Nadie debería sorprenderse de que el abogado Mauricio Hayek haya pactado cualquier cosa ante la magistrada Bellini y la fiscal Martínez. La Opinión de Tenerife publicaba este viernes un tormentoso historial de este letrado que muy bien podrían acreditarle como un consumado funambulista, con un maletín con pasta en una mano y escasos escrúpulos en la otra, pero siempre en la cuerda floja. Si se le acusa de apropiación indebida debe ser de los más de 1.300 millones de las antiguas pesetas que se sospecha dejó de liquidar a la junta de compensación de Las Teresitas. No está mal el delito para empezar, que de añadirle otros (en el caso de que fuera menester) ya habrá tiempo. De momento ha eludido la prisión preventiva, que no es poco.