Carta al alcalde

Señor Aburto, para no parecerse uno a la derecha y a la extrema derecha, tiene que dejar de hablar como la derecha y la extrema derecha.

No es nuevo ni sorprende ya que dirigentes o cargos públicos del Partido Nacionalista Vasco nos deleiten con declaraciones más propias del PP y de Vox. “Palo al delincuente” que decía el difunto Azkuna, el foro de seguridad “quien la hace la paga” que ha inaugurado el Lehendakari Pradales o las perlas sobre la migración ordenada y segura del portavoz parlamentario Díez Antxustegi.

Esta semana a las puertas de la Aste Nagusia le ha tocado a usted. Estos días hemos vuelto a lamentar unas declaraciones poco dignas de un alcalde. Unas declaraciones las suyas muy desafortunadas que no son fruto de la improvisación o del azar, sino de la premeditación y la elección de unas palabras concretas en un discurso leído.

En su discurso previo a la Aste Nagusia dijo que no quiere parecerse a ningún pueblo del sur del Estado; luego ha querido recular, diciendo que se referia a Jumilla y Torre Pacheco. Me gustaría indicarle que los pueblos del sur del Estado donde han tenido lugar cacerías a personas migrantes, no distan mucho de lo que vimos en las fiestas de Hernani hace algunas semanas, donde personas racializadas, principalmente de orígen magrebí, fueron perseguidas y apalizadas.

Estos sucesos no son casos aislados, lo vimos con el centro de menores de Sopuerta, en Muskiz o en Trintxerpe. No es ni justo, ni correcto, ni responsable que pinte con brocha gorda acusando a toda una población, por ejemplo sabemos que en el caso de Torre Pacheco fueron grupos fascistas y nazis organizados de otros lugares del estado los que protagonizaron las cacerías, y no las vecinas y vecinos del pueblo. Lo mismo que pasó en Hernani.

No conviene pintar con brocha gorda ni acusar a todas las vecinas por lo que algunas personas hicieron, aunque sí conviene atender a estos sucesos porque no son casos aislados; es evidente que hay un caldo de cultivo, que por cierto muchos dirigentes políticos están alimentando con sus declaraciones, que hace que sea más fácil que los discursos de odio afloren y de alguna forma se legitimen actuaciones racistas, como las cacerías.

Declaraciones donde se culpa a un colectivo concreto de los males del mundo, donde se criminaliza a los migrantes o se les culpa de cada delito que tiene lugar en nuestros pueblos y ciudades, alimentan los discursos de odio y generan una fractura social peligrosísima. Por eso decimos que es una irresponsabilidad mayúscula.

Afirmaciones como las suyas sobre los pueblos del sur del estado, señor Aburto, son xenóbofas y rezuman supremacismo, porque no estamos exentos en Euskal Herria, y para muestra un botón, de los discursos de odio y los linchamientos.

Estos discursos señor alcalde, no fomentan la convivencia ni la transformación social. Para alzarse en favor de unas fiestas libres de violencias racistas, uno debe de dejar atrás las declaraciones criminalizando a la población migrante, porque el “quienes llegan a Bilbao a delinquir sobran de nuestras calles” de hace algunos años o la persecución diaria y con saña a los manteros en las calles de Bilbao, no son muestra precisamente de un compromiso contra las agresiones racistas.

Señor alcalde, usted quiere el compromiso de todos y de todas pero es irresponsable con sus discursos hacia nuestras vecinas migrantes y racializadas y con los barrios más vulnerables de la ciudad. Quiere usted que se tenga respeto a las policías pero no cuestiona sus actuaciones hacia determinadas vecinas.

Preguntaba en su discurso ¿Qué tipo de fiestas queremos? ¿Queremos que alguien tema a las reacciones por el color de su piel?

Evidentemente no alcalde, pero creo que se lo tiene que hacer mirar, o por lo menos escuchar a los colectivos que llevan años intentando incidir en su modelo de seguridad y policial, entre muchas otras cosas.

Hay algo con lo que sí estoy de acuerdo, Bilbao es una ciudad que reacciona, y señor Aburto, ante los discursos reaccionarios como el suyo nos tendrán de frente.