Lo ocurrido con el boro (no confundir con el ácido bórico que tanto entusiasma al PP con sólo mentarlo) nos lleva a recordar con cierto cabreo lo ocurrido con la adjudicación de los dos módulos de desalación de Isolux, donde se ha generado la más alta concentración de este elemento químico, el nuevo marrón que ha tenido que comerse el actual grupo de gobierno. Isolux y la compra de la vieja fábrica de tabacos de La Favorita son dos de las operaciones más escandalosas que hizo el PP durante sus doce años de gobierno en Las Palmas de Gran Canaria, a las que hay que sumar las torres del canódromo, el solar de Pavía, la bandera de 360.000 euros, los chalets que cambió Pepa por la biblioteca del Woermann y las incontables sentencias condenatorias que siguen llegando a cuentagotas al Ayuntamiento hipotecando para los próximos años las cuentas de la Corporación.