Guía de viaje para dos días en Toulouse: Las claves de la Ciudad Vieja y los quais del Río Garona

La Cúpula de Le Grave desde los quais de Toulouse.

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Una buena manera de empezar bien un fin de semana en Toulouse es acercarse a la Plaza del Capitolio y tomar un verdadero petit-déjeuner (desayuno) francés en Le Bibent antes de lanzarse a descubrir los muchos encantos de la ciudad vieja. Este café se inauguró en 1861, en plena época del emperador Napoleón III, el último de los déspotas franceses. Entre adornos de pan de oro, enormes lámparas de lágrimas de cristal, falsas columnas con forma de torsos desnudos y frescos que cubren cualquier centímetro al que no llega la filigrana y el oropel podemos tomar un croissant 'como Dios manda' acompañado de café y zumo de naranja antes de salir a caminar. Más allá de la deliciosa atmósfera decadente de este símbolo de la Belle Epoque francesa y del croissant, Le Bibent permite empezar a disfrutar del centro de Toulouse sentados en uno de sus locales más emblemáticos: en la plaza más importante.

Y empezamos la ruta (marcada por iconos azules en el mapa) en la céntrica Plaza del capitolio, un gran espacio abierto que forma parte de la historia de la ciudad rosa (por el color de su piedra) desde el siglo XII. La plaza se abrió en la red de callejuelas medievales para servir, al mismo tiempo, de escenario del mercado y sede del edificio de los ‘Capitouls’, los alguaciles encargados de gobernar la ciudad. El espacio que podemos ver hoy ha cambiado mucho desde aquella lejana Edad Media. Hoy, la dupla que conforman la sede del Ayuntamiento -Le Capitole- y el Teatro Nacional de Toulouse (Place du Capitole, 1) rematan un gran espacio porticado donde manda el neoclásico del siglo XVIII a lo bestia (en su precioso interior se conservan algunos elementos anteriores). Para encontrar los rastros de aquel origen medieval hay que ir hasta la fachada trasera del consistorio municipal para ver la Donjon du Capitole -Torre del Ayuntamiento- (Rue Ernest Roschach), un torreón del siglo XV que sirvió de cárcel y hoy alberga los archivos de la ciudad. Aprovecha que estás aquí y dar una vuelta rápida por la Plaza de Charles de Gaulle.

Fachada del Capitolio. El ayuntamiento de Toulouse es bonito por fuera e impresionante por dentro.

Un hotel para mitómanos.- A apenas 30 metros de la Plaza del Capitolio se encuentra el Hotel Le Grand Balcon (Rue Jean-Antoine Romiguières, 8). Este hotel clásico no es una mala opción para quedarse en pleno centro histórico de Toulouse y también para adentrarse en la personalidad de uno de los grandes nombres de la Literatura: Antoine de Saint Exupery, el nombre detrás de El Principito. Este hotel servía de base para los pilotos de la primera línea aeropostal que unía Francia con el norte de África. Una de las habitaciones recuerda las estancias del genial escritor en el hotel.

Donjon du Capitole. Esta torre medieval sirvió de cárcel y hoy es sede del archivo municipal.

La Rue du Taur hasta la Plaza de San Sernín.- Saliendo del Capitolio por la Rue du Taur podemos ver el porqué del sobrenombre de la ciudad rosa. La combinación de la piedra y el ladrillo da una sensación de ciudad rojo pálido que se pone de manifiesto en maravillas como la Iglesia de Nuestra Señora del Taur (Rue du Taur, 12), una maravillosa iglesia gótica del siglo XIV donde la combinación del ladrillo y la piedra se convierte en una obra de arte sublime. A diferencia de otras grandes ciudades francesas, en Toulouse la arquitectura del ladrillo y la piedra no sucumbió a la dictadura del Haussmann que transformó por completo, por ejemplo, nuestra bien amada París. El objetivo de entrar por Taur, a parte de ver esta Notre Dame de ladrillo, es llegar a la Plaza de San Sernin, uno de los grandes epicentros patrimoniales y simbólicos de la ciudad.

Ábsides y torre de San Sernín, la gran joya medieval de Toulouse.

El elemento que define este espacio es la Basílica de San Sernín (Saint Sernín, 7). En esta magnífica iglesia románica del siglo XI es la segunda más antigua de toda Francia tras la mítica Abadía de Cluny y se erigió como uno de los templos del Camino de Santiago en el país galo. Aquí se custodian las reliquias de San Sernín (Saturnino) que fue martirizado en el siglo III arrastrado por un toro (por la Rue Taur). El exterior es impresionante pero el interior es aún mejor (con algunos de los bajorrelieves románicos más importantes de Europa). La actual cripta es el edificio original del siglo V. Y junto a la iglesia podemos visitar el antiguo Colegio de Saint Raymond (Saint Sernín, 1), otra joya medieval (siglo XIII) que hoy ejerce de sede del Museo Arqueológico local (y ver la gran cantidad de restos romanos que se han recuperado por toda la ciudad).

Ladrillo y Piedra. Nuestra Señora de Taur.

Un paseo por los Quais hasta el Puente Nuevo.- Nos acercamos al Garona para recorrer el flanco fluvial del casco histórico desde la zona del Canal de Brienne hasta el Pont Neuf (apenas 1,1 kilómetros). Cruzamos el canal en el Quai de Saint Pierre para visitar la Terraza de Bazacle y el entorno de la antigua Central Hidroeléctrica de Bazacle (Quai Saint-Pierre, 11) que hoy se ha reconvertido en un activo centro cultural. Desde aquí tomamos en Quai de Saint Pierre para ir descubriendo los pequeños espacios abiertos al río desde donde tenemos muy buenas vistas sobre la orilla sur del Garona con la cúpula de La Grave como icono fundamental. La primera parada es la Plaza de Saint Pierre, donde hay que prestar atención a otros hitos más allá del río: la Plaza de Bologne y la antigua St-Pierre-des-Cuisines (Plaza de Saint Pierre, 12) una antigua iglesia medieval con partes prerrománicas y paleocristianas que guarda vestigios galorromanos (hoy sirve de auditorio).

Calles de Esquirol. El casco histórico de Toulouse es un ejemplo del uso del ladrillo durante la Edad Media.

La otra parada que hay que hacer en este breve paseo junto al Garona es el Port de la Daurade, antiguo embarcadero fluvial que hoy sirve de gran mirador y plaza pública. Aquí también hay que mirar hacia los dos lados. El frente del río ofrece una de las fotos clásicas de Toulouse (con el Pont Neuf y Le Grave) y el espacio urbano está dominado por grandes monumentos como la Basílica de la Daurade (Pl. de la Daurade, 1).

Patio renacentista del Hôtel d’Assézat.

Dos museos, un hotel y una catedral.- Para terminar este primer día de paseo por la Vieja Toulouse nos vamos a detener en la zona al sur de la Plaza del Capitolio para descubrir los encantos de los barrios de Esquirol y Saint-Etienne, donde se nota más la traza urbana de la ciudad medieval. Aquí hay que callejear para ir descubriendo pequeños y grandes secretos marcando como imprescindibles dos grandes hitos que, a nuestro juicio, hay que ir a ver sí o sí. El primero es el Museo del Viejo Toulouse (Rue du May, 7). Ya sólo por ver el edificio, una soberbia casona palaciega de estilo renacentista, merece la pena verlo. Pero además cuenta con unas muy buenas colecciones históricas que explican todo el espacio urbano. Y el segundo de los grandes centros culturales de Esquirol es el Museo de los Agustinos (Rue de Metz, 21), un fantástico edificio medieval repleto de obras de arte paleocristianas y medievales (este es el museo imprescindible de Toulouse). Otro lugar interesante es el Hôtel d’Assézat (Place d'Assezat), una maravilla renacentista que bien merece una parada.

Interior de la Catedral de Saint Etienne.

Y para terminar la Catedral de Saint Etienne (Plaza de Saint Etienne). Este edificio es una verdadera lección de la historia de la arquitectura europea desde el siglo XI hasta finales del XVII. El origen del templo es románico, pero hay mucho del mejor gótico de tradición francesa, bastante de renacimiento y muchísimo arte barroco que llena capillas muy bonitas. El entorno de la catedral guarda esa huella medieval que se deja ver en lugares como la Place Mage, un punto de encuentro de una intensa red de callejuelas que desafían cualquier tipo de lógica urbanística. Si no estás saturado puedes llegar hasta la Iglesia de Notre-Dame de la Dalbade de Toulouse (Rue de la Dalbade, 30) otra preciosa construcción del típico gótico de ladrillo y piedra de la ciudad. Esta zona de la vieja Toulouse era la más top en los tiempos de la Edad Media. Y ahí tienes una muy buena colección de casonas y viejos palacetes.

Fotos bajo Licencia CC: Ning Tranquiligo; Penta; Etienne Baudon; Kristi; Frédéric Chateaux; Caroline Léna Becker; Stéphane Goldstein; thierry llansades; Frédéric Neupont

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