Santa Cruz, a un paso de librarse de una indemnización millonaria a Cepsa
Santa Cruz parece estar más cerca de librarse de la amenaza de hacer frente a una indemnización por valor de 31 millones de euros, la mayor de su historia. Ésta es la cantidad que desde hace veinte años le reclama Cepsa por impedirle construir una gasolinera donde hoy se levanta el Recinto Ferial y que había sido aprobada previamente.
Tanto el Ayuntamiento como ahora el Consejo Consultivo consideran que la Refinería ha sido ya compensada a través de diversos beneficios urbanísticos por lo que poco es ya que lo podría reivindicar.
La última sentencia data del verano de 2013 y en ella el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) abría la puerta a que Cepsa se pudiera acoger a otro tipo de compensación, pero no al lucro cesante como alegaba.
Ya en aquel fallo se indicaba que la ciudad renunció al 10% de cesiones obligatorias a las que estaba obligada Cepsa, lo que supuso pérdidas millonarias que se cuantificaron en 1,4 millones.
Un año después de emitirse esta sentencia la Gerencia de Urbanismo cuantificó en 517.348,24 euros el daño causado a Cepsa por haber cedido anticipadamente cinco parcelas a la ciudad.
Durante el trámite de audiencia la Refinería optó por no presentar ningún tipo de alegación, con lo cual se deduce que está de acuerdo con este cálculo.
La lucha de la Refinería en los tribunales se centra en ver reconocido el derecho a ser compensada por el incumplimiento de los convenios firmados en 1989 y 1992 con el Ayuntamiento por medio de los cuales se le permitía instalar una gasolinera en los terrenos donde hoy está el Recinto Ferial.
Este fue el acuerdo que dio lugar a la cesión del suelo donde hoy se levanta la zona residencial de Cabo Llanos.
Cepsa presentó en el Juzgado una valoración de los beneficios que hubiese obtenido durante estos años de haber podido explotar el negocio que cuantificó en casi 31 millones de euros.
El TSJC recuerda que en el año 2005 emitió una sentencia en la que apuntaba que el convenio suscrito en su día era inviable ya que la explotación se iba a situar en unos terrenos de dominio público adscritos al Recinto Ferial, edificio promovido por el Cabildo. Pero en cualquier caso la explotación de la gasolinera se hubiese tenido que otorgar a través de un concurso abierto, siempre y cuando quedara justificado el interés general.
