Lo primero que hay que preguntarse ante tamaño atrevimiento es quién es el autor intelectual de esa insultante propuesta de comisión de investigación, porque debemos descartar que a Barragán le dejen las manos libres para según qué cosas. Lo segundo es saber si el presidente Rivero y el consejero Ruano, el perretas de la Guanchancha, conocen esta iniciativa y si la avalan. Porque además de ser horrible que los representantes públicos se dediquen a mangonear con el drama de dos familias y la preocupación de toda una sociedad, produce grima pensar que todos ellos quieran montar una policía autonómica para controlarla a su antojo. Cabría imaginarse, de entrada, que si en sus manos estuviera, no habría más detenciones de corruptos de CC y del PP, y que los desaparecidos empezarían a estar también en el bando de los adversarios políticos, empezando por los periodistas que les estorban. Son unos auténticos macarras, unos impresantables de la política a los que hay que depurar democráticamente como merecen.