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Unas 6.000 personas reciben al año cuidados paliativos en la región

Los médicos están preparados parar curar, pero no para los cuidados paliativos. Foto: Efe

Unos 6.000 enfermos reciben al año cuidados paliativos en Extremadura, lo que supone la “excelente implantación” de este servicio en la comunidad autónoma, ya que llega a más del 90 por ciento de las personas que los necesitan.

Estos datos han sido facilitados por el consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles, en el acto de firma de un convenio con distintas asociaciones sin ánimo de lucro para el desarrollo del Plan Estratégico de Voluntariado en Cuidados Paliativos, que reúne en la región a un colectivo de unas 200 personas.

El convenio, centrado en la buena voluntad de las partes y sin ningún tipo de contraprestación económica, tiene una vigencia de tres años prorrogable por un año más.

En el acto de firma del acuerdo, que ha sido suscrito también por el director gerente del SES, Ceciliano Franco, el consejero ha explicado que entre las organizaciones firmantes se encuentran distintas asociaciones de enfermos, en algunos casos de cáncer, las pastorales de la salud y las plataformas de voluntariado.

El objetivo del convenio, según ha dicho, es “fomentar un voluntariado de calidad” que atienda a las personas y a las familias que lo necesitan mientras reciben los servicios profesionales de los equipos de cuidados paliativos.

Vergeles ha destacado que la “excelente implantación” de este programa ha sido posible gracias a los profesionales del Servicios Extremeño de Salud, impulsados por los equipos de soporte de cuidados paliativos que se encuentran en todas las áreas de salud del SES.

Se trata, ha explicado, de “controlar los síntomas y ofrecer una atención integral y holística a la persona que lo necesita”, así como “establecer una comunicación terapéutica con los pacientes y con sus familias” para aliviar el sufrimiento que conlleva la enfermedad y el final de una vida.

No todos estos objetivos, según José María Vergeles, se pueden cumplir con los profesionales del SES, por lo que las familias se benefician del trabajo de los voluntarios, que suponen para la Consejería de Sanidad “una pieza clave en la atención de calidad” a estas personas y sus familiares.

Por ello, se inició hace años este programa, enmarcado en el Plan Estratégico de Voluntariado en Cuidados Paliativos, que se refuerza ahora con este convenio, en el que la Junta ofrecerá formación a los voluntarios para que puedan prestar un servicio de mayor calidad.

Voluntarios

Estas personas suelen realizar una “escucha activa y empática” de los problemas que sufren las familias en esos momentos tan delicados, tanto en el domicilio como en el hospital, y establecen “un vínculo de comunicación muy importante” para quienes viven esta situación.

Según el consejero, los voluntarios dan apoyo a las familias y en algunos momentos hasta un “respiro” en el cuidado o acompañamiento al enfermo terminal, además de “normalizar los sentimientos”.

Vergeles ha indicado que estas personas están especialmente capacitadas y formadas para afrontar la situación, gracias a la labor que en ese sentido hacen las organizaciones de voluntariado en este ámbito.

Para el consejero, la labor de los voluntarios es cada día más necesaria por los cambios demográficos de la población, ya que las familias cada vez son más pequeñas y con una red de apoyo social que también se ve reducida.

José María Vergeles ha agradecido a todas las organizaciones que han firmado hoy el convenio y ha dicho que está convencido de que lo hacen desde la “máxima responsabilidad”.

A preguntas de los periodistas, el consejero ha indicado que el perfil del voluntariado extremeño en cuidados paliativos “es muy variado”, desde jóvenes que colaboran con asociaciones de salud hasta voluntarios de edad o los pertenecientes a las pastorales de salud, que aportan el “plus de la atención espiritual al final de la vida”.

Vergeles ha reconocido que la labor de voluntariado en este ámbito no es fácil, pues se afrontan situaciones de “bastante complejidad” y ha indicado que, aunque “resulte duro decirlo, no todos valemos para todo”, por lo que ha insistido en que “hay que valer” y estar además suficientemente preparado y capacitado para ofrecer un servicio de calidad.

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