Primera noche sin llegadas de migrantes a Ceuta desde el inicio de la crisis

Gabriela Sánchez

Ceuta —

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Noche tranquila en el lado español de la frontera de Ceuta. Por primera vez desde el inicio de la crisis, no se ha producido ninguna entrada irregular de migrantes durante las horas nocturnas. La reactivación de las labores de control migratorio por parte de Marruecos, que en las últimas horas se ha vuelto más evidente; sumada a las sistemáticas devoluciones en caliente ordenadas por Interior y las pésimas condiciones con las que se han encontrado los recién llegados a la ciudad han reducido las llegadas desde este miércoles y, de momento, la Delegación del Gobierno confirma que “no ha habido incidencias” en el perímetro fronterizo.

Al otro lado de la frontera, sin embargo, no ha reinado la calma. A última hora de la tarde de este miércoles, se han producido protestas de ciudadanos marroquíes en Castillejos, la ciudad más próxima a Ceuta.

Varios vídeos a los que ha tenido acceso elDiario.es muestran los altercados surgidos en la zona, después de que Marruecos haya vuelto a imponer obstáculos a la salida de sus nacionales hacia España. Los manifestantes han lanzado piedras a las fuerzas de seguridad alauíes y han quemado neumáticos en protesta por la actuación de su Gobierno, que ha utilizado a su población por sus intereses políticos en relación al Sáhara Occidental.

Si el lunes los agentes marroquíes animaban a los ciudadanos a atravesar la frontera de manera irregular, ahora han pasado a impedir su paso, después de que cientos de personas residentes en diversos puntos del país se hayan trasladado a la ciudad fronteriza para intentar entrar en Ceuta. Según publica el periódico local El Faro, Marruecos ha cortado también las carreteras de Tánger y Tetuán para impedir el paso hacia la frontera. La población de Castillejos, además, ha sufrido especialmente la crisis económica derivada de la pandemia, pues el sustento de buena parte de su población dependía de una frontera, ahora cerrada por las restricciones sanitarias.

La presencia de las fuerzas auxiliares del país vecino es mayor que en los días anteriores, pero las fuentes policiales españolas consultadas no confían de que vaya a ser constante. El despliegue militar en la frontera del Tarajal permanece, pero una parte de la crisis, la que depende de Marruecos, parece controlada. Según Interior, desde la madrugada del lunes han llegado a Ceuta 8.000 personas, de las que han retornado a Marruecos 5.600. Sin embargo, estas cifras no son rigurosas, pues Interior no proporciona el dato desglosado entre los marroquíes devueltos en caliente y aquellos que regresan a su país de manera voluntaria. También es difícil conocer el número real de entradas, dado que, desde el martes, el departamento de Fernando Grande-Marlaska expulsa a la mayoría de personas que rodean a nado los espigones fronterizos, sin seguir procedimiento alguno, y no ha actualizado la cifra de ingresos a la ciudad desde el martes.

Desde este miércoles, el mayor tránsito migratorio se produce en sentido contrario. Cientos de marroquíes han regresado ya a su país de forma voluntaria tras la ruptura de expectativas generada en España. “La gente vuelve decepcionada. A lo largo de la mañana, calculo que han regresado unas 1.000 personas”, decía este miércoles uno de los militares dispuestos junto a la frontera de Ceuta formando una especie de pasillo, desde el que indicaban a los arrepentidos el camino de vuelta a casa. “Marruecos, por allí”, repetía una legionaria a las decenas de jóvenes que han decidido poner fin a su intento de iniciar un proyecto de vida en España.