Cerámicas de la española Josefina Pla pasan por el “quirófano” en Paraguay

La colección de cerámica de la intelectual y artista española Josefina Pla, destacada figura de la cultura de Paraguay, donde vivió desde 1926, pasa por el “quirófano” del Centro Cultural de España en Asunción, al que donó su acervo en 1989, para ser restaurada.

Compuesta por unas 400 piezas de cerámica y también algunos dibujos y grabados, la colección contiene obras de Pla y de su pareja, el artista paraguayo Andrés Campos Cervera, más conocido como Julián de la Herrería.

También reúne obsequios que la escritora recibió al ser “uno de los referentes culturales de Paraguay a lo largo del siglo XX”, explicó a Efe Blanca Martín, que llegó desde España hace más de medio año para ocuparse de la restauración.

Josefina Pla, nacida en las islas Canarias en 1903, conoció en España, hacia 1924, a Campos Cervera, con quien emigró a Paraguay dos años más tarde.

En el país sudamericano se dedicó a diferentes áreas como la crítica de arte, la dramaturgia, la literatura o el periodismo, convirtiéndose en la primera mujer en Paraguay en presentar un programa de radio.

Al margen de su carrera como escritora, por la que fue postulada al Premio Cervantes en dos ocasiones, Pla también abarcó la pintura y la cerámica.

En este terreno, una de sus fuentes de inspiración fue la cultura de los payaguá, etnia indígena que se extendía en el cauce del río Paraguay.

Así, muchas de las piezas cerámicas retratan escenas de la vida cotidiana de este pueblo, como bodas o entierros, pero también a personajes mitológicos procedentes de sus leyendas, explicó Martín.

Armada con bastoncillos de algodón empapados en agua, acetona o alcohol, la restauradora recorre los recovecos de platos, vasijas, estatuillas, tazas y otras piezas de cerámica esmaltada, para salvarlas de la corrosión del tiempo y hacer revivir su colorido.

El trabajo ha descubierto algunas dedicatorias, muchas de ellas en lengua guaraní, que Julián de la Herrería y otros artistas plásticos paraguayos como Olga Blinder o José Laterza escribieron a Pla en sus obsequios.

Además, un equipo de expertos españoles colaboró en noviembre con el Centro Cultural Juan de Salazar para preservar los documentos en soporte de papel, en su mayoría grabados, que fueron recuperados a punta de bisturí para “eliminar todos los defectos”, relató Martín.

“Encontramos pocas piezas deterioradas, el estado general de conservación era bueno. Pero, al estar almacenadas, les faltaba limpieza y mantenimiento, sobre todo de cara a su exhibición en un museo”, afirmó.

El Centro Cultural prevé inaugurar a finales de marzo el “Espacio Josefina y Julián”, un museo permanente dedicado a ambos artistas donde se mostrará su colección, bajo la dirección de Osvaldo Salerno, director general de Bienes y Servicios Culturales de Paraguay.

Martín detalló que la muestra se enfocará en la relación entre ambos creadores, desde la admiración inicial de Pla por Julián de la Herrería, hasta el posterior dominio de la técnica y la autonomía artística de la polifacética creadora.

El otro punto de interés de la exposición será el vínculo de los dos artistas con Paraguay, país en el que son considerados referentes y del que Pla realizó detalladas disecciones de su realidad social.

Está previsto que el espacio abra sus puertas a finales de marzo, un mes que el Centro Cultural dedicará a la mujer como temática, dijo a Efe Irene Yagüe, unas de las gestoras culturales del Juan de Salazar.

La programación se completará con obras teatrales, un seminario y una muestra de obras de artistas contemporáneas paraguayas inspiradas en la intelectual española, fallecida en 1999.