La Junta no piensa pagar los atrasos del anterior convenio con Renfe, y prepara otro nuevo

El Gobierno regional no piensa pagar las dos anualidades del convenio con Renfe, 2018 y 2019, que se dejaron de abonar por el pésimo servicio, el aumento de incidencias y averías, y el escándalo social que se organizó, pero sí está dispuesto a negociar un nuevo acuerdo una vez que las anomalías se han reducido un 63% en los últimos 24 meses.

Las líneas objeto de subvención por parte de la Hacienda autonómica son cuatro: el tren Plasencia-Mérida, los Cáceres-Mérida-Zafra/Llerena, los Cáceres-Valencia de Alcántara, y dos servicios Mérida-Llerena y Zafra-Mérida.

El resto de las circulaciones que transcurren por la región, y conectan con Madrid por el norte, Puertollano por el este, y Sevilla y Huelva por el sur, están amparadas por la red nacional de interés para la movilidad ferroviaria y contemplados como obligación de servicio público (OSP) por lo que si Renfe no logra costearlos con los billetes vendidos, se hacen cargo las arcas del Estado.

La Junta tiene interés en seguir manteniendo los servicios no cubiertos por el Estado, y prepara un nuevo acuerdo con Renfe para ello, pero desde la base de que los cuatro millones de euros que se han dejado de pagar en los dos últimos años “no se van a pagar”, afirman fuentes del Ejecutivo extremeño.

“Pero ante la mejora de la calidad del servicio en los últimos meses se está preparando un nuevo contrato”, añaden, y para ello el proyecto de Ley de Presupuestos de la Comunidad Autónoma de Extremadura para 2020, que se aprobará a mediados de enero, incluye una partida de dos millones de euros.

El panorama ha cambiado notablemente desde la ruptura entre ambas partes de 2017 y la negativa de la Junta a seguir pagando un servicio que en realidad no servía.

Los motivos son mejoras como la “indiscutible” disminución del número de incidencias que se ha rebajado en un 63%, el aumento de la puntualidad de los trenes, que ha pasado del 62% al 85% el último año, la mejor información al pasaje o de las capacidades de reparación de los trenes, cambio de algunos por convoyes “más solventes y más cómodos”, disminución de los tiempos de viaje o actuaciones mediante obras en la red convencional, argumenta el Ejecutivo regional.

Diez viajeros al día

Hasta 2017 eran cinco los trayectos subvencionados por la Junta por su bajo número de viajeros, pero a finales de ese año el Badajoz-Cabeza del Buey (con prolongación en Castilla-La Mancha a Puertollano) consiguió la cobertura mínima del 15% para pasar a ser mantenido por el Estado, ya que alcanzó un 21,1% con 85.298 viajeros ese año, una media de 234 diarios.

No así los otros cuatro, que tienen una cobertura del 13,4% en el caso de Cáceres-Mérida-Zafra/Llerena, con 11.163 viajeros anuales, 31 diarios como media pero teniendo en cuenta que los sábados no circulan esos dos servicios.

Luego con un 8% de cobertura económica está el tren Plasencia-Mérida, 4.764 viajeros anuales y una media de 13 diarios (aunque funciona solo de lunes a viernes), y a continuación con un 5,3% los servicios Mérida-Llerena y Zafra-Mérida, 4.836 viajeros anuales, 13 diarios si se dividen entre 365 días, si bien no circula viernes, sábados ni domingos.

La línea más deficitaria, con un 4,3% de cobertura económica es la Cáceres-Valencia de Alcántara, 3.703 viajeros al año, 10 al día si bien los martes no circula.