Paul Preston deja un “legado a distancia” en la Caja de las Letras

El hispanista británico Paul Preston entregó este viernes en Londres un “legado a distancia” que se guardará en la Caja de las Letras, una cámara acorazada que desde 2007 atesora en los cimientos del Instituto Cervantes de Madrid objetos personales donados por figuras del mundo de la cultura.

Preston (Liverpool, 1946) desveló hoy en la sede de la institución en la capital británica que depositará un ejemplar de su primer libro publicado, basado en su tesis “La destrucción de la democracia en España” (1978), con anotaciones del también hispanista Raymond Carr (1919-2015).

“Ser uno de los pocos extranjeros que se incluyen en la Caja de las Letras es un gran honor”, señaló a Efe el historiador, que contó que el ejemplar llegó hasta él por casualidad, después de que una amiga lo encontrara en una librería de segunda mano.

El texto, un estudio que rastrea los orígenes de la Guerra Civil española, nació de la tesis doctoral que el hispanista presentó en la Universidad de Oxford sobre las conspiraciones monárquicas en contra de la República.

“El ejemplar de Raymond Carr está anotadísimo, apenas se puede leer por sus anotaciones, porque estaba preparando una reseña del libro para la prensa. Yo dejo el ejemplar y la reseña que hizo del libro”, explicó Preston.

Protegidas por una imponente puerta blindada en el edificio de las Cariátides, 1800 cajas de seguridad custodian obras y objetos personales de escritores, artistas, músicos, científicos, cineastas o editores, a la espera de una fecha futura en la que se abrirán para recordar a quienes los legaron.

No todos dan a conocer el contenido de su “herencia” y prefieren mantenerlo en secreto hasta la fecha de la apertura. Otros, como Preston, se inclinan por desvelarlo en el momento de su donación.

“Tiene algo de interés por ser mi primer libro y también por mi relación con Raymond Carr”, destacó de su elección.

Preston, que está seguro de que Carr habría figurado entre los legados si estuviera vivo, pidió que su caja de seguridad se abra en cinco años.

Miembro de la Academia Británica y director del Centro Cañada Blanch de la London School of Economics, Preston es uno de los mayores expertos sobre el siglo XX español, en especial de la Guerra Civil.

Entre sus obras se encuentran “Revolución y Guerra en España 1931-1939” (1986), “La Guerra Civil española” (1987) o, su más reciente, “Un pueblo traicionado: España de 1876 a nuestros días: Corrupción, incompetencia política y división social” (2019).

También es autor de tres reconocidas biografías: “Franco, caudillo de España” (1994), “Juan Carlos I” (2003) y “El zorro rojo” (2013), sobre Santiago Carillo.

Preston nació en un barrio obrero del Liverpool de posguerra, en un ambiente que, aseguró, le dio la “semilla intelectual”.

Más tarde, acompañado de “una suerte realmente increíble”, llegó a la Universidad de Oxford, donde estudió Historia y, posteriormente, a la Universidad de Reading para cursar un posgrado sobre el periodo de Entreguerras (1918-1939), en el que coincidió con el historiador británico Hugh Tomas.

“Una de las asignaturas, la que versaba sobre Guerra Civil Española, la daba Hugh Thomas. Ahí empecé a dar clase con él y me fascinó todo”, señaló Preston.

“La guerra civil me ofreció todo, había comunismo, fascismo, socialismo, liberalismo, todas las figuras internacionales de la época...”, añadió.

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, destacó durante la ceremonia que el legado del hispanista es “especialmente significativo”, al ser el primero que se realiza a distancia, y describió estas donaciones como la mejor forma de pasar “la antorcha de la cultura” a los más jóvenes.

García Montero será ahora el encargado custodiar la aportación de Preston, que viajará en un maletín rojo hasta la Caja de las Letras, donde ya se depositaron muestras de otras figuras como Ana María Matute, Margarita Salas, García Márquez, Buero Vallejo o Miguel Hernández.

Con la entrega de su obra, Preston se convierte en el tercer hispanista de la cámara: el historiador John Elliot dejó su legado en octubre de 2017 y el irlandés Ian Gibson hizo lo propio este mismo mes.

Por Marta Pérez-Cejuela