Pero, a diferencia de los encargos realizados por Cascos a Chirino, vía Marlborough, las otras esculturas que adornan diversas rotondas de la circunvalación, se adjudicaron tras escuchar a una comisión convocada al efecto por la Dirección General de Obras Públicas del Gobierno de Canarias. La tal comisión la presidía el director general, Domingo Berriel, y le acompañaban en la tarea Horacio Umpiérrez, por entonces director general de Cultura; José María Maya Cáceres, ingeniero director de las obras; Pedro Bello Berlín, jefe de Seguridad del Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas (suplido en otra ocasión por Pepe Setién), y Víctor Quevedo Domínguez, asesor técnico del Cabildo. Nada es perfecto en esta vida, sin embargo, porque uno de los comisionados es esposo de una marchante, y en lugar de abstenerse -que hubiera sido lo elegante- el hombre permaneció impasible el ademán.