La familia, el hombre, la mujer, los valores primitivos... Los mensajes de la visita papal fueron muy concretos y muy constantes, y siempre muy bien dirigidos al Gobierno de Zapatero, que lo tenía previsto y hasta parece haberlo asumido todo con deportividad. Menos mal que la visita duró 25 horas y veinte minutos, porque escuchar mucho más tiempo por la tele eso de “Benedicto, Benedicto, oé, oé, oé”, empezaba a sonar a Shakira, con perdón. Lejos de entrar en las polémicas de fondo de por qué Zapatero (al igual que Bush y Chirac) no va a la misa papal, preferimos quedarnos con dos detalles insignificantes del discurso nocturno de Benedicto XVI. El que se lo escribió es muy puñetero, porque además de hacerle leer eso de “personas humanas”, que queda fatal delante de tanta gente, le complicó la existencia al escribir “matrimonios fieles y duraderos”. El pobre Ratzinger leyó “matrimonios fieles y duraduros”. ¿Que es verdad? Pues claro que es verdad.