Escoger cámara de fotos: breve guía para saber de qué te habla el vendedor

Cámaras de fotos

Luis H. Rodríguez

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Escoger cámara de fotos nueva puede ser una tarea ardua cuando empezamos a buscar una cámara nueva; si no somos apasionados o estamos informados acerca de la industria, puede suponer un gran quebradero de cabeza.

Ante un mercado donde hay varias marcas, distintos presupuestos, características, etc., no hay una respuesta única y general, sino que todo es relativo. Lo primero, como con casi todo, es establecer un presupuesto y una necesidad. Es decir: cuánto dinero queremos gastarnos en la cámara y para qué queremos utilizarla.

Si estamos buscando una cámara para llevar con nosotros cuando viajemos, pero no vamos a darle mucho mayor uso, entonces puede que una compacta de 200 euros sea suficiente. Sin embargo, si queremos empezar a sumergirnos en el mundo de la fotografía amateur, puede que necesitemos invertir más.

En ConsumoClaro, hemos preparado una breve guía explicándote los principales conceptos, en qué debes fijarte y los distintos tipos de cámaras que hay.

Conceptos (muy) básicos para manejarte con el vendedor

Si lo que estamos buscando es una cámara para tener por casa para alguna situación particular o viajes, puede que esta parte sea innecesaria. Pero si queremos entender lo que nos dice el vendedor, en este apartado repasaremos brevemente los principales conceptos o características en los que fijarnos a la hora de escoger cámara. No entraremos en tecnicismos especialmente complejos, como puede ser la reciprocidad, que afectan más a cómo sacar las fotografías. 

1. Apertura de diafragma (f/)

Los objetivos de las cámaras funcionan, prácticamente, de la misma manera que funcionan nuestras pupilas: a mayor luz, se cierran y a menor cantidad, se abren. De esta manera, se permite o limita el paso de la luz según la situación y así evitar que la imagen quede quemada u oscura.

¿Cómo se mide este parámetro? A partir del símbolo “f/X”, seguido de un número. “f/” indica que se trata de la apertura del diafragma, mientras que el número indica la apertura en sí: cuanto menor es el número, más luz permite pasar

Por lo tanto, y por ejemplo, una apertura f/1.4 dejará pasar mucha más luz que una apertura de f/5.6. También hay que tener en cuenta que a medida que este valor vaya bajando, el área enfocada será menor.

2. Velocidad de obturación

La velocidad de obturación es el valor que indica cuánto tiempo tarda la cámara en realizar la fotografía. Se mide en segundos y fracciones de segundo (1/X). Cuanto menor sea este último valor, más tiempo estará expuesto el sensor, por lo que entrará más luz y se capturará mayor movimiento.

De esta manera, si la velocidad de obturación es 1/160 (160 fracciones de segundo), entrará menos luz y el movimiento estará más congelado que si utilizamos 1/30.

3. ISO

El ISO es un efecto añadido que nos ayudará a ajustar la exposición de una fotografía, sin necesidad de cambiar drásticamente la apertura del diafragma o la velocidad de obturación. El ISO se indica como “ISO X”, de manera que a mayor número, más ganancia de luz tendrá la fotografía.

Hay que tener cuidado con este recurso, ya que aumentar el ISO supone aumentar el ruido de la imagen, por lo que a veces podremos estropearla.

4. Distancia focal

Relacionada con el zoom, la distancia focal es el campo de visión del objetivo. Es decir, qué está captando la cámara. A medida que nos acercamos con el zoom al objeto a fotografiar, la distancia focal se cierra.

De manera que cuando, por ejemplo, utilizamos un teleobjetivo de 400 mm, tenemos menor campo de visión que utilizando uno de 50 mm, aunque podemos enfocar a mucha mayor longitud. Según este valor, podemos distinguir entre: teleobjetivos (a partir de 135 mm), distancia focal media y gran angular (menos de 35 mm).

5. Modos de la cámara

A pesar de que a todos nos encantaría disparar en el famoso “Modo Manual”, que nos permite cambiar todos los parámetros de uno en uno, es bueno fijarse en qué modos trae la cámara. Los básicos son:

  • Modo Automático,
  • Modo de prioridad de obturación (cambiamos nosotros la velocidad de obturación)
  • Modo de  prioridad de apertura (cambiamos nosotros la apertura)
  • Modo Manual.

Hay muchos más conceptos y más complejos que los anteriores, pero estos son los básicos en lo que nos deberemos fijar a la hora de comprar una cámara y los más sencillos de ver.

Tipos de cámaras fotográficas

Ahora vamos a hacer un repaso a los principales tipos de cámaras y qué uso se ajusta a cada una.

1. Cámaras compactas

Las cámaras compactas son las clásicas que tenemos guardadas en un cajón y que nuestra madre sacaba antes de salir de viaje. Se trata de un equipo pequeño, muy pequeño, y ligero que tal cual se compra se puede utilizar. Se puede ver como una versión muy mejorada de las cámaras de los móviles. 

No suelen contar con Modo Manual y el objetivo no es intercambiable, pero a cambio son especialmente versátiles y cómodas de llevar. La calidad del objetivo varía según el presupuesto y la marca, ya que hay opciones con objetivos con zoom y fijos.

También hay que tener en cuenta que existen diferentes niveles: compactas de gama baja, de gama media y avanzadas o de gama alta, estas últimas pudiendo superar los 1000 euros.

Para qué es perfecta: Es la cámara ideal para quienes quieren tener una para los viajes y los cumpleaños. Son cámaras que, principalmente, ofrecen un cuerpo pequeño y un presupuesto ajustado. 

Si somos fotógrafos más experimentados, también es una buena opción si estamos interesados en un segundo cuerpo para llevar siempre encima o para fotografía callejera, de hecho los reporteros gráficos siempre suelen llevar una colgando.

Nuestra recomendación: Puede que estés buscando una cámara compacta para no gastar demasiado dinero y, además, tenerla siempre encima. Entonces, una de las mejores alternativas es la Sony DSCWX220B, por 218 euros.

Es un cuerpo especialmente pequeño y ligero (121 gramos) que cabe perfectamente en un bolsillo. Cuenta con un sensor CMOS Exmor R de 18,2 megapíxeles, que procesa las imágenes para mejorar el ruido y el movimiento que estas puedan tener. Respecto al zoom óptico, es de 10x, yendo desde los 25 mm hasta los 250 mm. También dispone de conexión WiFi y NFC, para pasar tanto los vídeos como las fotografías directamente a nuestro móvil.

2. Cámaras bridge

El paso intermedio entre las cámaras compactas y los cuerpos de objetivos intercambiables: las cámaras bridge. Son equipos mucho más grandes que las primeras y con un objetivo mucho más grande (y potente).

Respecto a tamaño, las bridge se parecen más a las réflex que a las compactas, aunque no llegan a tener tanta calidad. El principal aliciente es que cuentan con un objetivo con mucho mayor alcance.

Para qué es perfecta: es un tipo de cámara muy particular para quienes quieran ahorrarse el quebradero de cabeza que supone escoger objetivos para la réflex, pero quieren una mayor calidad que las compactas. O les guste la fotografía de paisaje.

Nuestra recomendación: Si este tipo de cámara te encajan, la mejor bridge para iniciarse en este mundillo es la Canon PowerShot SX430 IS. Se trata de un cuerpo de 245 euros de precio, un presupuesto asequible, muy pequeña (323 gramos) y con un objetivo potente con zoom óptico de 45x.

La PowerShot SX430 IS cuenta con conexión WiFi y NFC para pasar las fotografías directamente a tu móvil, además de contar con la funcionalidad de GPS a través del terminal. De esta manera, es una opción más que interesante para las personas que buscan un cuerpo, sobre todo, para viajes.

3. Cámaras réflex

Las cámaras más populares, seguramente, son cámaras de objetivos intercambiables de gran tamaño, ya que en su interior, además del sensor, hay un espejo que refleja la imagen hasta el sensor.

Esto permite que, a través del visor de la cámara, se vea exactamente a lo que está apuntando. Existen modelos de formato completo, más centrados en uso profesional, y modelos APS–C, que es el recomendado para amateurs.

Para qué es perfecta: las réflex son las cámaras ideales para quienes buscan “profesionalizar” su hobby o quieren una opción mucho más completa que los modelos anteriores. Hay que tener en cuenta que, al ser de objetivos intercambiables, este tipo de cámaras suponen un gasto extra: comprar las lentes.

Nuestra recomendación: Si lo tuyo es son los cuerpos de objetivos intercambiables y tener una réflex te parece la mejor opción, entonces la Canon EOS 2000D puede ser un buen cuerpo de iniciación. Por 449 euros, la EOS 2000D es un cuerpo clásico de Canon que te permitirá aprender sobre el mundillo y a utilizar el Modo Manual.

Con un peso de 1 kilogramo, es una cámara potente que, en el pack inicial, incluye el objetivo estándar de Canon: 18–55 mm f/3.5. Cuenta con un sensor de 24,1 megapíxeles y conexión WiFi y NFC, por lo que no será necesario quitar la SD para pasar las fotografías al ordenador.

4. Cámaras mirrorless

La evolución de las réflex: las mirrorless –también se llaman CSC o EVIL– funcionan exactamente igual, pero eliminan ese espejo reflector. Esto hace que sean cuerpos mucho más pequeños que las cámaras réflex, pero sin renunciar al resto de características.

Como las réflex, el sensor puede ser de formato completo o formatos medios; además de que también se pueden cambiar los objetivos. 

Para qué es perfecta: las mirrorless son las cámaras que, poco a poco, están sustituyendo a las réflex ya que el uso que se les da es el exactamente el mismo: son cámaras preparadas para la fotografía amateur y profesional. Solo que reduciendo, considerablemente, el tamaño del cuerpo. Al igual que las réflex, hay que tener en cuenta que tendremos que comprar el objetivo a parte.

Nuestra recomendación: Los “pesos pesados” de la fotografía. Si estás buscando una cámara pequeña, pero de objetivos intercambiables, la Panasonic Lumix DMC–GX80K es tu mejor opción. Por 699 euros (500 en la mayoría de ocasiones gracias a ofertas), es un cuerpo que dará grandes resultados tanto a quienes están aprendiendo como quien ya tiene cierto recorrido.

De serie trae consigo un objetivo 12–32 mm, perfecto para quienes son apasionados de la fotografía callejera o quieren llevársela de viaje. Aunque no cuenta con un visor óptico, el digital muestra con realismo a lo que se está apuntando, además de que reproduce el color en un rango aproximado del 100%. Respecto a la conectividad, puede pasarse las fotografías a través de WiFi y NFC.

Cuenta con un sistema de estabilización de 5 ejes y graba vídeo en 4K, por lo que también es una gran opción para quienes buscan hacer montajes o grabar ciertos momentos.

Otras cuestiones a tener en cuenta

Después de hacer un repaso a los conceptos más básicos y los tipos de cámaras, es recomendable tener en cuenta:

Presupuesto.

Aunque el uso que le vayamos a dar es la principal clave, también lo es el presupuesto. Mientras que las mirrorless y las réflex pueden encontrarse a partir de los 500 euros; las compactas son mucho más baratas. 

Una cámara cara no asegura buenos resultados.

La cámara no hace al fotógrafo. Si tienes una cámara vieja en casa o estás descontento con la que tienes, dale una segunda oportunidad antes de comprar una nueva. Si crees que la calidad de la imagen no es buena, y se trata de una réflex o mirrorless, prueba a cambiar de objetivo. 

Pero recuerda, siempre, que una cámara cara no hace fotografías buenas, si bien mejora la calidad bruta de la imagen. Hay que ser consciente de cuánto vamos a utilizarla y qué vamos a hacer con ella, además de si estamos dispuestos a aprender para mejorar nuestra fotografía.

Marcas.

Esto es un intangible: hay marcas que nos suenan mejor que otras. Puede que Canon o Nikon nos parezcan mejores que Olympus o Fujifilm, aunque no sea así. 

Siempre hay que tener en cuenta nuestros gustos y con qué marcas hemos trabajado. A veces es mejor “repetir jugada” y comprarnos una cámara de la empresa a la que estamos acostumbrados antes de una completamente nueva.

No obsesionarse con la novedad.

Aunque a veces caigamos en horas y horas de leer y comparar prestaciones técnicas, seguramente sea lo de menos –al menos a nivel amateur o para sacar fotografías esporádicamente–. Lo más importante es el “ojo” y quien dispara, además de la comodidad.

Hay que basar nuestra elección en cómo se ajusta la cámara a nosotros y en los resultados que queremos obtener, no en los detalles técnicos.

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