La Ruta Austral: un viaje por la salvaje Patagonia chilena
A la Ruta CH-7 se la conoce como la Carretera Austral. Sale de Puerto Montt, justo en frente de la Isla de Chiloé (uno de nuestros destinos preferidos) y recorre más de 1.200 kilómetros apuntando siempre hacia el sur buscando los hielos australes de la Patagonia chilena. La ruta alterna un poco de asfalto, mucho ripio (tierra apisonada) y saltos en transbordador para sortear los obstáculos de agua que salen al paso (algunos de más de tres horas como el que supone hacer las más de 33 millas náuticas que separan Hornopirén y Leptepú). Dejamos atrás las tierras de Los Lagos y nos metemos en el trozo más salvaje de Chile. La carretera corre junto al mar. Las primeras lenguas de agua que penetran kilómetros y kilómetros en la tierra se dejan ver a los pocos kilómetros de dejar atrás la ciudad. Una barcaza nos ayuda a salvar la distancia que el Estero de Reloncaví pone entre la CH 7 y su continuación allá en frente. Entramos en la región de los ‘fiordos’ chilenos, uno de los rincones más bonitos de esta tierra nuestra. Un lugar que nos recuerda a otras latitudes que quedan muchos kilómetros más al norte ( Ver reportaje de nuestro viaje a los Fiordos noruegos ).
Los esteros (eso de fiordos es cosa de marketing), canales e islas forman un paisaje bellísimo. Aquí, la Cordillera de los Andes cae a plomo sobre el océano con picos que superan los 2.000 metros de altitud. Glaciares (estamos en los límites septentrionales de los hielos patagónicos) y bosques impenetrables completan una estampa espectacular. En un lugar así, los hombres y mujeres se instalaron donde pudieron. Salvo Coyahique y Puerto Aysén, la presencia humana en la región se limita a pequeños pueblos en estuarios y ensenadas. Aquí la Naturaleza en mayúsculas manda dejando paisajes impresionantes: un aspecto que acentúa el carácter de aventura. Según los medios especializados, esta ruta está entre los mejores destinos turísticos del mundo .
Los tramos: La CH-7 cubre 1.242 kilómetros entre Puerto Montt y Villa O’Higgins. Cada año se asfaltan tramos pero al cierre de esta edición, apenas un 40% de la ruta está asfaltada; el resto de la vía es de ripio aunque bastante bien acondicionado y con anchuras medias de siete metros. Este recorrido incluye varias travesías en transbordador y barcazas (aún más aventura):
El cruce del Estero Reloncaví lo efectúa la empresa Transportes del Estuario con salidas cada 30 minutos entre las 6.00 y las 4.00. Aquí puedes ver Horarios, condiciones y tarifas . Las bicicletas pagan unos 4 euros; las motos unos 10 y los coches unos 14. La travesía dura unos 30 minutos.
La travesía Hornopirén – Leptepú y el ‘salto’Fiordo Largo –Caleta Gonzalo son operados por la empresa Transportes Austral. En temporada alta (verano austral) hay dos salidas por tramo (10.30 y 12.00) y la conexión con Fiordo largo se hace tras 10 kilómetros de carretera. Los precios de estas dos travesías combinadas es de 7,6 euros por pasajero; 11,5 por motos o similares y 45,5 por coche/furgoneta. Las bicicletas entran con el precio de su conductor (pasajero). La travesía entre Hornopirén y Leptepú
La barcaza de Puerto Yungay a Río Bravo ( Barcaza Padre Antonio Ronchi ) parte en temporada alta a las 10.00, 12.00, 15.00 y 18.00 horas. La travesía dura unos 45 minutos y es gratuita para pasajeros y vehículos (subvencionada por el Estado).
EL PRIMER TRAMO tradicional transcurre entre Puerto Montt y la localidad de Chaitén. Son 239 kilómetros que combinan carretera y tres tramos de barcaza transbordador. Los lugares de referencia en este primer tramo son el Parque Nacional Hornopirén y la Reserva Natural Pumalín (con los mejores bosques valdivianos de la región y una extensa red de senderos que van desde los fiordos hasta el mismísimo corazón de Los Andes) ambos de una gran belleza. La meta de este primer tramo puede ser el pueblo de Chaitén, un lugar que. Literalmente, renace de sus cenizas después que la erupción de un volcán la sepultara con cenizas e, incluso, cambiara el cauce del río perjudicándola de manera seria. De la dificultad virtud: hoy el volcán es un atractivo turístico más junto a los impresionantes bosques nativos o la cercana Playa de Santa Bárbara, un lugar de cine en el que los árboles llegan casi al borde del mar en una playa de arenas negras de origen volcánico. Otro sitio que bien merece una parada son Las Termas de Río Amarillo Las Termas de Río Amarillo , a 30 kilómetros al sur del pueblo.
Una buena base de operaciones en el SEGUNDO TRAMO de la ruta es la pequeña ciudad de Puyuguapi (o Puyuhuapi), una antigua colonia de emigrantes alemanes que se ha consolidado como uno de los puntos turísticos más interesantes de la región – 189 kilómetros desde Chaitén-. Cuenta con termas y sirve de campo base para hacer algunas visitas importantes: la más impresionante es la subida hasta elGlaciar Hanging con sus espectaculares cascadas y elRío Ventisqueros (que atraviesa los imponentes bosques de Queulat). Otro lugar memorable. Pasar aquí un par de días no es mala idea. Desde Puerto Cisnes salen excursiones marítimas por los canales adyacentes en los que no es difícil toparse con delfines juguetones. Una de las visitas clásicas es hacer algún trekking por el interior del Parque Nacional Isla Magdalena , Parque Nacional Isla Magdalena lugar de cría del Pingüino de Humboldt y del lobo marino. Los bosques nativos cubren el interior de esta enorme isla de más de 1.500 kilómetros cuadrados (casi como Gran Canaria) en el que el hombre sólo tiene presencia testimonial en el pequeño pueblo de pescadores de Punta Gaviota (situado en el sur –ver mapa-).
Visitar las Islas Gala: Las barcazas y ferries que comunica este confín del mundo con el norte del país hace escala en Cisne antes de seguir serpenteando entre canales conectando pequeños puertos, islas remotas y ensenadas y enfilar el norte (A Chellón –en Chiloé- o Puerto Montt). Entre Cisne y Puerto Gala hay unas cuatro horas de travesía por los canales Puyuhuapi y Jacaf . Es uno de los lugares más impresionantes que hemos tenido la oportunidad de ver. Sólo hacer el camino es todo un regalo, pero la recompensa de llegar a destino supera con creces la delicia de navegar hasta allá. Gala son cuatro islas situadas justo en la desembocadura del Canal Jacaf . Un lugar verdaderamente aislado que fue el escenario de una especie de fiebre del oro en los años 80, cuando por la merluza blanca chilena se pagaban precios astronómicos en Europa. Los pescadores llegaron; primero se instalaron de improvisados ranchos provisionales; después construyeron sus casas de madera (muchos palafitos) al más puro estilo chilote. Hoy viven unas 300 personas y hay de todo: escuela, tiendas de comestibles y un puñado de alojamientos para un turismo cada vez más presente. Los peñascos apenas requieren de una mañana para verlas a fondo; pero aún así es un lugar especial. Desde las islas (algunas comunicadas por pasarelas colgantes –una pasada-) se organizan excursiones a lugares cercanos como Playa Bonita, la Lobería de Canal Salqueman
TERCER TRAMO . La ciudad de Coyhaique (a 219 kilómetros de Puyuguapi) es famosa en Chile por estar a la rivera del impresionante Río Simpson, que corre por una impresionante vega a media altura antes de encajonarse entre montañas para desembocar junto a Puerto Aysén. El río riega una gigantesca reserva natural y es uno de los escenarios preferidos por los seguidores de los deportes de aguas bravas del país. La ciudad, la verdad, tiene poco que ver. Pero está a tiro de piedra de varios de los lugares emblemáticos de la región: el Lago Elizalde –encajonado entre montañas cubiertas por nieves perpetuas-; el Cerro Castillo –un lugar ideal para hacer senderismo-o el Glaciar San Rafael.
Otro lugar de interés muy cerca de Coyhaique es el Lago General Carrera, una de las conexiones recurrentes con Argentina. La Ruta 7 se acerca al lago en Bahía Muerta y recorre un buen tramo por la orilla occidental pasando junto a lugares preciosos. La principal atracción natural del lugar es La Catedral de Mármol, una curiosa formación rocosa pulida y perforada por el agua atravesada por túneles y altas bóvedas.
La CH-7 termina en Villa O`higgins. Este CUARTO TRAMO tiene más de 560 kilómetros y puede dividirse. Estamos ante uno de los trozos de carretera más salvajes del planeta. El ripio manda -sólo hay asfalto hasta Villa Cerro Castillo- y para llegar hasta el final (incluyendo el paso en barcaza desde Puerto Yungay a Río Bravo) se pueden tardar, fácilmente, unas diez u once horas. Pero merece la pena. Las dos paradas de este impresionante tramo de carretera que corre entre montañas son Caleta Tortel, un pequeño pueblo a orillas del mar en el que las calles son pasarelas de madera que salvan los desniveles entre las casas (una de las fotos más bonitas de todo el viaje) y la propia Villa O’Higgins, pueblito de casitas de madera pintadas de colores vinos que sirve de acceso privilegiado al Campo de Hielo patagónico Sur. Pero lo realmente importante de este lugar es llegar; sentirse en el verdadero fin del mundo.
Fotos bajo Licencia CC: Gabriel Urrutia Galaz ; Dan Lundberg ; Javier Vieras ; Sam Beebe.