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VIAJES

Ni gigantes ni molinos: estos son los diez picos más altos de Castilla-La Mancha

No es tan llana como siempre se ha creído. Es cierto que Castilla-La Mancha históricamente ha sido una región 'de paso' y que sus principales autovías discurren por territorios muy rectos y, en la mayoría de ocasiones, a ras de suelo. Pero si la vista se gira hacia los lados en ese tránsito, podemos contemplar en las cinco provincias castellanomanchegas grandes y escarpadas cordilleras que son el techo de la comunidad autónoma y acarician las nubes.

Los gigantes de piedra y naturaleza de esta región están encabezados por el famoso Pico del Lobo, en Guadalajara, de 2.272 metros de altura. Conocido como el ‘techo’ de Castilla-La Mancha conforma el límite natural entre la provincia de Guadalajara y la de Segovia.

En plena Sierra de Ayllón, que alterna crestas y profundos valles, el Pico del Lobo conserva formaciones glaciares, las únicas en Castilla-La Mancha, que permiten apreciar en toda su intensidad cómo pudo ser la Edad del Hielo.

Esta montaña, junto a Peña Cebollera, de 2.128 metros de altura, a unos 30 kilómetros de distancia, conforman en la misma cordillera una oportunidad para pasear por alta montaña, conformada por árboles eurosiberianos, que en otoño se colorean de forma espectacular.

Abundan las aguas frías de sus torrentes, cuya temperatura puede ayudar a imaginar cómo se vivía en la era glacial, cuando se formó la zona. Algunos animales, como el pechiazul o el topillo nival, viven exclusivamente en este enclave, uno de los últimos refugios glaciares.

El Pico del Lobo, en su falda sur, la que corresponde a la provincia de Guadalajara, se mantiene virgen, mientras en la falda norte, en Segovia, se halla la estación de esquí de La Pinilla. La parte castellanomanchega se vio amenazada por la posible instalación de una base militar en su cumbre en su cumbre hasta que en 2004 dejó de ser zona de interés estratégico-militar y el 8 de noviembre de 2005 el Gobierno de Castilla-La Mancha declaró su protección natural mediante la creación de la Reserva natural del Macizo del Lobo-Cebollera, dentro del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara.

En la provincia de Albacete se encuentra el tercer ‘techo’ de la comunidad autónoma: el de La Atalaya. Es el más alto de la provincia y como en casi todo este recorrido, ofrece una ruta de senderismo desde la que la vista alcanza hasta Sierra Nevada.

El Pico de la Atalaya tiene 2.083 metros de altitud y se alza sobre la Sierra de las Cabras, que recibe su nombre de un pico muy cercano, con tan solo tres menos de altitud.

La Atalaya es una montaña caliza, muy pedregosa y con escasa vegetación. Crecen en su base algunas encinas y en zonas altas se encuentran pies de pino salgareño y sabina rastrera de forma arbustiva.

La Reserva Natural de la Sierra de las Cabras está ubicada en el entrante de la provincia de Albacete entre Jaén, Granada y Murcia, se rodea de montañas de gran envergadura y cumbres se conservan casi vírgenes.

Los aficionados a la geología podrán observar la evolución de las Cordilleras Béticas en los procesos producidos durante el Mesozoico. La variedad de rocas es importante. Se pueden encontrar margas, arcillas, arenas y areniscas, aunque son las dolomías o calizas, por su dureza, las que dan lugar a las formas más espectaculares. Los fósiles pueden llegar a ser muy abundantes, conservando restos de plantas y animales como erizos y moluscos, de entre lo que se destacan los belemnites, moluscos del tipo del calamar.

Buitres leonados y águilas reales

Quienes gusten de mirar al cielo verán el buitre leonado, el halcón peregrino, el águila real, y el rarísimo roquero rojo, entre un gran número de aves que habitan la sierra. Aunque el mamífero que la preside es, evidentemente, la cabra montés, a la que se puede encontrar trepando por los abundantes roquedos.

Hay que regresar a la provincia de Guadalajara para encontrar el cuarto pico más alto de Castilla-La Mancha: el del Ocejón, con 2.046 metros de altitud. Le han llegado a llamar el 'Fujiyama' de Guadalajara, por su cumbre a menudo nevada y su sinuosa forma, visible desde muy lejos.

Es famoso para el senderismo, proporciona panorámicas de la sierra de Ayllón y, en días claros, de Guadalajara y Madrid. Además, hay numerosos pueblos que se hallan en sus faldas: desde Majaelrayo y Campillo de Ranas, en la vertiente oeste, hasta Valverde de los Arroyos al este y, al sur, Tamajón.

La abundante vegetación al inicio de la montaña escasea cuanto más se asciende a la cumbre. Aun así, el monte bajo y el matorral abunda hasta prácticamente los 2.000 metros, y entre los 1.200 y los 1.700 metros se encuentran varias zonas de bosque de frondosas y de repoblación de pinos.

Desde el Pico del Ocejón también es posible avistar aves rapaces como el águila real o el buitre leonado, así como mamíferos como el corzo o el jabalí.

En la provincia de Cuenca, se encuentra el Pico de Mogorrita, el quinto más alto de Castilla-La Mancha, con 1.865 metros de altitud. Se ubica en la Sierra de Valdeminguete, dentro de la Serranía conquense y, entre la vegetación, se pueden distinguir enebros, lentiscos, pino rojo y negro, haya, sabina y tejos. 

Está justo en el límite provincial con la provincia de Teruel, sirve de atalaya sobre vastas áreas de la Serranía al sur y los Montes Universales al norte, y su ascensión es más sencilla que en otras montañas de este ranking.

Una estación de esquí que no pudo ser

El Pico de La Mogorrita llegó a utilizarse para esquiar. En el año 1972, el Ayuntamiento de Cuenca cedió el usufructo al Club de esquí Montes Universales. Con ello se ampliaron y mejoraron los servicios: dos pequeños telesquís. La instalación no era nada del otro mundo llegó a acoger a 500 personas esquiando.

De hecho, según cuentan en el Grupo de Facebook ‘Yo esquié en La Mogorrita’, las instalaciones no podían dar cabida a la demanda y las inversiones necesarias y en 1992 el Club se acabó desvinculando del proyecto.

También en la provincia de Cuenca se encuentra el Pico de San Felipe, el sexto más alto de Castilla-La Mancha, con 1.838 metros de altitud. Está ubicado en el límite de Cuenca, Guadalajara y Teruel.

El hecho de que se encuentre muy cerca del espectacular nacimiento del Río Cuervo, que está reconocido como Monumento Natural, lo ha convertido en uno de los más conocidos y transitados de la comunidad autónoma.

Es una cumbre modesta que se eleva sobre un amplio zócalo calizo y varios valles cortan ese altilano (extensión de tierra elevada entre montañas o cordilleras, que se caracteriza por un relieve relativamente plano), dando lugar a desfiladeros y circos espectaculares, como el mencionado nacimiento del Cuervo, por donde transcurre parte de esta ascensión.

Toda la zona está cubierta de un denso pinar que llega hasta el mismo pie de las cumbres, salpicado de pequeñas agujas y torrecillas aisladas de roca (tolmos). Todo ello contribuye a que, a pesar de no llegar siquiera a los 2.000, esta sierra sea unos de los entornos de montaña más espectaculares de la península ibérica, según las opiniones de los senderistas.

Ocupan el séptimo y el octavo lugar de este ranking dos picos de la provincia de Toledo. El Rocigalgo y el Corral de Cantos. El primero de ellos tiene una altitud de 1.449 metros y es la cumbre más alta de la provincia, parte del Parque Nacional de Cabañeros

El Pico Rocigalgo, también conocido como Corocho de Rocigalgo pertenece a los Montes de Toledo dentro del término municipal de Los Navalucillos. Está rodeado por un paraje de bosque mediterráneo, donde predomina la encima, el álamo y el roble melojo, con bosque de arbustos. Cuanta más altitud, más pueden observarse los parados y las rocas graníticas que lo caracterizan.

El monte destaca igualmente por albergar multitud de ciervos en sus laderas, aunque también destacan el jabalí, el corzo y gran cantidad de aves rapaces, algunas de alta protección, como el águila imperial ibérica, que nidifica en esta montaña.

En cuanto a Corral de Cantos, también se encuentra en los Montes de Toledo y la cumbre llega hasta los 1.419 metros. Está al norte del Parque Nacional de Cabañeros.

Esta cumbre guarda las características de los Montes de Toledo, como las numerosas pedrizas que se pueden observar en sus laderas. Casi desprovistas de vegetación son, en realidad, grandes cúmulos de cantos angulosos de cuarcita formados en series muy frecuentes de congelación y deshielo.

Alberga una fauna variada que incluye ciervos, jabalíes, corzos, zorros y aves carroñeras como el buitre negro y leonado. También se ha reintroducido el lince ibérico en la zona. 

Y los dos últimos ‘techos’ de Castilla-La Mancha se encuentran curiosamente en la provincia de Ciudad Real. El Pico del Amor tiene 1.380 metros de altitud y también se encuentra en la Sierra del Castañar, dentro también Montes de Toledo, que superan la franja de ambas provincias. Se Ubica en los términos municipales de Retuerta del Bullaque y Mazarambroz.

Su base es una gran mole de roca y granito y sus vistas, muy amplias, se abren al norte hasta la sierra de Gredos o la de Guadarrama al norte. Más cerca, puede contemplarse las llanuras del sur de Toledo, costeadas al fondo por la Sierra de Noez y la Sierra de Nambroca, de cumbres entre los 900 y los 1.000 metros.

Cercanos a este pico, hacia el sur, existen unos riscos innominados, también de gran altura, cuya altitud máxima es de 1.369 metros y los llamados Riscos del Amor, con los que se le suele confundir. Tanto su flora como su fauna son las características de los Montes de Toledo.

Finalmente, también en Ciudad Real, pero al sur, se encuentra el Pico Bañuela, con 1.332 metros, que forma parte de la Sierra de Andújar, al norte de Sierra Morena y cerca de Navalmanzano. Esta montaña está cubierta principalmente de matorral donde predominan plantas como la jara, la erica y el romero.

En cuanto a la fauna, es variada y refleja la riqueza de su entorno. Se pueden encontrar mamíferos como la cabra montés, el corzo, el zorro, el jabalí, el gamo y el muflón. Además, se observan diversas aves rapaces, incluyendo el alimoche, las águilas, el buitre leonado y el búho real. 

Hay otros montes y cerros famosos en Castilla-La Mancha que también son muy transitados por senderistas y ciclistas y ofrecen estupendas vistas como El Piélago (en la Sierra de San Vicente de Toledo), el Pico de Noez (Toledo), el Pico Almenara (en la Sierra de Alcaraz de Albacete) o el Cucurucho (en la Serranía de Cuenca).

Todos ellos ofrecer un espectáculo único del paisaje variopinto y tremendamente bello de la comunidad autónoma. También hay numerosas webs y plataformas donde encontrar las mejores rutas de senderismo para cada uno de ellos, pero muchas de ellas confluyen en estas recomendaciones del proyecto 'Atrochando'.