Godard, polémico hasta en 3D

Godard, que no ha asistido a Sitges y que hace tiempo que no participa en la promoción de sus filmes, ha conquistado a parte del público y disgustado a la otra, aunque todos han estado de acuerdo en lo desconcertante de la propuesta, en la que lanza mensajes un tanto inconexos, que se mezclan con una pareja que aparece desnuda durante casi todo el metraje manteniendo conversaciones filosóficas.

La película, que dura 70 minutos, es una secuencia de imágenes de ficción con algunas de documentales, y escenas de películas antiguas se alternan con partes en las que la pantalla aparece en negro mientras una voz en off continúa la narración. Siempre hijo de su tienmpo, Adieu au langage es un llamamiento a luchar contra el gobierno por problemas como el de la sanidad; afirmaciones sobre las trampas que ponen las leyes o menciones a Hitler, a Alexandr Solzhenitsyn, Mao Tse Tung o Che Guevara.

El filme de este padre de la modernidad cinematográfica ya fue presentado en el Festival de Cine de Cannes (Francia), donde recibió una gran ovación al finalizar la proyección. Los organizadores del Festival de Cine Fantástico de Sitges han incluido el filme de Godard en la sección oficial porque este certamen “tiene una normativa laxa, que permite aceptar películas que ya han sido presentadas”, explicaba el director de festival, Ángel Sala.

En su opinión, “lo importante es poder tener en Sitges lo mejor que se ha hecho en el último año dentro del fantástico”, así como “buscar los límites de este género en plena expansión”, que se cuela por los resquicios de muchas películas que aparentemente no son cine fantástico. “El 60 por ciento de las películas que se estrenan hoy en día tienen algún elemento fantástico”, según Sala, que cree que “los filmes de autor” son los más permeables a las posibilidades narrativas del género.