La exportavoz de Vox en el Ayuntamiento de Palencia acusa al partido de caudillismo y de purgar a sus críticos

EFE

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La exportavoz de Vox en el Ayuntamiento de Palencia, Sonia Lalanda, expulsada del partido, ha denunciado el “caudillismo” de Vox, sin órganos de debate ni estructuras democráticas internas, y advertido de que este modelo puede derivar en algo peligroso para el conjunto del sistema democrático. “Quien no acepta la democracia interna, difícilmente puede aceptar la democracia”, ha advertido Sonia Lalanda este martes durante una rueda de prensa convocada con motivo de su expulsión del partido.

Acompañada por el concejal Emilio Polo, también sancionado con cuatro años de suspensión de militancia, y por la secretaria del grupo municipal, Sandra González, Lalanda ha anunciado que va a continuar como concejal no adscrita en el Ayuntamiento de Palencia y que estudia llevar a los tribunales su expulsión. “Voy a estudiar la posibilidad de acudir al Juzgado a plantear medidas cautelares y, posteriormente, la correspondiente demanda”, ha confirmado este martes.

Durante su comparecencia ha defendido su trayectoria personal y política. Ha recordado que fue concejal entre 1987 y 1995, y diputada provincial en la oposición, y que, tras abandonar la política durante años, se incorporó a Vox en 2019 “por convicción”. Desde entonces ha sido presidenta provincial, candidata municipal y responsable nacional de formación de concejales del partido. “No vivo de la política, nunca lo he hecho, algo que hoy es importante destacar”, ha subrayado.

Denuncia de una estructura autoritaria

Según Lalanda, su salida se debe a la denuncia reiterada de prácticas internas que considera antidemocráticas. “En Vox no existen órganos de debate, ni espacios donde presentar propuestas o denuncias internas. Todo funciona de forma vertical, de Madrid a las provincias”, ha criticado, asegurando que ha elaborado multitud de informes internos “sin recibir jamás respuesta”.

En la misma línea, se ha referido a la reunión que mantuvieron en febrero más de un centenar de concejales, procuradores y cargos electos de Vox de toda España para denunciar “la falta de democracia interna, la opacidad en la gestión económica y la deriva ideológica” del partido. “La respuesta fue el silencio, o el expediente disciplinario”, ha lamentado. Ha denunciado además un control férreo de las redes sociales por parte de la dirección del partido: “Nos vigilan, nos llaman para borrar tuits. El principio de mi muerte civil en Vox comenzó cuando defendí públicamente a Iván Espinosa de los Monteros”.

A su juicio, la dirección del partido promueve una cultura de purga ideológica donde solo queda la gente más dócil y mediocre y ha insistido en que su expulsión no responde a una disputa local, sino a una actitud crítica mantenida en el tiempo, plasmada en múltiples informes enviados a la dirección nacional. “Nunca recibí respuesta. Ni cuando fui presidenta provincial ni después. En Vox, si discrepas, te echan o te apartan”, ha reiterado.

Críticas al liderazgo nacional

Durante su intervención ha criticado directamente al presidente de Vox, Santiago Abascal, de quien ha dicho que “se comporta como un personaje etéreo que aparece y desaparece, sin contacto con la ciudadanía ni con los cargos públicos”.

También ha mencionado que, en sus visitas a Palencia, su actitud le recordó a la película Bienvenido, Mr. Marshall: “Venía, daba el mitin y se marchaba”, ha continuado Lalanda que ha cargado duramente contra la línea actual de Vox, que considera “caudillista” y alejada de sus principios fundacionales.

Incluso les ha acusado a la cúpula de “envolverse en la bandera” mientras recortan el escudo constitucional y de promover “acciones de agitación que no representan ni al partido original ni a sus militantes más comprometidos”. “No les importan los municipios, ni las comunidades autónomas, ni los ayuntamientos donde hay representación. Solo el control absoluto”, ha sentenciado.

En el plano local, Lalanda ha responsabilizado al procurador de Vox en las Cortes de Castilla y León, David Hierro, de la situación del partido en Palencia. “Me utilizó para llegar donde está y, cuando lo consiguió, pasé a ser un obstáculo”, ha afirmado, acusándole de manipular el comité provincial y de bloquear su acceso a los canales de comunicación internos desde noviembre de 2023.

Sobre el futuro inmediato, ha explicado que ha optado por seguir como concejal no adscrita, al considerar que debe continuar con los compromisos adquiridos con los electores, especialmente en temas como la oposición a la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). “Pertenezco a la generación boomer: primero la obligación y luego la devoción. Creo en la política como servicio público y voy a seguir peleando”, ha declarado.

Con la expulsión de Sonia Lalanda y la sanción a Emilio Polo, el grupo municipal de Vox en Palencia, que obtuvo tres concejales en las elecciones de 2023, ha quedado prácticamente desarticulado. Emilio Polo ha afirmado que se va a defender: “Me quedan opciones para defenderme y desmontar ese expediente y ahí estoy”. El tercer edil, Ricardo Carrancio, fue expulsado del grupo municipal, aunque sigue militando en el partido. Lalanda ha criticado que abandere ahora la ZBE, contradiciendo el programa con el que se presentó.