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Lagarde llama a la calma y asegura que el BCE “está preparado para responder” ante la inestabilidad en la banca

Irene Castro

Bruselas —

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“Estamos vigilando de cerca los eventos en el mercado y estamos listos para responder como sea necesario para preservar la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en el área del euro”. Mensaje de calma de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, a los mercados ante la incertidumbre financiera desatada por el colapso del Silicon Valley Bank y la posterior crisis del Credit Suisse. La directiva del BCE ha reiterado que “el sector bancario de la eurozona es resiliente, con fuertes posiciones de capital y liquidez”, pero ha dejado claro que las autoridades monetarias están preparadas para actuar en caso de ser necesario proporcionar liquidez.

Ya ha habido movimientos en esa dirección. El Banco Central Europeo anunció este domingo una acción coordinada junto con el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, la Reserva Federal (Fed) y el Banco Nacional Suizo para proporcionar liquidez mediante acuerdos de líneas de intercambios de divisas en dólares. “Para mejorar la efectividad de las líneas 'swap' en proporcionar financiación en dólares, los bancos centrales que ya ofrecen estas operaciones han decidido aumentar la frecuencia de las operaciones con vencimiento a siete días de semanal a diaria”, expresó el BCE en un comunicado.

Lagarde se ha comprometido a seguir tomando decisiones para garantizar esa estabilidad y ha asegurado que el BCE “está completamente equipado para brindar apoyo de liquidez al sistema financiero de la zona del euro si es necesario y para preservar la transmisión fluida de la política monetaria”. “Si los instrumentos de los que disponemos no bastaran, nuestro personal es capaz de prever el reajuste o recalibrado que hará falta para afrontar cualquier riesgo de falta de liquidez”, ha añadido Lagarde durante el debate parlamentario. 

La presidenta del BCE ha celebrado la respuesta de las autoridades suizas a la crisis del Credit Suisse. En un primer momento la entidad solicitó su respaldo (hasta 50.700 millones) para frenar su debacle bursátil. “En caso de ser necesario, el BNS dará liquidez a Credit Suisse”, respondieron el Banco Nacional Suizo y el supervisor de los mercados en el país helvético, la Finma. El domingo el banco UBS llegó a un acuerdo para comprar Credit Suisse. La operación se negoció contra reloj durante el fin de semana con las dos empresas, el Gobierno suizo, el Banco Nacional y las entidades reguladoras y de competencia de cara a evitar un nuevo desplome en la primera sesión bursátil del lunes. UBS, el mayor banco del país por volumen de mercado, absorberá a su competidor —la segunda entidad más importante— con el aval del Gobierno suizo: “Es una solución apoyada por el Gobierno, que garantiza las condiciones marco para su éxito”, dijo el presidente de Suiza, Alain Berset, en una rueda de prensa.

El BCE aseguró en un comunicado que esa operación “ha sido decisiva para restablecer el orden en las condiciones de los mercados y garantizar la estabilidad financiera”. Más allá de la satisfacción, los reguladores europeos también señalaban las diferencias de la gestión suiza con el marco regulatorio de la Unión Europea, donde subrayan que los accionistas de los bancos son los primeros en responder ante las pérdidas en las entidades financieras. Recuerdan que en las reformas recomendadas por el Consejo de Estabilidad Financiera de la UE tras la Gran Crisis Financiera se estableció que serían los instrumentos de capital ordinario de las entidades los primeros en soportar las pérdidas, y después los titulares de los bonos AT1, al contrario de lo que ha ocurrido ahora en Suiza en la transacción del Credit Suisse.

Deja en el aire el futuro de los tipos

Por otro lado, Lagarde ha defendido la política del BCE, incluida la polémica subida de 0,5 puntos de los tipos de interés el pasado jueves, en pleno terremoto bursátil. Fue una decisión, según ha explicado, “en consonancia” con el objetivo de llegar al 2% de inflación en el medio plazo. La previsión es que la inflación se sitúe en el 2,2% en 2025, según los cálculos del BCE anteriores, en todo caso, a las tensiones del sector financiero.

“Todos los actores económicos desempeñan sus respectivos papeles”, ha respondido Lagarde cuando la eurodiputada del PP Isabel Benjumea le ha interrogado por el gasto público. “Todo es importante, pero para regresar a un nivel de inflación del 2% habrá que recurrir a los tipos de interés y esto resultará en limitar la demanda, es un requisito previo para regresar a un nivel de inflación del 2%; pero hay que hacerlo de una manera eficaz y eficiente. Lo tenemos en cuenta cada vez que analizamos la situación”, ha expresado Lagarde, que ha dejado, en cualquier caso, en el aire decisiones posteriores.

“La decisión ha sido una decisión robusta. Lo que era razonable era no indicar desde ya qué decisiones ulteriores se tomarán. Hay que tener una actitud receptiva. Si solo hubiéramos tenido la base sin las tensiones en el sector bancario habríamos indicado que se imponían incrementos de tipo de interés ulteriores, pero no era adecuado”, ha expresado antes de insistir en que, a pesar de que desconoce cuál será la evolución de las tensiones financieras, confía en que “el sector está bien capacitado y es líquido”.

Pide medidas a los gobiernos, pero no a las empresas

En su análisis de la situación económica, especialmente marcada por la inflación récord que ha atravesado Europa, Lagarde ha reclamado a los gobiernos que dejen a un lado las ayudas generalizadas, sobre todo las enfocadas a la energía. “Es el momento para retirarlas”, ha dicho la francesa, que ha apostado por que las medidas sean “temporales, focalizadas y ajustadas” a los colectivos más vulnerables.

A pesar de que en su discurso inicial ha apuntado a que “muchas empresas han podido aumentar sus márgenes de beneficio” y ha hecho alusión a la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, no ha dado ninguna receta para el sector privado. “Me sorprende que no tenga ninguna recomendación que hacer cuando habla de los márgenes de beneficios. Me sorprende que no la haga cuando sí la hace sobre el gasto público”, el ha reprochado el eurodiputado socialista Jonás Fernández.

“Sería deseable que hubiera un buen reparto de las cargas para tener en cuenta los efectos que esto tiene en los factores productivos y los consumidores”, ha dicho Lagarde, que ha hecho una alusión a la “mejora de la competitividad”.