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Rompiendo el techo de cristal para las personas con discapacidad intelectual

Andrés Martínez

Presidente de CECAP Toledo —

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El pasado día 3 de junio, se publicaba en el Diario Oficial de Castilla La Mancha las bases de las convocatorias para los procesos selectivos del SESCAM. Un total de ochocientas ochenta y tres plazas, dirigidas a cubrir ocupaciones relacionadas con veintiuna categorías de nuestro Servicio de Salud Regional.  

Dentro de las bases de convocatorias publicadas se encuentra la de pinche de cocina. Es la primera vez en la historia del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha que se celebran procesos selectivos para esta categoría, con un total de doscientas plazas. Otra de las novedades, es la reserva de veintiocho plazas en esta categoría profesional, que se ofertarán en una convocatoria independiente dirigida únicamente a personas con discapacidad intelectual.

Además, la convocatoria de pinches incluye como novedad el incremento de la puntuación en la fase de concurso hasta el cuarenta por ciento, valorándose en un treinta por ciento la experiencia profesional y un diez por ciento la formación.

Resulta importante destacar la sensibilidad del gobierno regional a la hora de incluir un enfoque diferencial, más que necesario, si queremos garantizar la equidad y la igualdad de oportunidades en el acceso al empleo público de personas en situación de vulnerabilidad por razones de discapacidad, en este caso de tipología psíquica. Cuando hablamos de enfoque diferencial, no hablamos de segregar o establecer diferencias discriminatorias, más bien todo lo contrario.

Durante muchos años, hemos utilizado la palabra “discapacidad” para designar a un colectivo de personas, sin caer en la cuenta, que dicho colectivo es tan diverso y heterogéneo como el resto de la sociedad. Finalmente, los conceptos generalistas pueden inducir a una apreciación errónea de la realidad social, transmitiendo un mensaje de homogeneidad al resto de la sociedad. Quizás muchos de ustedes piensen, o hayan pensado, que todas las personas con algún tipo de discapacidad, son iguales. Nada más lejos de la realidad.

Si entendemos la diversidad social, como el conjunto de características individuales que nos diferencian a unos de otros, no tardaremos en darnos cuenta de que evidentemente nuestra sociedad está marcada por la heterogeneidad, por muchos intentos que hagamos de homogeneizarla. Son estas características las que resultan determinantes, en cada uno de nosotros, para afrontar las situaciones de exigencia a las que nos enfrentamos en el día a día.

Cuando hablamos de enfoque diferencial, nos referimos principalmente a tener en cuenta la amplia gama de características individuales que puedan identificarse en la realidad social de una comunidad. Si no tenemos en cuenta, dicho enfoque, podemos adulterar y sesgar los procesos de selección, diseñando pruebas a las que solo accederán aquellos que se encuentren en un rango de características, dejando por tanto sin oportunidades a otros muchos que no las tengan. Hablamos entonces de accesibilidad universal la hora de diseñar procesos de selección en las convocatorias de empleo público, garantizando la adaptación de los contenidos y el formato a las distintas especificidades o características individuales de los ciudadanos y ciudadanas que están llamados a participar o presentarse.

Durante años, he podido ver como personas con capacidades diferentes, se han enfrentado a procesos de selección, tras meses de preparación y no han podido conseguir su objetivo por no haberse garantizado esa accesibilidad universal que mencionábamos anteriormente, la cual si lo analizamos debería ser un derecho, teniendo en cuenta la afirmación contrastable y constatable que hemos realizado en párrafos anteriores, asegurando que nuestra sociedad está marcada por una innegable diversidad.

Ante tal iniciativa, solo me queda felicitar al Gobierno Regional por incluir este enfoque diferencial, entendiendo que las características individuales de aquellas personas con capacidades diferentes o, como recoge la orden, con discapacidad intelectual, hacen imprescindible que se implanten medidas de accesibilidad que garanticen el derecho de acceso al proceso de selección en igualdad de condiciones, eliminando el sesgo a la hora de medir el rendimiento o conocimiento real sobre los contenidos de la prueba.

Podemos pensar, por tanto, que estamos rompiendo por fin el techo de cristal que sufren las personas inmersas en esta realidad social. Sin embargo, existen todavía carencias que aún al día de hoy, resulta inexplicable que no hayamos podido resolver. En la orden de convocatoria mencionada, se incluye un párrafo que dice textualmente, “la convocatoria de pinches incluye como novedad el incremento de la puntuación en la fase de concurso hasta el cuarenta por ciento, valorándose en un treinta por ciento la experiencia profesional y un diez por ciento la formación”.

Resulta paradójico incluir esta cláusula, si tenemos en cuenta que, el 90% de la población con discapacidad en edad activa señala haber estado expuesta a una o más barreras para acceder a un empleo. Entre las principales barreras que se señalan se encuentran, en un 54% la falta de oportunidades, o en un 32,6% la falta de cualificación y/o experiencia. A nivel territorial, en Castilla-La Mancha se refleja un elevado porcentaje de personas que experimentan barreras de acceso al empleo con un 97,5%, 7,5 puntos por encima de la media, (ODISMET, 2018b). Todavía nos queda un largo camino por recorrer si queremos que, personas con discapacidad intelectual, tal y como recoge la orden de convocatoria, acrediten una experiencia profesional para poder sumar méritos al proceso de selección.

Lo mismo ocurre con la acreditación de formación profesional en el ámbito de competencia que se solicita. En la actualidad, el 69,2% de la población con discapacidad encontraba algún tipo de barrera para el acceso a las actividades formativas. Las barreras encontradas más frecuentes son barreras por razones económicas (32%), por enfermedad o problemas de salud crónicos (28,6%), por falta de conocimiento o información (22,4%), por dificultad de acceso a cursos (21,4%) y por limitación en las actividades básicas (21,4%) según ODISMET (2018b). Existe igualmente una correlación directa entre el porcentaje de discapacidad asociado al perfil de la persona y la proporción de personas sin estudios, siendo de 0,8% entre aquellas personas con un grado comprendido entre el 33 y el 44% y de un 1,1% entre las personas que presentan un grado comprendido entre el 45% y 64%, disparándose a medida que se asciende en el gradiente hasta aquellos grados superiores al 75%, donde la cifra ya asciende al 26,3%.

Los datos demuestran carencias graves en nuestro sistema educativo y de formación profesional, en relación con las necesidades que presentan las personas con capacidades diferentes. Quizás debemos empezar a pensar, que se hace más que necesaria la incorporación de este enfoque diferencial en estas disciplinas, no con el fin de segregar o excluir, sino más bien todo lo contrario, garantizar la accesibilidad universidad y la igualdad de condiciones en el acceso al marco de derechos fundamentales.

No es posible que sigamos sin ofrecer alternativas de formación profesional que se ajusten a las necesidades de este colectivo, cuando existen herramientas e iniciativas que pueden garantizar la puesta en marcha de iniciativas formativas relacionadas con empleos que, ya sabemos, que se ajustan a los perfiles y/o características individuales de este colectivo de personas. Por otro lado, parece que se quiere abordar el reto de la educación inclusiva, fortaleciendo las propuestas educativas de apoyo a la diversidad en los centros educativos. Soy de naturaleza optimista, espero que pasemos del “que queremos hacer….”, al “como lo conseguiremos…”.

El pasado día 3 de junio, se publicaba en el Diario Oficial de Castilla La Mancha las bases de las convocatorias para los procesos selectivos del SESCAM. Un total de ochocientas ochenta y tres plazas, dirigidas a cubrir ocupaciones relacionadas con veintiuna categorías de nuestro Servicio de Salud Regional.  

Dentro de las bases de convocatorias publicadas se encuentra la de pinche de cocina. Es la primera vez en la historia del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha que se celebran procesos selectivos para esta categoría, con un total de doscientas plazas. Otra de las novedades, es la reserva de veintiocho plazas en esta categoría profesional, que se ofertarán en una convocatoria independiente dirigida únicamente a personas con discapacidad intelectual.