Efectivamente, fue Pelopincho González quien, en compañía de otro prodigio de la política canaria, el por ahora retirado Jorge Rodríguez, del PP, elaboró aquellas groseras conclusiones de la comisión de investigación de la trama eólica en las que culparon a un militante socialista de ser el muñidor de una operación en la que, de momento, sólo hay personajes del PP, los que están y los que se esperan. Por lo tanto, no cabe pretender de José Miguel González más que amaños para sacar de la ciénaga a sus compañeros de partido y de coalición gubernamental, cuando no a sí mismo, como ocurrió en su momento con su participación en la ley de farmacias de la Comunidad Autónoma. De Jorge Rodríguez, siempre alicatado hasta el techo, qué quieren que les digamos. De momento, recordemos que ya ha abandonado en dos ocasiones la política activa al verse envuelto en casos de presunta corrupción: la primera vez en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y más recientemente cuando este periódico lo descubrió en sus pornográficas relaciones con Grupo Europa.