Una vez más la autora ofrece los retratos de unos emigrantes indios marcados por choques culturales abruptos y que sufren conflictos de identidad. La delicada escritura de Lahiri fascina por transmitir la profundidad de las emociones de cada día. En esta ocasión los hilos conductores son un par de hermanos que vuelven al humilde barrio de Calcuta donde nacieron.