Todos contra Mañueco y Mañueco contra Sánchez. El primer debate electoral en Castilla y León podría resumirse en esa frase. Mientras el candidato del PSOE, Luis Tudanca, y el exsocio de gobierno de Mañueco y candidato de Ciudadanos, Francisco Igea, interpelaban contantemente al presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco recurría una y otra vez a las políticas del gobierno central, de Pedro Sánchez y de sus ministros. Ha aludido incluso a los indultos a los líderes independentistas, un asunto que -ha asegurado- “interesa” en Castilla y León.
El debate -que se ha fraguado inmerso en una polémica sobre qué televisión debía producirlo y con Igea, confinado, desde casa de su madre- ha abordado cinco grandes bloques: la pandemia, la educación, fiscalidad, despoblación y regeneración. Estos dos últimos han sido los que han centrado las críticas en el careo, en las que Mañueco ha negado tener relación “personal ni política” con los casos de corrupción que rodean a cargos y excargos del Partido Popular: Perla Negra, Trama Eólica, el caso de las primarias del PP de Salamanca o la investigación sobre el sabotaje al proyecto de biorrefinería de Barcial del Barco (Zamora).