Pequeña guía de Cracovia: todo lo que hay que ver en la capital cultural de Polonia

Calle de la ciudad vieja de Cracovia.

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Cracovia es uno de esos lugares que resumen a la perfección las tensiones de la historia europea. La segunda ciudad de Polonia (fue capital del país hasta el siglo XV) puede presumir de tener uno de los centros históricos mejor conservados del mundo. Un pequeño enjambre de callejuelas que sirven para rastrear algunos de los episodios más importantes de los últimos quince siglos: desde la invasión de los hunos, que arrasaron la ciudad en el siglo XIII obligando a reconstruirla casi desde los cimientos, a la terrible ‘solución final’, el eufemismo con el que los ocupantes alemanes llamaron al exterminio de millones de personas en campos como el cercano campo de Auschwitz. La ciudad es la capital cultural polaca. Y la concentración de grandes monumentos, museos y lugares de interés la convierten en una de las mejores escapadas urbanas de Centro Europa. Hay mucho que ver en Cracovia, pese a que no es un lugar grande. Sólo por todo lo que tienes alrededor, una visita con menos de tres o cuatro días te va a resultar corta.

La mejor manera de acercarse a la Stare Miasto (casco histórico) es a través de la Plaza de Jan Matejko, un espacio a medio camino entre la vieja y la nueva Cracovia y que te deja frente al primer gran hito de la antigua capital polaca. La Barbacana (Basztowa, sn; Tel: (+48) 12 431 75 90) es uno de los pocos restos del sistema de fortificaciones medievales de la ciudad. Se construyó a finales del siglo XV y es una de las tres barbacanas medievales que aún existen en toda Europa. Como carta de presentación no está nada mal. De las antiguas murallas apenas quedan un par de metros que flanquean a la Puerta de San Florián, el acceso más bonito para entrar en la ciudad vieja. Hoy, un parque en forma de herradura ocupa el lugar de los viejos muros y fosos que protegían Cracovia y separa el casco histórico del resto (Jardines Planty). Desde esta sencilla puerta parte el antiguo ‘Camino Real’ (calle Florianska) que atraviesa todo el centro urbano y desemboca en el Castillo de Wawel.

La Plaza del Mercado (Rynek Glowny) ejerce de corazón de la ciudad: todo lo que hay que ver no está a más de veinte minutos a pie de este céntrico espacio repleto de arte. Ahí mismo, en la propia plaza tienes la Lonja de los Paños (Rynek Główny, 1; Tel: (+48) 12 433 5400), un imponente palacete renacentista que ejerce de sede del Museo Nacional de Polonia; el Palacio Krzysztofory (Rynek Główny, 35; Tel: (+48) 12 619 2335), que alberga las salas principales del Museo de Cracovia; el Museo del Ámbar (Świętego Jana, 2; Tel: (+48) 601 824 646); la coqueta Iglesia de San Adalberto (plac Mariacki, 31; Tel: (+48) 12 422 83 52) o la fastuosa Basílica de Santa María (Mariacki, 5; Tel: (+48) 12 422 0521), el imponente templo medieval de ladrillo y piedra que es aún más bonito por dentro (es una de las grandes joyas del gótico de Europa) que por fuera, que ya es decir. Si nos ponemos a enumerar los lugares que se extienden más allá de esta plaza monumental (la más espectacular de Europa según los polacos) la lista se haría interminable. Hay más de una veintena de museos; una docena larga de iglesias históricas y cientos de edificios notables. No dejes de visitar el Collegium Maius (Jagiellońska, 15; Tel: (+48) 12 663 1307), un precioso edificio gótico tardío que desde finales del XV acoge dependencias de la Universidad Jagellónica, una de las instituciones académicas más antiguas del viejo continente. Aquí estudió Nicolás Copérnico (Hay una estatua dedicada al genial astrónomo en el lateral del colegio –Calle Gołębia-).

El otro gran centro patrimonial de la Stare Miasto es la Colina de Wawel, un pequeño promontorio que domina el cauce del Río Vístula. Este lugar fue, durante siglos, el epicentro del poder político y religioso de Polonia. El Castillo de Wawel fue durante siglos la residencia oficial de los reyes polacos (la dinastía de los Piasta) entre los siglos XII y XV. El castillo es una inmensa estructura que tiene un poco de todo: antiguos muros defensivos, torres, caballerizas, armerías, zonas palaciegas y hasta una catedral. Esta parte de Cracovia es el resultado de más de 1.000 años de historia. Uno de los hitos más importantes de todo este tiempo fue la creación del obispado local, lo que provocó la construcción de un templo acorde con el estatus de la ciudad. La Catedral de Wawel (Wawel, 3; Tel: (+48) 12 429 9516) ejerció desde sus inicios un enorme poder visual y simbólico y hoy es sede del arzobispado polaco. No sólo es un lugar bonito de ver (es gótica y está adornada con capillas funerarias de altísimo valor artístico), también es un monumento crucial para la historia del país: aquí se coronaron y enterraron la práctica totalidad de los reyes polacos y hasta algún presidente. La Capilla de Segismundo, por ejemplo, es considerada como el culmen del Renacimiento en Polonia. Wawel es, por lo tanto, un lugar de gran carga histórica. Desde aquí puedes acceder a la zona más bonita del paseo que recorre el Vístula.

Kazimierz, el barrio judío más bonito de Polonia.- La importancia comunidad judía en la historia de Cracovia es crucial para entender la ciudad. Los judíos de Cracovia no sólo dejaron su impronta en la ciudad en forma de sinagogas, viejos cementerios y casonas: su huella incluye una rica gastronomía y profundos rastros culturales que trascienden a los propios judíos. Una buena manera de entrar en Kazimierz es a través de la calle Dajwór. Ahí, junto a los restos de la muralla está la Sinagoga Vieja (Szeroka, 24; Tel: (+48) 12 422 0962) una de las más antiguas y bonitas de Europa del Este y hoy sede dedicada a la huella judía del Museo de Historia de la ciudad. Desde aquí se inicia un camino que alterna la historia vinculada a las piedras con las historias de carne y hueso. Ahí, junto a la Sinagoga Vieja puedes ver un pequeño monumento que recuerda el nombre de una veintena de personas ajenas a la comunidad que perdieron la vida por protegerla durante los años oscuros de la Segunda Guerra Mundial. La tragedia impregna muchos de los rincones. También la cultura popular, como sucede en la calle Na Przejsciu, que es dónde se rodó la famosa escena de la niña de abrigo rojo de la Lista de Schindler (otros lugares que sirvieron de escenarios fueron la calle Szeroka y el espectacular patio de vecinos del número 12 de la calle Józefa).

La Sinagoga de Remuh (Szeroka, 40; Tel: (+48) 12 429 5735) es una de las que aún siguen ofreciendo el culto hebreo y aunque es sencilla es importante para la comunidad por custodiar uno de los cementerios del barrio. Es un lugar especial y también tiene un espacio para recordar a los que sufrieron persecución y muerte. Hay otras cinco sinagogas (puedes verlas señaladas en el mapa). Si vas con tiempo pásate por ellas y míralas: si vas apurado no dejes de entrar en otras dos: Sinagoga Poppera (Szeroka, 16) y la Sinagoga de Isaac (Kupa, 18; Tel: (+48) 12 430 2222). La Plaza Nowy ejerce de corazón del barrio. El antiguo ‘Mercado de las Aves’ es hoy un animado espacio urbano lleno de bares y locales de moda que ponen de manifiesto la nueva vida del barrio, que se puso de moda tras el rodaje de la película de Spielberg.

Una visita a Podgorze, el terrible gueto de Cracovia.- El río Vístula sirve de frontera natural entre el centro de Cracovia y sus barrios periféricos por la banda sur. Un par de puentes (el más bonito es el moderno e icónico Puente del Padre Bernatek) cruzan desde el antigua barrio judío hasta esta zona industrial que se convirtió en uno de los epicentros del horror nazi durante la invasión alemana. Aquí se creó uno de los cinco guetos que las autoridades ocupantes establecieron en Polonia. La idea era expulsar a la población judía del centro de la ciudad y concentrarla para facilitar su esclavización: los aptos para el trabajo eran usados como mano de obra gratuita en fábricas y  campos de concentración –sobre todo a los de Belzec y Płaszów- y los que no simplemente eran eliminados. La Plaza de los Héroes de Gueto (plaza Bohaterów) oficia de centro del barrio y, a la vez, de espacio para la memoria. Un conjunto de 70 sillas de metal de distintos tamaños (cada una de ellas representa a mil muertos) recuerda a las víctimas de las levas forzadas por los alemanes: en este lugar se seleccionaba a los judíos y judías que servirían como eslavos en campos y fábricas y se los separaba de los que eran asesinados. Del viejo gueto quedan pocos rastros. En el número 25 de la calle Lwowska y en Limanowskiego 62 aún pueden verse lienzos del muro que separaba el gueto del resto de la ciudad, pero el vecindario ha cambiado mucho en las últimas décadas. Otro lugar de gran importancia histórica y simbólica es la Farmacia Bajo el Águila (Plac Bohaterów Getta, 18; Tel: (+48) 12 656 56 25), que fue la única que siguió funcionando durante los tiempos más duros del gueto y se convirtió en un símbolo de resistencia y dignidad.

Podgorze aún posee un importante nudo ferroviario que conecta la ciudad de Cracovia con los países centroeuropeos. No es de extrañar que aquí se situaran varias fábricas de importancia, como la que compró el empresario Oskar Schindler, un oportunista que se afilió al partido nazi para hacer prosperar sus negocios. Este personaje elevado al status de mito gracias al cine arrendó una vieja fábrica de ollas de cocina y la convirtió en una factoría de material de cocina de campaña con el Ejército alemán como cliente. Hoy, la fábrica, en la que el propio Schindler tomó conciencia de la situación y empezó su cruzada para salvar a miles de personas, es hoy un museo dedicado a la ocupación alemana de la ciudad (Lipowa, 4; Tel: (+48) 12 257 1017) y uno de los lugares más visitados de la ciudad. A dos pasos de aquí puedes echarle un vistazo al Museo de Arte Contemporáneo de Cracovia (Lipowa 4; Tel: (+48) 12 263 4000) y uno de los centros de producción de vidrio y cerámica más importantes del mundo (Lipowa 3).

DE EXCURSIÓN A LAS MINAS DE SAL DE WIELICZKA Y AL CAMPO DE AUSCHWITZ – BIRKENAU.- Estas dos salidas son las inexcusables. Las famosas minas de sal se encuentran a apenas 14 kilómetros del centro y es posible llegar hasta allí en transporte público (Autobús número 304 desde Dworzec Główny Zachód o el tren desde la Estación de Kraków Zabłocie) en poco más de 40 minutos. Según dicen, estas son las minas de sal en activo más antiguas del mundo (aunque ya oímos lo mismo en el pueblo austriaco de Hallstatt). No vamos a entrar en polémicas pero sí son espectaculares y es uno de los lugares que hay que visitar sí o sí si se viene a Cracovia. Aquí vas a encontrar una verdadera ciudad de sal excavada bajo la superficie del suelo en el que hay capillas, salones espléndidos, esculturas de personajes ilustres y hasta un lago. Y es que sus más de 300 kilómetros de galerías y 327 metros de profundidad dan para mucho. Las minas se explotan sin interrupción desde el siglo XIII y su importancia tiene su reflejo en la propia Wieliczka que cuenta con un conjunto monumental bastante vistoso, incluyendo un castillo que sirve de museo de interpretación de las minas.

Otra visita que no tiene desperdicio es el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Este lugar de terrible historia se encuentra a 66 kilómetros al este de la ciudad. ¿Se puede ir en transporte público? Sí. La mejor opción es el autobús. Hay cuatro empresas que comunican el campo con la Estación Dworzec MDA (la que está al lado de la Estación Central de tren): GT TRANS, Lajkonik, Marek Lewański y Przewóz Osób JS. La otra opción es tomar un tren en la Estación Central de Cracovia hasta Oswiecim. El pro es que es más barato que el autobús, pero la contra es que la estación de destino está a unos dos kilómetros de la entrada del campo. Para entrar por libre (sin haber reservado en la web del lugar la visita guiada) deberás llegar antes de las 10.00 o después de las 15.00. La visita con guía merece muchísimo la pena ya que te vas a enterar de muchísimos detalles.

MUSEOS Y OTROS PUNTOS DE INTERÉS

El Cuartel General de la Gestapo (Pomorska, 2; Tel: (+48) 12 633 1414).- La historia de la ciudad tiene marcada a fuego la ocupación alemana entre 1939 y 1945 y no son pocos los espacios dedicados a este periodo. En el que fuera cuartel general de la brutal policía militar alemana puedes ver una exposición sobre este periodo (y la etapa estalinista posterior) con objetos, documentos y fotografías. Y podrás visitar los calabozos y salas de interrogatorio en cuyas paredes aún pueden verse inscripciones de las víctimas. Imprescindible.

Museo Arqueológico de Cracovia (Senacka, 3; Tel: (+48) 12 422 7100; E-mail: mak@ma.krakow.pl).- Nosotros tenemos una fijación importante con la arqueología y solemos visitar todos los museos, yacimientos y centros de interpretación que se nos pone a tiro. Y el de Cracovia es de los que más nos han gustado de Europa. Completa muy bien la colección de objetos con maquetas y reproducciones lo que es de agradecer.

Basílica y Convento de San Francisco de Asís (plac Wszystkich Świętych, 5; Tel: (+48) 12 422 53 76).- Este impresionante complejo de edificios religiosos es de los más importantes de la ciudad y en él se combinan de manera bellísima lo más antiguo y el arte contemporáneo. El edificio (dicen que fue el primero construido en ladrillo de Cracovia) es una maravilla del gótico centroeuropeo (siglo XIII –se empezó a construir poco después de la destrucción de la ciudad a manos de los hunos) y es uno de los mejores ejemplos de convento medieval del país. Otro de sus atractivos son sus frescos art decó y vidrieras que datan de principios del siglo XX.

Nowa Huta; la extraña belleza de la planificación soviética.- Este barrio relativamente cercano al centro (10 kilómetros) fue uno de los máximos exponentes de la planificación urbanística socialista en toda Europa del Este. El barrio está ordenado a través de grandes avenidas y zonas verdes que se irradian a partir de una gran plaza central que sirve de vértice de la que parten las ordenadas filas de bloques de apartamentos, las calles y los parques. Este lugar se construyó para servir de residencia para los obreros del potente polo siderúrgico local. Es una visita que merece la pena. Para llegar desde el centro la mejor opción es tomar el tranvía (líneas 4, y 10) desde la Estación Central (Dworzec Główny). En el barrio se ofrecen tours que se hacen con viejos coches de la época comunista.

Fotos bajo Licencia CC: Richard Jones; Tomasz Baranowski; Ann Baekken; Rob Hodgkins; cærnun; Ronnie Macdonald; Fred Romero; Jose A.; Russell Yarwood; Mihai Lucîț

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