Los viajes de trabajo en España se redujeron en 2014 por séptimo año consecutivo
El Gobierno, en su empeño de dar por zanjada la crisis económica, echa mano de todos los parámetros macroeconómicos que repuntan. Uno es el número de extranjeros que entraron en España el pasado año; 64 millones, lo que supone un crecimiento del 7% con respecto a 2013. El panorama idílico se completa con el crecimiento en un 4,5% de los pasajeros aéreos en los aeropuertos de Aena. Los ministerios de Industria y Fomento alardean de que la movilidad en España creció el 5%.
La evolución positiva, siendo real, se produce casi en exclusiva por el significativo aumento de los viajeros extranjeros. Por el contrario, los datos de los viajes en el mercado interior muestran que la movilidad de los ciudadanos españoles sigue estancada, cuando no en marcada recesión.
A lo largo de 2014 se produjeron 152 millones de viajes de españoles con destino dentro y fuera de nuestro país. La cifra supone un retroceso del 1,1% en relación al año 2013. Los desplazamientos de nacionales al extranjero crecieron un 6,2%, mientras la estadística general se vio lastrada por los malos datos de los viajes domésticos (salidas por motivo de vacaciones, puentes, fines de semana, visitas a familiares...), que descendieron un 3,3%.
En este escenario de contracción, el segmento que sufre un mayor retroceso es el de los viajes por motivos de trabajo. Según la serie estadística Familitur que elabora el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, al mes de octubre del año pasado este tipo de desplazamientos registraba un descenso del 19,6% en relación con el mismo período de 2013. Y no es una circunstancia coyuntural.
Los viajes por motivos laborales contabilizan siete años ininterrumpidos de descenso en los que se han perdido más de 16 millones de desplazamientos; desde 27 millones en 2008 a 10,6 millones en 2014. Los expertos establecen una correlación directa entre las oscilaciones del PIB y la movilidad de los ciudadanos. Los viajes de los españoles han caído de manera exponencial durante la crisis y ahora la anunciada recuperación no ha logrado el efecto inverso.
La evolución estadística ha sido la siguiente: en 2008, con 168,8 millones de viajes totales registrados de españoles, el 16,2% se realizaron por razones de trabajo. En el ejercicio 2012, con 158,7 millones de viajes totales, los desplazamientos por motivos laborales se habían reducido al 8,1%, y el año pasado apenas superaron el 7% sobre 152 millones de traslados totales.
Viajes de emigrantes
Mientras que en 2014 continuó la contracción de la movilidad de los españoles en el mercado doméstico, se produjo un significativo repunte del 6,2% en los viajes de los nacionales al extranjero. Aunque el informe Familitur no realiza ningún análisis sobre este dato, aporta una cifra adicional que resulta significativa. La duración de los desplazamientos de los nacionales en el exterior experimentó un incremento del 60%, lo que cuadra a la perfección con la circunstancia de que una buena parte de los viajeros españoles en la actual coyuntura son emigrantes y abandonan el país sin fecha de retorno.
El coche sigue siendo el modo mayoritario de transporte: ocho de cada diez desplazamientos se produjeron en automóvil. El resto se repartió entre el tren de alta velocidad (que consiguió un crecimiento de casi el 12% a base de bajar precios), el avión (que en los vuelos domésticos permanece estancado) y el autobús (que pierde un 3% de sus pasajeros).
El informe Familitur analiza la movilidad de los españoles en aquellos viajes que, al menos, tienen una noche de pernocta en destino, para diferenciar esta estadística de la de los desplazamientos diarios de los ciudadanos hasta el centro de trabajo o en el entorno urbano.
Como botón de muestra de que la movilidad diaria en las ciudades tampoco refleja la anunciada recuperación, el Metro de Madrid ha perdido durante la crisis 15 millones de los 60 millones de viajeros al mes que registraba en 2007. Al mes de agosto de 2014 había recuperado un 3%, hasta 46,2 millones de pasajeros al mes.
