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Los ERTE de la desfachatez
“Tubos Reunidos, presenta un nuevo ERTE para 850 trabajadores en Amurrio”. Este titular, como si fuésemos Bill Murray en “Atrapado en el tiempo”, ya no lo vemos como algo fuera de lo normal. Este será el décimo ERTE en 17 años y sexto en los últimos 5. Tubos Reunidos es ya profesional en el arte de los ERTE. La excepcionalidad convertida en política de empresa.
Tubos Reunidos siempre busca el mayor beneficio posible, tanto si la situación es favorable como si no. Pero la estrategia no es invertir, ni cumplir su plan estratégico, sino flexibilizar forzosamente a su plantilla, puenteando un convenio, que no se lo permite, y utilizar los ERTE para 'subvencionarse' con dinero público los costes en salarios durante unos meses al año.
Mucho costó negociar la regularización de los salarios, congelados durante 5 años, y conseguir el aclamado IPC, en el convenio más largo de la historia. Parecía un gran triunfo en esos momentos, pero la dirección de la empresa, ya sabía cómo amortizar ese gasto y como bajar, indirectamente y por la puerta falsa, los salarios de la plantilla: pagando los salarios el SEPE y vaciando las arcas para los desempleados.
La empresa lloriquea diciendo que 'el mercado fluctúa, es inestable, Trump impone aranceles, la dependencia de EE. UU., los plazos de entrega cada vez más exigentes, pedidos de materiales y dimensiones cada vez más especiales, más “premium”, China y Ucrania nos quitan pedidos'... pero al final quienes lo pagamos somos los trabajadores y trabajadoras de Tubos Reunidos, cobrando por debajo de esos salarios que pactamos en el convenio, agotando nuestras prestaciones por desempleo y perdiendo derechos, estabilidad y conciliación.
Ellos, que siguen obteniendo beneficios millonarios, ríen desde sus butacas de salas y despachos enmoquetados y perfumados. Siempre ganan, nunca pierden. Siempre han encontrado necesario aumentar sus remuneraciones, incluso cuando, en la crisis de 2008, se embolsaron 170 millones de crédito, que dejaron sin pagar, aumentando exponencialmente la deuda de la empresa, o cuando los trabajadores y trabajadoras estuvimos 5 años 'congeladas' a la fuerza, para tapar su mala gestión
Por no hablar del actual plan estratégico, del que solo hemos visto cumplir el cierre de dos plantas (Iruñea y Sestao), con despidos y traslados forzosos por el camino.
Tubos Reunidos utiliza estas tretas, porque las instituciones se lo permiten. Este es el legado de las últimas reformas laborales (si, también la del gobierno comunista-bolivariano), darle a las grandes empresas la capacidad de rapiñar año tras año los salarios y prestaciones de los y las trabajadoras, para aumentar beneficios privados, socializando los costos. Sin prácticamente supervisión de la autoridad laboral y sin necesidad de que sean aprobados por nadie.
Y mientras, las cartillas del paro se van agotando, sin que los y las trabajadoras podamos recuperarlas, con una empresa que nos hunde en nuevos ERTE, cada vez con más frecuencia.
No somos pocos los que creemos, que hay que seguir luchando, porque esta deriva, no nos lleva a buen puerto. Nos lleva al puerto de acostumbrarnos a esto, al de la indefensión, al de la desmovilización, y a dejar nuestros puestos de trabajo a merced de que, en alguno de estos períodos de consultas, desaparezca la “T” de Temporal, y estemos oxidados y sin la capacidad necesaria para defender bien una trinchera, que lleva muchos años olvidada y deteriorándose.
Deberíamos haber aprendido, que “esconder la cabeza bajo la tierra, como el avestruz”, no compensa. Ya hemos visto cómo se las gastan empresas similares, como Bridgestone, Guardian, ITP, Mecaner,... Tubos Reunidos, ya quiso aplicar un ERE en su planta Trápaga, que solamente fue evitado gracias a la lucha y movilización de su plantilla. Y no olvidemos la ya histórica huelga y lucha, que necesitaron los y las trabajadoras de Tubacex, para defender sus puestos de trabajo.
Es necesario, más que nunca, alimentar ese espíritu de lucha de clase y no dejarnos embaucar por posibles acuerdos envenenados, que merman nuestra capacidad de lucha, visten de cordero al lobo y edulcoran la ponzoña, que realmente nos aplican a los y las trabajadoras. Es el momento de pensar a largo plazo, de plantarse y parar los ERTE de la desfachatez.