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Por qué no es recomendable tirarse de cabeza al agua

Tirarse de cabeza, una acción nada recomendable

Marta Chavarrías

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Julio y agosto suelen ser los meses en los que aprovechamos para refrescarnos en playas, piscinas, ríos y lagos. Pero pasar un rato de disfrute con amigos y familia también conlleva conductas de riesgo que pueden acabar en tragedia. 

Lo revelan algunos datos preocupantes: un 6% de las lesiones medulares se producen por zambullidas imprudentes, según datos de la Fundación Lesionado Medular, sobre todo en menores de 30 años y la mayoría de ellas durante los meses de julio y agosto. 

En esta línea se expresa también la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA), que advierte de que las zambullidas imprudentes son una de las principales causas de lesión medular.

 El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (Coficam) recuerda además que en España se producen cada año entre 800 y 1.000 lesiones medulares y entre 4-11% se deben a actividades deportivas o de ocio propias del verano. 

Lesiones por zambullidas de riesgo

En el Hospital Universitari Vall d’Hebron, por ejemplo, cada año ingresan entre dos y cinco personas, de entre los 15 y 35 años, que se han lanzado al agua en la playa, una piscina, un río, un pantano o un lago y que han sufrido una lesión medular al golpearse contra el suelo o el agua. 

Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2019 fueron hospitalizadas unas 60 personas como consecuencia de las lesiones producidas al saltar o tirarse de cabeza al agua, seis de ellas por lesión medular. 

La lesión suele producirse, en la mayoría de los casos, al golpear la cabeza contra el fondo, objetos e incluso contra la propia superficie del agua porque el riesgo de impacto es alto y el golpe a gran velocidad al lanzarnos desde la altura es fuerte. Si estos saltos afectan a la zona cervical, las consecuencias pueden ser fatales: parálisis inmediata y ahogamiento, tetraplejias completas e incompletas, hemiplejias o lesiones en la cabeza. 

Con el fin de reducir este tipo de accidentes durante el verano, la Federación Nacional de Asociaciones de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos (Federación ASPAYM), la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (Sermef) y el Hospital de Parapléjicos han puesto en marcha la campaña “Con cabeza sí, de cabeza no” para concienciar de los riesgos y de las lesiones irreversibles que pueden provocar las zambullidas imprudentes.

Consejos para zambullirse al agua sin riesgos

Este tipo de accidentes son evitables si tomamos una serie de precauciones sencillas y siendo conscientes del riesgo. Porque lanzarse al agua en un lugar que no conocemos es una imprudencia y una temeridad con consecuencias irreversibles. Por eso es tan importante, antes de saltar, fijarnos en aspectos como:

  • Asegurarnos de que hay suficiente fondo en relación con la altura del salto y explorar la profundidad antes de lanzarnos. La luz del sol puede distorsionar la percepción de la profundidad, por lo que lo que parece profundo en realidad puede no serlo tanto. No debemos tirarnos desde árboles o balcones.
  •  Evitar lanzarnos si el agua está turbia y no podemos ver el fondo. Nunca debemos sumergirnos de cabeza en aguas naturales turbias ya que cualquier objeto podría estar debajo de la superficie. La profundidad y visibilidad deben evaluarse siempre antes de zambullirnos.
  • Tener cuidado en ríos y pantanos porque el fondo puede cambiar de un día para otro y porque puede haber una rama o una roca oculta. En piscinas y playas las corrientes también pueden cambiar la distancia al fondo.
  • Saltar con los brazos extendidos y las manos por delante y la cabeza entre los brazos extendidos en prolongación del cuerpo para proteger la cabeza y el cuello. De esta manera, en caso de impacto, los brazos van por delante de la cabeza y evitan un mal gesto del cuello que puede provocar problemas cervicales.
  • Vigilar si nos tiramos desde un trampolín ya que si no tenemos el entrenamiento necesario puede ser peligroso.
  • No bañarnos en aguas no aptas o por donde circulen motos acuáticas o lanchas.
  • Ante la menor duda, no saltar.

Qué hacer en caso de accidente por una mala zambullida

Si nos encontramos con alguien que ha tenido un accidente de este tipo debemos actuar con precaución, siguiendo estos consejos:

  • Sacar a la persona fuera del agua con mucho cuidado y ponerla en una superficie rígida. Es importante mover a la persona como un bloque para evitar lesiones a nivel del cuello y columna.  
  •  Comprobar que la persona puede respirar y, si no lo hace, intentar liberar la vía aérea comprobando que no hay nada en la boca que pueda impedir el paso del aire.
  • Llamar a emergencias, al 112/061 y seguir sus instrucciones.
  • Nunca debemos trasladar a la persona en un coche particular porque podríamos empeorar la lesión. 

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