Pero no acaba ahí la odisea vivida por esta expedición empresarial, porque los tres empresarios que sí embarcaron a tiempo en Gran Canaria en dirección a Tenerife Norte, fueron los únicos que, pese a llegar a tiempo, perdieron su enlace con la isla de El Hierro, que sí tomaron los siete del billete virtual de Islas Airways. No se lo van a creer, pero en todos los casos los despistes vinieron provocados por la contrastada afición de todos ellos a hablar. Suponemos que estarían conversando de la crisis del movimiento empresarial canario, las nuevas elecciones, los movimientos telúricos que se producen para enturbiar aún más la situación, o los nombres de los que se postulan. Por cierto, en El Hierro les esperaba, bufanda en ristre, el director general del Tesoro, Aurelio Ayala. Lo que no significa que sea gafe.