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La increíble pinacoteca del blanqueador de la Púnica

La sala de estar de Michael Trevor Langdon, el blanqueador de la Púnica

Marta Peirano / J.M. Costa

Michael Trevor Langdon, nacido en Londres, nacionalizado en Suiza y afincado en España desde hace 50 años, es uno de los empresarios imputados en la Púnica. Le dijo al juez Velasco que era “agente comercial de las sucursales en Ginebra del BNP Paribas y del UBS”. No mintió: Langdon era el “conseguidor” de clientes españoles para abrir cuentas opacas en Suiza. Según el sumario de la Púnica, llegó a transferir más de 10 millones de euros procedentes del constructor David Marjaliza, cabeza de la trama y de Francisco Granados, entre otros. El proceso de lavado y repatriación de fondos se hacía mediante el llamado “mecanismo de compensación”. 

Langdon declaró ante el juez que, entre entre 2006 y 2011, se reunió regularmente con ellos en el despacho que tenía Francisco Granados como consejero de Transportes del Gobierno de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, o en la cafetería del Hotel Intercontinental. Allí le entregaban el dinero en mano, para no dejar rastro. Entonces Langdon transfería la misma cantidad a la cuenta en Suiza. Así funciona el mecanismo de compensación.

Por sus servicios como “freelance”, Langdon cobraba un 0,5% de los fondos anuales que captaba en España para los bancos helvéticos. Por lo que se desprende del informe de registro de la Guardia Civil, no se lo gastó en safaris. A diferencia del ex secretario general del PP de Madrid, las paredes de su casa no están decoradas con cabezas disecadas de animales matados a tiros sino con una colección que concentra lo más granado del arte abstracto contemporáneo español.

Tapies, Dalí, Chillida, Francis Bacon y Cranach

La policía realizó dos registros, el primero en su domicilio particular de la Plaza del Cordón, detrás de la Plaza Mayor. Allí encontraron dos ordenadores, algo de dinero, joyas pertenecientes a su mujer María Elisa Usera Cano y una pinacoteca voluminosa, distribuida por varias habitaciones.

En general, se trata de obra pequeña, mayormente sobre papel. Hay un dibujo de Dalí, varios Tapies, un Chillida y al menos un Francis Bacon y un Cranach. Después hay un catálogo de arte español contemporáneo, en su mayoría abstracto de los 90, comprada a galerístas principales como Juana Mordó, Soledad Lorenzo, la Galería Almirante de Madrid o Vandrés y Trama en Barcelona.

Colgadas sobre papel floreado de colores intensos hay obras de Miguel Ángel Campano, Luis Gordillo, José Guerrero, Guillermo García Lledó, Jordi Teixidor, Gerardo Rueda, Bonifacio, Manolo Millares, Mompó, Eusebio Sempere, Esteban Vicente, Guillermo Pérez Villalta, Abraham Lacalle, Rafael Cidoncha y su colega Zush, Pancho Ortuño, Paco Leal, Antón Lamazares y otros. Además de las voluminosas joyas que encontraron en la caja fuerte, abarrotan los mismos espacios el mueble artesonado, jarrones chinos desparejados, una profusión de cajitas talladas, huevos de mármol, al menos un busto, minerales engarzados y un par de relojes suizos del S. XVIII.

El segundo registro tuvo lugar en su finca malagueña Los Ranosos, donde han encontrado una caja fuerte “la cual en este momento se encuentra precintada desconociéndose el contenido de su interior”. Extrañamente, el empresario solicitó un abogado de oficio gratuito para su defensa. Naturalmente, no cumplía con los requisitos y no se lo dieron.

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