Bizkaia renueva la atención a víctimas de violencia y las asociaciones feministas critican que se prescinde de ellas

La Diputación de Bizkaia ha puesto en marcha Ate Morea, un programa piloto -con una duración inicial de año y medio- para ofrecer “atención profesional directa desde el primer momento, sin necesidad de denuncia, empadronamiento ni trámites previos” a víctimas de violencia machista. Se trata de un servicio que llevarán a cabo cinco profesionales a tiempo completo y una a media jornada especializadas en intervención social, psicológica y jurídica, con formación específica en violencia machista, derechos humanos, género, crisis y enfoque intercultural y tendrá lugar en la calle Manuel Allende 10, en Bilbao, con atención continuada de lunes a viernes y contacto a través del 688 881 353, atemorea@bizkaia.eus y www.atemorea.org.

Ate Morea sustituirá a Tartekari Sarea, el programa de atención a víctimas que llevaba en vigor desde 2012 que trabajaba para erradicar la violencia contra las mujeres mediante acciones de sensibilización, prevención, captación y el apoyo inicial a mujeres víctimas de violencia machista. A pesar de que ambos están gestionados por la fundación EDE Suspergintza, Tartekari Sarea consistía en crear y mantener una red de mujeres voluntarias pertenecientes a diferentes asociaciones de Bizkaia que actuaban de puente entre las mujeres víctimas y las instituciones, facilitando su captación y atención en los recursos especializados que les ayuden a salir de la situación de violencia, así como la integración y participación social de dichas mujeres en su entorno más inmediato. Ate Morea elimina la figura de voluntaria y las asociaciones critican que ahora deberán derivar los casos que detecten directamente a la Diputación.

A pesar de que desde la Diputación insisten en que Ate Morea se concibe como “un engranaje inicial que complementa a los servicios existentes, sin sustituirlos” y que seguirán trabajando con la treintena de asociaciones feministas y entidades sociales que hasta ahora ofrecían la atención a las víctimas de violencia machista, éstas aseguran que con este nuevo programa su vinculación con la entidad foral se rompe. “No seguiremos vinculadas, solo tenemos que derivar casos. Antes se detectaba, se asesoraba, se hacía un acompañamiento directo con la mujer y estaban contempladas acciones de sensibilización. Las asociaciones ya han cerrado toda vinculación con el programa. Y si se sigue, tiene que ser autónomamente, la Diputación ya no va a pagar a las voluntarias ni a las entidades participantes. El trabajo de calle que se hacía se deja de hacer”, aseguran a este periódico.

Preguntado por esta cuestión, el director general de Inclusión Social, Óscar Seco, defiende que con el nuevo modelo “se va a profesionalizar” la atención a las víctimas y que el sistema con las voluntarias “se ha extinguido porque no es posible con el marco financiero y de gestión existente”. “Hasta ahora la atención desde los primeros apoyos psicológicos, atención jurídica, la ruta hasta la policía, los abogados y todo lo que eso conlleva las mujeres la han hecho solas o con acompañamientos de bajo nivel profesional que pueden ser emocionalmente muy satisfactorios, pero ahora lo que ofrecemos es algo más integral”, asegura a elDiario.es/Euskadi.

Seco confirma que las asociaciones de personas migrantes o asociaciones feministas cercanas a los barrios podrán seguir realizando labores de detección, pero la atención pasará a manos de “profesionales”. “Lo que tiene que ver con la profundización en las redes, toda la activación del movimiento feminista, la generación de vínculos y lazos comunitarios, todo el papel que pueden desarrollar las entidades y organizaciones que formaban parte de Tartekari Sarea y las que no, todo el tejido asociativo en cada uno de los municipios que existen en Bizkaia están llamadas a la labor de presencia, detección, alerta, primera llamada e incluso de proximidad emocional, pero la primera atención profesional que vemos urgente, los primeros auxilios psicológicos, las primeras orientaciones jurídicas, las tenemos que ofrecer profesionales”, argumenta.

La diputada foral de Empleo, Cohesión Social e Igualdad, Teresa Laespada, durante la presentación del servicio ante las Juntas Generales de Bizkaia, alabó el proyecto de Tartekari Sarea, pero subrayó que no puede continuar. “El programa Tartekari Sarea es un ejemplo de colaboración exitosa con asociaciones. En este momento se dan determinadas circunstancias que nos permiten pensar en escalar esta colaboración para que sean las organizaciones feministas y otras entidades de la sociedad civil quienes asuman un rol más relevante en materia de sensibilización contra la violencia machista, basado en el contacto directo que mantienen con la comunidad; por ello, estas organizaciones pueden desempeñar un papel crucial en la detección temprana de situaciones de violencia machista, idea que ha pretendido plasmar, a lo largo de trece años de existencia, la red Tartekari. Por otro lado, el mecanismo de financiación para la red Tartekari ideado en su día no puede continuar”, sentenció Laespada alegando razones de “cumplimiento de la legalidad, la complejidad del uso de la figura del convenio para dar cobertura a servicios no ajustados a cartera, el propio rol del voluntariado y las peculiaridades de los instrumentos técnicos de colaboración público-privada” que, según sostuvo “no permiten dar continuidad a la red tal y como está concebida”, señaló para después solicitar una colaboración más estrecha entre las asociaciones y organizaciones sociales y más directa con el área de Igualdad de la propia Diputación. “Se podría formalizar y fortalecer la colaboración de las agentes con otras entidades del tercer sector que trabajan en la atención y el empoderamiento de las mujeres y a la vez, participar de forma más directa”, incidió.

Ate Morea es un nuevo recurso que se enmarca en el III Acuerdo Interinstitucional para la mejora de la atención a víctimas de violencia machista, y opera en coordinación con otros recursos públicos como SATEVI, SFUS, SAV, ESNATU, además de entidades del tercer sector. “Será especialmente relevante para mujeres con múltiples barreras de acceso, como situación administrativa irregular, dificultades idiomáticas, problemas de empadronamiento o necesidades derivadas de patologías, que dificultan una atención especializada desde los servicios sociales ordinarios”, aseguran desde la entidad foral. En principio el proyecto durará hasta diciembre de 2026. El programa contará con evaluaciones trimestrales que medirán su impacto, eficacia, accesibilidad y capacidad de coordinación interinstitucional. Está financiado íntegramente por la Diputación Foral de Bizkaia, con un presupuesto anual de 350.000 euros.

elDiario.es/Euskadi

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