Mar de fondo en el transporte: “No solo es el gasoil, paramos para mejorar las condiciones de los que vamos al volante”

Una semana de reuniones maratonianas, con tres ministras en liza, para tratar de poner fin a un conflicto laboral en el sector del transporte que no sólo ha sido capaz de paralizar buena parte del tejido productivo; también ha puesto de relieve la división dentro de una actividad que, en plena pandemia, se ganó la etiqueta de servicio esencial.

La evolución de los precios del gasóleo, disparados por la guerra en Ucrania, ha sido el detonante de un terremoto de representatividad laboral, en un sector donde más del 80% de los profesionales son autónomos y en el que hay diferentes asociaciones, federaciones e intermediarios. Cada uno de estos, con sus propios intereses y, según se ha ido viendo en las últimas jornadas, no siempre coincidentes.

¿Qué mar de fondo hay en el sector del transporte? ¿Por qué el Gobierno ha estado dos semanas reuniéndose con unas asociaciones, que cuentan actualmente con la representatividad legítima, mientras que una plataforma sin silla en esos encuentros –hasta el viernes– ha agitado las calles y las carreteras?

La protesta de miles de transportistas en el Paseo de la Castellana de Madrid, convocada por la Plataforma Nacional por la Defensa del Sector del Transporte –la que ha promovido los paros de estas dos últimas semanas– ha sido el marco donde algunos profesionales han explicado a elDiario.es qué les está pasando para decidir bajarse del camión.

“Teníamos que haber venido con el campo”

La protesta comenzó alrededor de las 10.00 de la mañana. En ella, banderas de España, de casi todas las comunidades autónomas y algunas, las menos, de Solidaridad, el sindicato de Vox. Se inició a escasos metros no del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, sino del de Transición Ecológica y Reto Demográfico –vecinos dentro del complejo de Nuevos Ministerios–, en el mismo punto en el que desembocó el domingo la manifestación del mundo rural. “Nos teníamos que haber movilizado juntos, nos hubieran hecho aún más caso, a unos y a otros”, aseguraba Francisco, llegado desde Ciudad Real.

Los problemas del transporte son similares a los del campo, porque ambos hablan de costes disparados pero, en este caso, prácticamente la mayoría de los transportistas consultados hablan de dos motivos para justificar los paros. Por un lado, el carburante, cuyos precios se han duplicado en solo unos días, lo que hace que las cuentas no salgan. Por otro, la estructura del sector, donde critican que haya intermediarios y empresas que son las que pactan los precios con las grandes compañías a las que transportan sus mercancías y que, luego, subcontratan a los camioneros con las condiciones que ellas mismas definen. “Queremos un precio justo, no queremos subvenciones”, fue uno de los mensajes más repetidos en la marcha.

Por eso, explican, el acuerdo alcanzado en la madrugada del viernes por el Gobierno y el Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC) –el organismo donde están las principales asociaciones empresariales y de autónomos del sector del transporte– no lo consideran satisfactorio. 

El problema con el combustible

Sí aceptan ayudas directas para mitigar el impacto del alza del gasóleo, pero los 20 céntimos por litro pactados por Gobierno y CNTC no son suficientes, a su juicio. Félix lleva una hormigonera y tiene claro que lo firmado en la madrugada del viernes va a ser papel mojado en breve. “Lo que aprobaron no nos vale. ¿Qué pasa si sube de nuevo el gasóleo? Si lo han aprobado para tres meses. ¿Qué hacemos en junio, volvemos a parar?”, se pregunta.

Manuel llegó el viernes por la mañana a Madrid desde Almería junto a dos compañeros, Gonzalo y Eduardo. Explica que, en su caso, simplemente, las cuentas no salen por el precio del combustible y por la estructura de costes. “Es sencillo. Hace dos semanas, justo antes de parar, hice tres portes entre Almería, Valencia y Granada, a una localidad en la montaña. Entre esos tres trayectos, solo por el coste del combustible, perdí 200 euros. Que me expliquen cómo puedo trabajar así”, argumenta.

“Los 0,20 euros no valen”, señala Manuel, de Pamplona. “A mí no me sirven ayudas para tres meses si no me da para cubrir los costes”. “Yo me vine de Lituania, me compré un camión y esto me arruina”, le respalda Rolandas.

La mayoría de los transportistas consultados aseguraban que, por ellos, seguirían la movilización. “Yo tardo más tiempo en arruinarme parado que estando circulando, porque no tengo que pagar el gasoil”, explica Francisco, de la localidad sevillana de Lebrija, que marcha junto a Jaime, uno de sus cuatro empleados. “Yo me sigo montando en mi camión. Si me arruino, ¿qué hago? ¿Echo a cuatro personas con las que trabajo desde hace 10 o 20 años y que son como mi familia?”.

La plataforma “sí me representa”

Pero, al margen, del gasóleo hay un problema de representatividad, de quién contrata a los camioneros y quién se sienta a negociar con el Ejecutivo.

“Esto es como si mi marido está enfermo y la que va al médico soy yo y me diagnostican a mí”, pone como ejemplo María José, camionera, al hablar de la representatividad de Plataforma. “Los que se han sentado en el Ministerio, a mí no me representan. Ahí están, sobre todo, grandes transportistas que no tienen camiones, que luego nos contratan a nosotros. Y aquí estamos los que tenemos un camión”, resume.

A su lado, Agustín reconoce que es miembro de una de las asociaciones que estos días se ha reunido con la ministra, “pero a mí ahora me representa la Plataforma. La ministra se ha reunido con el CNTC porque la plataforma ha liado la que ha liado, pero si no es por estos, aquí no pasa nada. Yo tengo dos camiones y tengo claro quién representa mis intereses, a no ser que también se vuelvan unos señoritos”.

En cambio, Eulogio y Ezequiel, de Torrenueva (Ciudad Real) aseguran que ellos no forman parte de ninguna asociación, “pero está claro que Plataforma es la que está diciendo las cosas”. “Nuestros padres ya se dedicaban al camión, en nuestra localidad no hay industria”, indican. “En el Comité no hay camioneros. Ahí hay empresas. Ellos contratan, a ellos les pagan 600 euros, por ejemplo, y luego a mí me contratan por 200”. 

“No pedimos que se baje el precio del gasoil, aunque si se baja, mejor”, aseguran José Ángel, asalariado; y Benito, propietario de tres camiones, que ha tenido que vender uno ante la actual situación económica. “Las grandes cargadoras se rigen por este orden. Si el gasoil sube un 30%, te suben el transporte un 5%; pero si baja un 30%, te lo bajan un 50%”, apunta José Ángel. 

“El consumidor sí paga un precio justo, la fábrica sí paga un precio justo”, añade Benito. “¿Quién tiene el transporte de esas fábricas? Lo tiene un transportista que no tiene camiones. A la operadora logística grande sí le ampara la ley para aplicarle una subida de precios automática, pero el pequeño no puede aplicar esa subida al camionero que contrata. Las flotas grandes son una cosa, las pequeñas y medianas son otra”. 

“Todo esto [en referencia al paro] se trata de mejorar las condiciones del que va agarrado al volante, ya sea dueño o asalariado. La culpa la tiene un comité que no nos representa”, resume José Ángel.

Una de las reivindicaciones de los asistentes a la protesta de este viernes es adaptar la Ley de la Cadena Alimentaria al sector del transporte, es decir, que no se pueda contratar a pérdidas porque al ser el último eslabón de la cadena logística terminan siendo los perdedores de todo el sector.

¿Qué es el CNTC y por qué no está la Plataforma?

El Comité Nacional del Transporte por Carretera es el interlocutor del Ministerio con el sector. En realidad no es un único comité, sino que hay diferentes secciones del mismo en función del tipo de transporte que se trate, enfocado en mercancías o en viajeros.

Este Comité se elige de forma periódica. El último se constituyó el pasado año y está en vigor desde 2022 hasta 2025. En el de mercancías están la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), que tiene un peso del 53% y no ha respaldado los paros. También, entre otras, Fenadismer (26%), Fetransa y Feintra, que sí se unieron al paro, aunque una semana después, cuando el Ministerio ya había ofrecido bonificaciones de 500 millones. En la madrugada del jueves al viernes sí aceptaron la propuesta del Ministerio.

En el Comité no está la Plataforma y ese ha sido el argumento de la ministra Raquel Sánchez para explicar por qué ha negociado con el comité y no con la organización convocante de los paros, aunque finalmente el viernes sí se reunió con el objetivo de explicar el acuerdo. Reunión de la que no salió una solución al conflicto.

Fuentes del Ministerio aseguraban esta semana que Plataforma no está en el Comité porque no acreditó la representatividad necesaria. No obtuvo los avales necesarios, justifican. Para formar parte de las secciones del Comité, sea el de mercancías o de viajeros, las asociaciones deben cumplir uno de estos dos requisitos: que la suma de sus socios sea, al menos, el 6% de los afiliados al conjunto de asociaciones que formen parte de la sección que se trate; o bien que sus socios sean titulares de, al menos, el 6% de las autorizaciones que correspondan al conjunto de los afiliados de las asociaciones que integran la sección. 

De momento, si Plataforma –que ya fue la última en desconvocar los paros del transporte de 2008– no cumple estos requisitos, no estará en el siguiente CNTC. Sin embargo, que la ministra se haya reunido con ellos, para Plataforma, ya es un reconocimiento de facto.

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