terrenos afectados por una revisión de deslinde, y a pesar de que la normativa de Costas contempla la paralización cautelar de las obras mientras se resuelve el proceso, las obras no solo no se han detenido sino que se han acelerado durante la vigencia del estado de alarma.

La organización ecologista Salvar La Tejita señala que es competencia directa del Gobierno regional velar por el cumplimiento de esta suspensión, al tiempo que expresa su malestar por la actuación de la empresa Viqueira, responsable del proyecto, que cuenta con el visto bueno del Ayuntamiento de Granadilla, mientras prosigue los trabajos.

El Ayuntamiento de Granadilla, Jaime González Cejas como alcalde, concedió la licencia para levantar este hotel de lujo el 26 de diciembre de 2015. Poco después comenzaban las protestas ciudadanas.  Dichas quejas se sustanciaron en denuncias, tanto de carácter penal como un recurso contencioso-administrativo -en fase de tramitación-, desembocaron en una revisión del proyecto y una orden de paralización de las obras. Sin embargo, esta paralización nunca se ha cumplido y desde el día en que fue dictada los trabajos han continuado en el solar sin que las autoridades hayan actuado para frenarlas, pese a las reiteradas protestas.

En este sentido, la federación de colectivos ecologistas Ben Magec-Ecologistas en Acción se ha sumado a la petición de la asociación Salvar La Tejita y solicitan la paralización del hotel proyectado a 20 metros de la línea de costa y colindante a la Reserva Natural Especial de Montaña Roja, en Tenerife.

Tratamiento de aguas

La federación señala en una nota que ante la “pasividad” de la administración, de la justicia y de los representantes políticos, activistas ecologistas “han pasado a la acción para exigir la paralización total de las obras que amenazan con destruir una de las últimas playas vírgenes del sur de Tenerife, toda vez que el polémico hotel se construye de manera ilegal sobre terrenos afectados por una revisión del deslinde”.

Los ecologistas sostienen que La Tejita y su entorno “poseen un alto valor ecológico, pues constituye un ecosistema de vegetación arenosa único en las islas occidentales del archipiélago. Más de 110 especies de aves han sido identificadas en este lugar, muchas de ellas migratorias, que utilizan estas costas como lugar de alimentación y descanso”.

Añaden que, a finales de 2019, los técnicos independientes que estudiaron el proyecto del Hotel La Tejita “confirmaron que no contará con un sistema de tratamiento de aguas residuales, que se conectará a la red existente (que es inexistente), ya que consiste en conducir las aguas residuales hacia el mar sin tratar. Este proyecto y la licencia del hotel fueron aprobadas ilegalmente por el Ayuntamiento de Granadilla de Abona en 2015”.

Los colectivos ecologistas critican que el Gobierno de Canarias “no asume sus responsabilidades directas sobre este atentado ecológico, lo que implica que se realicen maniobras con consecuencias irreversibles en un espacio natural protegido y emblemático para la isla de Tenerife. Todo ello mientras sobre esta obra pesa una orden de paralización y existen varias denuncias interpuestas que cuestionan su legalidad”.

Para los ecologistas, “es totalmente inaceptable que se permita la construcción de un hotel en el año 2020 y en medio de una pandemia viral que ha puesto en cuestión nuestro modelo de desarrollo basado en el turismo sin límites y la construcción de obras inservibles, frente a la necesaria conservación de nuestros frágiles espacios naturales. La Tejita no se vende, La Tejita se defiende”.

En esta misma línea se posicionó el grupo parlamentario Si Podemos Canarias -que gobierna en las islas en coalición con el PSOE-, quien ayer reclamaba a los gobiernos del Estado y de Canarias “decretar la suspensión cautelar de las obras ilegales que se están llevando a cabo en la playa de La Tejita en Granadilla de Abona”.

Manuel Marrero, portavoz parlamentario de Sí Podemos Canarias insistía en la idea de que “la empresa que está construyendo el hotel lo hace de manera ilegal sobre terrenos afectados por una revisión de deslinde, y las administraciones competentes deben evitar que se continúe cometiendo un atentado medioambiental hasta que se resuelva judicial y administrativamente este asunto”. 

Al hilo de lo anterior, la organización Sí se puede ha reclamado también el cese de la jefa del Servicio Provincial de Costas en la provincia de Santa Cruz de Tenerife por lo que considera “vulneraciones cometidas” para la construcción del hotel. 

La organización ecosocialista ve imprescindible que el Gobierno estatal de PSOE y Unidas Podemos incorpore en la jefatura de este servicio a personal funcionario con un compromiso ambiental acorde a lo que requiere el cuidado del mayor espacio natural de Canarias, según indica en un comunicado. En su opinión la jefa de Costas no está a la altura de lo que exige la conservación del patrimonio natural, asegura Carmen González, portavoz de la Asamblea Local de Sí se puede en Granadilla.

Por este motivo Sí se puede exige especialmente a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, que adopte las medidas necesarias para cambiar a esta funcionaria, caracterizada “por un comportamiento indolente ante las irregularidades que afectan a nuestra costa, hasta rozar la negligencia”.

También el diputado de Unidas Podemos, Alberto Rodríguez, se refería al proceder de las activistas indicando que “es inadmisible que haya personas del movimiento social que tengan que jugarse el físico, literalmente, para hacer cumplir la ley”.

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