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Ciutadans busca un acuerdo de investidura alternativo al independentismo

Arrimadas plantea un "acuerdo de mínimos" con los del 'no' para liderar la oposición

Arturo Puente

Las elecciones catalanas del pasado domingo otorgaron a Junts pel Sí 62 escaños, 10 a la CUP y otros 63 para el resto. Con esta aritmética, si la CUP se abstuviera, un candidato alternativo podría convertirse en president con los votos de Ciutadans, PSC, PP y Catalunya Sí que es Pot. La carambola es remota, pues tanto el PSC y como la marca de Podemos son poco partidarios de apoyar a la formación naranja, pero Ciutadans ha lanzado este martes el mensaje de que por ellos no va a quedar, enviando una propuesta con 10 puntos programáticos a todas las formaciones.

En el decálogo del partido de Inés Arrimadas, que fue uno de los triunfadores de la noche al alcanzar los 25 asientos, el primer punto es “eliminar las partidas presupuestarias dirigidas a fomentar el separatismo”. Los siguientes tres son puntos sobre regeneración, como luchar contra la corrupción, mejorar la transparencia o hacer una Ley Electoral proporcional y con listas abiertas. El documento continúa con propuestas destinadas a fomentar el empleo de los colectivos con dificultades, recuperar las inversiones sociales, eliminar la inmersión lingüística en catalán, garantizar la gratuidad de libros de texto y guarderías, reducir los impuestos a las clases medias y trabajadoras, además de “trabajar por la unión y la convivencia de todos los catalanes”.

La propuesta de Arrimadas no pasa de los 10 enunciados, pero apunta con claridad a la intención de su partido por presentarse como una formación social y frontalmente antiindependentista. La candidata de Ciutadans ha presentado el documento acompañada del líder, Albert Rivera, y el cabeza de lista por Tarragona, Matías Alonso, la provincia donde obtuvieron un mejor porcentaje, para subrayar sus buenos resultados y sus posibilidades de gobierno. Según ha explicado Rivera, el tradicional cinturón rojo barcelonés “se ha convertido en cinturón naranja” en estas elecciones. Unos resultados que, además, quieren utilizar como aval de partido centrista en las generales.

Esta propuesta de gobierno alternativo llega de un partido que en múltiples ocasiones se ha mostrado partidario de que gobierne la lista más votada. Así, ante las elecciones municipales Ciudadanos prometió gobernar solo en los municipios donde sacasen más votos que todos los rivales, y ese fue el argumento dado para dar al PP gobiernos como el de Madrid o La Rioja. Sin embargo Rivera ya adelantó que en Catalunya no respetarían este principio autoimpuesto y durante la campaña ya reclamaron el apoyo de todas las fuerzas “constitucionalistas”.

El gesto tiene mucho de simbólico, pues pretende hacer que el resto de formaciones se retraten, y contribuye a poner presión sobre unas complicadas negociaciones entre Junts pel Sí y la CUP a cuenta del candidato a la presidencia. Pese a eso, las probabilidades de que se produzca son mínimas. El PSC de Iceta ya se negó en campaña a esta suma, aduciendo que no querían contribuir a una política de frentes, mientas que Catalunya Sí que es Pot dejó claro este lunes que sería “la oposición de izquierdas” en un Parlament donde “tanto el Gobierno como la oposición serán de derechas”, en referencia de Ciutadans.

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