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Los pacientes más madrugadores del Hospital de Sant Pau se han encontrado esta mañana con un grupo de trabajadores del centro ‘okupando’ el vestíbulo principal de la instalación. Protestan de nuevo por las repercusiones de los recortes en la sanidad pública y tienen la intención de permanecer allí de manera indefinida, si no se atienden sus reivindicaciones.
El detonante de esta nueva protesta ha sido la negativa de la dirección del hospital a abonarles la paga de Navidad pese a no tratarse de trabajadores públicos –el centro es una fundación privada–, y las incertidumbres sobre el cobro a tiempo del salario mensual.
Llueve, sin embargo, sobre mojado, y los motivos de este encierro indefinido no se agotan ahí. Los trabajadores –entre los que se encuentran los representantes de UGT en el comité de empresa- claman contra los nuevos recortes que los presupuestos de la Generalitat prevén en la sanidad pública para 2013.
“Con los recortes, pretenden desmantelar la sanidad pública y mercantilizarla”, denuncian los protagonistas del encierro, en absoluta comunión con sus colegas de la sanidad pública de Madrid, inspiradores de esta nueva protesta.
Durante meses, el Hospital de Sant Pau permaneció empapelado con pancartas en protesta por los tijeretazos que el centro viene sufriendo desde 2010. Salas y quirófanos cerrados; menos servicios en hemodinámica y radioterapia; recortes en material y farmacia, así como en personal, que también vio rebajado su sueldo en un cinco por ciento. El Hospital de Sant Pau llevó a cabo, además, un expediente de regulación de empleo temporal (ERO) y eliminó el fondo social y de ayuda de los trabajadores.
La protesta podría extenderse a otros centros si, como pretenden sus protagonistas, cala el mensaje de su necesidad.
Los pacientes más madrugadores del Hospital de Sant Pau se han encontrado esta mañana con un grupo de trabajadores del centro ‘okupando’ el vestíbulo principal de la instalación. Protestan de nuevo por las repercusiones de los recortes en la sanidad pública y tienen la intención de permanecer allí de manera indefinida, si no se atienden sus reivindicaciones.
El detonante de esta nueva protesta ha sido la negativa de la dirección del hospital a abonarles la paga de Navidad pese a no tratarse de trabajadores públicos –el centro es una fundación privada–, y las incertidumbres sobre el cobro a tiempo del salario mensual.