San Juan de la Rambla, norte de Tenerife. En su día, el alcalde, Manuel Reyes (CC), decide mover de sitio las Casas Consistoriales, el ayuntamiento, desde el casco (donde ha estado toda la vida) a San José, en la parte alta del municipio. Los vecinos, que montan en cólera, se manifiestan y recurren judicialmente la decisión. El Tribunal Superior Justicia de Canarias que les da la razón y sentencia que el Ayuntamiento ha de volver a su sitio de origen. Aparte del cabreo monumental de don Manuel y del contento general de los rambleros de abajo, el problema sigue ahora con la decisión del edil, porque los vecinos quieren la ejecución de la sentencia ya, y el alcalde no está por la labor de resistir, a ver si logra pacificar al pueblo que en su día dividió. Pero el orgullo es el orgullo y en círculos cercanos a Reyes ya se oye que primero dimite antes de volver al casco.