Euskadi hace una primera encuesta para medir la violencia machista y concluye que la mitad de las mujeres la han sufrido

La mitad de las mujeres que residen en Euskadi ha sufrido alguna vez violencia machista dentro o fuera de la pareja. En concreto, el 48,2% de ellas. Así lo revela la 'Encuesta de violencia contra las mujeres y otras formas de violencia interpersonal' desarrollada en 2024, la primera encuesta oficial que se realiza desde el Gobierno vasco para medir y recopilar datos sobre la frecuencia con la que las mujeres sufren distintas formas de violencia por el hecho de ser mujeres, en cualquier ámbito público o privado, lo que incluye entre otros, los ámbitos de pareja, familiar, laboral, educativo, comunitario y el entorno virtual.

Para llevar a cabo el estudio, se ha entrevistado a 4.500 mujeres de entre 16 y 85 años residentes en Euskadi, concretamente en once comarcas: Vitoria, Ayala, la Margen Derecha e Izquierda del gran Bilbao, Bizkaia-Costa, Duranguesado, Donostialdea, Tolosa-Goierri, Alto Deba y Bajo Deba. También se ha diferenciado entre las mujeres de nacionalidad extranjera y las nacidas en el país y en las que padecen alguna discapacidad superior al 33% y las que no. En este sentido, un total de 449.295 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia física, incluida amenazas, violencia sexual o psicológica a lo largo de su vida y de ellas, 68.949, el 7,8% en el último año. Es el equivalente a toda la población de Bilbao y Barakaldo sumadas.

“La violencia machista contra las mujeres es una violación de los derechos humanos, un problema social y de salud pública de primer orden. Es una manifestación de las desiguales relaciones de poder y de la discriminación contra las mujeres que desempeña, además la función social de perpetuar las desigualdades estructurales que existen en función del género. En cuanto a la violencia en el ámbito de la pareja 3 de cada 10 mujeres vascas ha sufrido algún episodio de violencia machista a lo largo de su vida. Este tipo de violencia está basada en la superioridad, en el ”tú para mí“ y muchas veces es el terrible monstruo que perpetúa la desigualdad”, ha explicado la consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico Nerea Melgosa durante la presentación de la encuesta, en la que ha contado con la participación de la directora del Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde), Miren Elgarresta.

La encuesta recoge que la mayor tasa de mujeres que sufren violencia es entre 30 y 44 años (62,3%), seguida de las que tienen entre 16 y 29 años (55,8%), mientras que obtienen la tasa más reducida las que tienen entre 65 y 85 años (30,2%). “La probabilidad de que las mujeres más jóvenes sufran algún tipo de violencia dentro y fuera de la pareja, sobre todo violencia sexual y violencia psicológica, parece por lo general mayor, ya que sus tasas de prevalencia supera con creces la tasa media. No obstante, es preciso considerar que las tasas de las mujeres de más edad también pueden estar mostrando valores especialmente modestos debido a condicionantes educativos que pueden estar dificultando la revelación de la violencia”, aclara el documento.

Una de las cuestiones más relevantes es que las mujeres con discapacidad reconocida superior o igual al 33% y/o aquellas que presentan limitaciones graves para la realización de actividades de la vida cotidiana presentan una probabilidad ligeramente mayor de sufrir violencia que otras mujeres. En concreto 49,8% frente a 48%. “Las diferencias son más marcadas cuando se trata de violencia física; 33,3% frente al 24,7% de las mujeres sin discapacidad o limitaciones. Además, estas mujeres se ven especialmente afectadas por la violencia que sucede en el ámbito de la pareja 34,6% frente a 28,9% de las mujeres sin discapacidad o limitaciones en la actividad”, apunta la investigación.

Otro de los factores que diferencian a las mujeres en este sentido es la nacionalidad. “La proporción de mujeres con nacionalidad distinta a la española que han experimentado violencia por alguna pareja o alguna otra persona alguna vez en la vida es muy superior a la de mujeres de nacionalidad española (61,1% y 46,8% respectivamente). Más concretamente estas mujeres se ven especialmente afectadas por la violencia física y por la violencia psicológica así como por la violencia que se produce en el ámbito de la pareja”, recoge.

El nivel de estudios que las víctimas tienen también supone diferencias entre ellas, aunque en este caso los datos “no permiten deducir una relación lineal”, según explican. “Las tasas de prevalencia de todos los tipos de violencia dentro y fuera de la pareja más reducidas se localizan en todos los casos entre las mujeres con estudios primarios o inferiores (el 33,5% ha sufrido alguna violencia), lo que ocurre independientemente del tipo de violencia o del ámbito en el que ésta se produzca. Las posiciones intermedias las ocupan las mujeres con estudios secundarios (41%), mientras que las mujeres con estudios secundarios postobligatorios o FPI y las de estudios superiores son las que alcanzan las tasas más altas tanto a nivel general (51,7% y 55,8% respectivamente) como en los diferentes tipos de violencia considerados”, señala el estudio.

Consecuencias de la violencia machista

La investigación también ahonda en las consecuencias de haber sufrido esta violencia. En ese sentido concluye que el 18,4% de las mujeres manifiesta haber recibido asistencia médica o psicológica como consecuencia de los episodios de violencia. Un 17,3% de ellas no la recibió pero considera que debería haberla recibido y el 63,8% dice que no ha necesitado este tipo de asistencia. En el caso de las mujeres que han sufrido violencia física, tres de cada diez y psicológica, otras tres de cada diez, han recibido asistencia médica en “mayor medida” que las que han sufrido violencia sexual, que son dos de cada diez mujeres que sufren violencia. “El porcentaje de mujeres que asegura haber recibido algún tipo de asistencia asciende hasta el 38,5% en el caso de las mujeres que han sufrido violencia tanto dentro como fuera de la pareja”, recoge.

El 16,6% de las mujeres que han vivido algún tipo de violencia dentro y/o fuera de la pareja asegura haber tomado medicamentos, alcohol drogas para afrontar los episodios violentos vividos. De todas las sustancias consumidas la más habitual es la ingesta de medicamentos (16,6%). “La ingesta de este tipo de sustancias también es superior entre las mujeres que han sufrido violencia física (26,3%). También es muy superior entre las mujeres que han sufrido violencia en el ámbito de la pareja (23,4% frente al 6,9% de las que la han sufrido fuera de la pareja). Entre aquellas mujeres que han sufrido violencia tanto dentro como fuera de la pareja este porcentaje se incrementa hasta el 41,6%”, indica el documento.

De los pocos puntos positivos de la encuesta está que más del 80% de las mujeres que han sufrido violencia machista dentro o fuera de la pareja manifiesta haber hablado con algún amigo, amiga o algún familiar sobre los episodios de violencia vividos, aunque es destacable que casi una de cada cinco (18,8%) no ha compartido esta experiencia con ninguna persona del entorno. “La proporción de mujeres que no comparte las situaciones de violencia experimentada es ligeramente superior entre las mujeres que han sufrido violencia psicológica (17,5%). Asimismo, resulta habitual que las mujeres que han sufrido violencia en el ámbito de la pareja compartan en menor medida estas experiencias con amistades o familiares (el 75,1% de las víctimas lo ha compartido frente al 78,4% de las que han sufrido violencia fuera de este ámbito)”, señala.

Por último, en cuanto a las denuncias, el 13,9% de las mujeres que declaran haber sufrido violencia dentro o fuera de la pareja ha denunciado en alguna ocasión esta violencia y un 9,6% en el último año. “La mayor parte de estas denuncias han sido interpuestas por las propias mujeres. La proporción de denuncias es superior cuando se trata de actos de violencia física (24,5% frente a 12,1% de los casos de violencia sexual y el 17,6% de los de violencia psicológica). Además, es más habitual que se denuncien episodios de violencia ocurridos en el ámbito de la pareja (14,3% alguna vez frente a 9% de los casos de violencia fuera de la pareja). En el caso de las mujeres que han sufrido violencia tanto dentro como fuera de la pareja, el porcentaje que ha denunciado estas situaciones asciende al 26,3%”, concluye la investigación que recoge también las razones por las que las mujeres deciden no denunciar la violencia sufrida: el 65,5% de ellas, la falta de identificación de la violencia con un delito denunciable, el 19,1% la aparición de sentimientos de culpa, vergüenza o bloqueo emocional y el 18,4%, las dificultades que se perciben en relación con un proceso judicial.

elDiario.es/Euskadi

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