La comida de los comedores escolares tiene más grasa, proteínas y sodio de lo recomendado, según un estudio de EHU

La comida que se reparte a los niños y niñas en los comedores escolares tiene más grasa, proteínas y sodio de lo recomendado mientras que su contenido en hidratos de carbono y fibra es inferior al aconsejado, según un estudio del grupo de Neuropsicofarmacología del Clúster Microfluidics & BIOMICS y Biobizkaia. Investigadoras de la Universidad del País Vasco (EHU) han analizado mil menús repartidos entre escolares de 11 a 12 años en diez centros escolares de Bizkaia. Como parte de la investigación, se han fotografiado los platos antes y después de que los niños comieran. De este modo, se ha podido analizar qué comida se ha servido, consumido y tirado.

La investigadora Naiara Martínez ha explicado que “tan importante como conocer lo que se les ofrece es ver lo que ingieren y lo que dejan”. “De hecho, incluso si el menú es adecuado, si no lo comen todo, según los alimentos que dejen en el plato, los valores nutricionales pueden verse afectados y también la sostenibilidad de los menús”, ha añadido, según recoge Europa Press.

En cuanto a la composición de los menús repartidos, el estudio de la EHU ha detectado, por un lado, que su contenido en proteínas, grasas y sodio es superior al recomendado, mientras que su contenido en hidratos de carbono y fibra es inferior al aconsejado. “No ha sido una sorpresa. Esperábamos estos resultados, porque nos estamos alejando de la dieta mediterránea tradicional. Lo que hemos visto en los comedores es un reflejo de la alimentación de nuestra sociedad. Los menús contienen demasiada proteína, sobre todo porque llevan mucha carne; las grasas son el resultado de los alimentos fritos; y es bien sabido que consumimos mucha sal”, ha apuntado la investigadora.

Por otra parte, el estudio ha puesto de manifiesto que la comida que se sirve al alumnado supera la cantidad de calorías recomendada. “En realidad, la comida debería aportar el 30% de la energía de todo el día. Los platos analizados, en cambio, aportan un 40%. Si los niños y niñas de nuestros centros escolares fueran atletas, quizás serían adecuados, pero la realidad es que la mayoría tiene un nivel de actividad medio o bajo”, ha matizado Martínez.

Sin embargo, este exceso de energía se compensa con lo que dejan en el plato, ya que se ha observado que los escolares no comen todo lo que se les sirve y que, teniendo en cuenta lo que no ingieren, la cantidad de calorías “no es tan grande”. “En el 12,2% de los menús analizados, más de la cuarta parte del plato se quedó sin comer, y en el caso de las hortalizas y legumbres, más de la mitad de los comensales dejan el 25% en el plato. En consecuencia, los valores nutricionales de lo que realmente comen no alcanzan los niveles deseados, ya que comen menos vitaminas, fibra, hierro”, ha detallado.

El grupo investigador de la EHU ha detectado que los niños y niñas prefieren las verduras en puré ya que “cuando se les ofrecen enteras o como guarnición, acompañando el segundo plato no las comen tanto”. “Hay que fijarse en este tipo de cosas y tener en cuenta las características de los niños y niñas, porque con pequeños cambios se podrían mejorar los resultados”, ha opinado.

Sostenibilidad de los menús

Además, el estudio subraya que reducir la cantidad de comida que dejan los niños y niñas tendría un doble objetivo: alimentarlos mejor e incrementar la sostenibilidad. De hecho, también se han fijado en el impacto ambiental de los menús escolares. Además de los alimentos que acaban en la basura como residuos, también se han medido las emisiones de CO2.

“Uno de los alimentos que más CO2 genera es la carne. Es también una de las principales fuentes de proteína que se ofrece a los niños. En vista de que, en términos de valores nutricionales, los menús de los comedores contienen demasiada proteína, podrían reducirse directamente las cantidades ofrecidas en los platos. Se podrían utilizar proteínas más sostenibles, de origen vegetal (legumbres) o aquellas de origen animal que son bien toleradas por los niños y niñas, como los huevos”, ha afirmado.

De los centros escolares que han visitado, cinco eran públicos y otros cinco concertados. “En ambos casos hemos encontrado modelos adecuados que cumplen las recomendaciones, pero hemos visto que, en general, los comedores escolares públicos ajustan más los menús a los consejos nutricionales. En cambio, la cantidad de comida que deja el alumnado en el plato es menor en los centros concertados”, ha precisado.

El grupo de la EHU ha visto que la comida que se les ofrece contiene poca fibra y apuesta por “ofrecer cereales integrales en lugar de blancos”. “Uno de los principales retos de los menús escolares es ser a la vez saludables, apetecibles y sostenibles”, ha señalado Martínez, quien ha hecho un llamamiento a “cambiar las cosas”. “Es necesario actualizar los menús de los comedores teniendo en cuenta los gustos y las necesidades nutricionales de los niños y niñas, y buscar medidas que realmente fomenten hábitos alimenticios saludables”, ha concluido.

elDiario.es/Euskadi

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