¿Puede hablarse ya de la energía fotovoltaica como un sector de futuro a largo plazo? Las empresas especializadas ya dan un ‘sí’ rotundo, a la luz del informe anual de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), donde pueden consultarse las principales cifras de evolución del sector del pasado año 2017 en España y que ponen de manifiesto el “punto de inflexión y cambio de rumbo del sector”.
Este cambio de tendencia ha venido determinado entre otros, por algunos datos muy reveladores, como por ejemplo la adjudicación de 3,9 gigavatios (GW) de nueva potencia en la subasta celebrada en julio de 2017; la competitividad tecnológica del sector y el progresivo abaratamiento de los costes de producción; y los objetivos de penetración de las energías renovables en el ‘mix’ energético definidos en el marco legal de la Unión Europea.
También ha cumplido un papel primorcial la creciente concienciación respecto al desarrollo del autoconsumo como medida eficaz e indiscutible para el ahorro energético y reducción de emisiones CO2.
Otras cifras obtenidas a partir de las bases de datos de PRETOR y de fuentes consultadas por UNEF, muestran que ha habido crecimiento del 145% en instalación de potencia fotovoltaica, marcando el mayor nivel desde el año 2012. Así, los 135 megavatios (MW) instalados (55 MW en 2016) se encuentran, sin embargo, lejos del nivel de los países del entorno. En Europa, España ocupa el quinto puesto, después de Francia, en potencia fotovoltaica acumulada según Datos de la Agencia Internacional de la Energía. No obstante, a 31 de marzo de 2018 existían en torno a 30 GW de potencia solar fotovoltaica en tramitación, de la que se espera que un alto porcentaje se traduzca en potencia instalada en funcionamiento en los próximos años.
Los principales datos macroeconómicos del sector fotovoltaico del año pasado también muestran un crecimiento sustancial respecto al año 2016 y, en líneas generales, aumentan su peso en el total de la economía. La contribución total del sector fotovoltaico al PIB se sitúa en torno al 0,3% (3.935 millones de euros en 2017 frente a 3.781 millones en 2016); la huella total de empleo arroja la cifra de más de 19.000 puestos de trabajo en 2017 (18.377 trabajadores en 2016); y el gasto de las empresas españolas del sector en I+D+i fue de 60 millones de euros en 2016 y en 2017 un 2,5% más.
Dentro del marco legal necesario para dotar al sector de la estabilidad y regulación necesaria para su desarrollo, en línea con el marco internacional en cuanto a generación e inversión sostenida, la UNEF solicita del Gobierno central medidas encaminadas a poner freno a la inseguridad jurídica a través de estabilidad en retribución a los proyectos fotovoltaicos antiguos y adjudicados por subasta durante toda su vida útil. Y en el ámbito del autoconsumo energético, pide la eliminación de las cargas y peajes sobre la energía autoconsumida, junto con la simplificación y regulación de autoconsumo colectivo.
Asimismo, la asociación, que representa a más del 85% del sector solicita la creación de una Ley de Transición Energética y Cambio Climático en línea con los compromisos en materia de medio ambiente establecidos en el Acuerdo de París, el establecimiento de un nuevo sistema de mercado para las energías renovables, una nueva fiscalidad ambiental, la reestructuración de la tarifa eléctrica, el fomento de la electrificación y el apoyo a la internacionalización del sector, particularmente a las pymes.
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