El PP quiere otorgar el mínimo protagonismo posible al ya expresidente del Gobierno valenciano, Carlos Mazón, y prueba de ello es la ubicación de su nuevo escaño en las Corts Valencianes.
Cierto es que el propio Mazón ya dijo públicamente en los momentos previos a la investidura de su sucesor, Juan Francisco Pérez Llorca, que prefería mantenerse en un segundo plano para no quitarle notoriedad.
Así se ha evidenciado en el pleno de toma de posesión de Pérez Llorca como nuevo presidente de la Generalitat Valenciana. Mientras este ha accedido al parlamento valenciano acompañado del secretario general del PP, Miguel Tellado, y de la alcaldesa de València, María José Catalá, y ha entrado al hemiciclo junto a los diputados de su confianza y a los consellers y conselleres, Mazón ha hecho acto de presencia por otra puerta.
Había cierta expectación por observar cuál iba a ser su nueva ubicación en el parlamento, puesto que suele ir de la mano del protagonismo de cada diputado. Y finalmente ha ocupado un escaño en lo que coloquialmente se conoce como el 'gallinero', en concreto en el 97, en la última fila y flanqueado a su derecha por los diputados de Vox.
Una vez en su nuevo sillón, han sido muchos los diputados tanto del PP como de Vox los que se han acercado a departir con él. Otros lo han hecho desde la distancia, a los que Mazón ha correspondido lanzando besos y saludando efusivamente.
Con todo, como informó este lunes elDiario.es, el grupo parlamentario popular de las Corts registró este lunes en la mesa del parlamento valenciano una propuesta de modificación de los integrantes de diferentes comisiones. El formar parte de ellas como portavoz reportó en el año 2024 a los diputados un suplemento de 634,77 euros brutos mensuales en 14 pagas, es decir, 8.879 euros brutos al año, según el portal de transparencia.
Así, se propone a Mazón como miembro de la Comisión de Reglamento de las Corts en sustitución de Eduardo Dolón, por lo que tendrá acceso a este complemento salarial que en parte compensará la merma en sus ingresos al pasar de presidente, con un sueldo de unos 91.000 euros brutos al año (81.000 euros más el plus de vivienda del 14%), a diputado raso, con una remuneración de unos 62.000 euros brutos al año, complementos incluidos. A esa cuantía se podría sumar una asignación por responsabilidad por parte del grupo parlamentario.